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Amnistía Internacional alerta de una crisis mundial de los derechos humanos por el "efecto Trump"

  • La organización considera a Donald Trump una de las grandes amenazas del mundo actualmente
  • Denuncia que "el genocidio" en Gaza está siendo "retransmitido en directo pero ignorado"
Palestinos esperan para recibir alimentos cocinados por una cocina de caridad, en Beit Lahiya, norte de la Franja de Gaza, 28 de abril de 2025.
Palestinos esperan para recibir alimentos cocinados por una cocina de caridad, en Beit Lahiya, norte de la Franja de Gaza, 28 de abril de 2025. REUTERS/Mahmoud Issa
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"Prácticas autoritarias y feroces medidas represivas". Así describe Amnistía Internacional (AI) la crisis global de derechos humanos que el mundo ha padecido en el último año. En su informe La situación de los derechos humanos en el mundo publicado este martes, la organización documenta la represión "cruel y generalizada" de la disidencia, la escalada de los conflictos armados, los "insuficientes" esfuerzos por abordar el colapso climático y un creciente retroceso mundial de los derechos de las personas migrantes, las mujeres, las niñas y las personas LGBTI.

Y lo enlaza con el "efecto Trump" que han tenido las políticas anunciadas por el presidente estadounidense en materia de derechos humanos desde su regreso a la Casa Blanca. "A menos que se logre dar un drástico giro a la situación mundial, todos estos aspectos se deteriorarán aún más en un turbulento 2025", denuncia el organismo.

El presidente estadounidense, una de las grandes amenazas

En los primeros meses del año, desde que Donald Trump asumió la Presidencia de Estados Unidos, el mundo se ha vuelto más convulso. En sus primeros 100 días al frente de la Casa Blanca, el presidente estadounidense "ha mostrado un total desprecio hacia los derechos humanos universales. Su Gobierno ha atacado con rapidez e intencionalidad esenciales iniciativas e instituciones estadounidenses e internacionales que se crearon para hacer de nuestro mundo un lugar más seguro y más justo", condena la secretaria general de AI, Agnès Callamard. Los más vulnerables han sido el blanco constante de su discurso, ya que, desde que llegó al despacho Oval y, haciendo uso de su retórica habitual, ha atacado sin tregua los conceptos de asilo, justicia racial y de género, salud global y acción climática.

Además, el "efecto Trump" ha dejado en evidencia la estrecha conexión entre las "prácticas autoritarias y codicia empresarial". Se vio en su toma de posesión, donde destacaban dirigentes de extrema derecha como Viktor Orbán, Giorgia Meloni, Javier Milei o Santiago Abascal, además de oligarcas de Silicon Valley como Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos. De hecho, el primero de ellos, que es el hombre más rico del mundo, ha ocupado un puesto en el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos.

Los recortes masivos de su Administración a la ayuda humanitaria exterior han agravado también la situación mundial. La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) era el mayor donante de ayuda humanitaria en el globo y aportaba el 42% de la financiación total. Su cese ha provocado el cierre de hospitales en campos de refugiados de Tailandia, poniendo en peligro programas que ayudan a la población a sobrevivir al conflicto. Esta suspensión también ha afectado a los niños separados a la fuerza de sus familias en campos de detención de Siria y a los programas que salvaban vidas en Yemen.

"El coste de estos incumplimientos es descomunal: por ejemplo, la pérdida de salvaguardias vitales para proteger a la humanidad tras los horrores del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial. A pesar de sus múltiples imperfecciones, el desmantelamiento del sistema multilateral no es la respuesta. Hay que reforzarlo y replantearlo. Sin embargo, tras ver cómo en 2024 se le infligían más daños, ahora el Gobierno de Trump parece tener la intención de hacer trizas los restos de la cooperación multilateral para remodelar nuestro mundo a través de una doctrina transaccional impregnada de codicia, egoísmo cruel y dominio por parte de una minoría", denuncia la organización.

El genocidio de Gaza y la gran guerra de Sudán

Precisamente, Estados Unidos ha tenido un papel clave en Oriente Próximo. La guerra en Gaza empezó en 2023 bajo el mandato de Joe Biden, pero desde la llegada de Trump, las actuaciones del Gobierno Israelí, a las órdenes del primer ministro, Benjamín Netanyahu, se han legitimado. Desde el inicio de la guerra, Tel Aviv ha asesinado en territorio palestino a más de 45.400 personas, la mayoría de ellos, niños y mujeres, "retransmitiéndolo en directo pero (siendo) ignorado" por la comunidad internacional. Además, las acciones militares de Israel han acrecentado problemas crónicos que ya asfixiaban a la población, como la escasez hídrica o la falta de comida y medicina.

De esta forma, Amnistía Internacional denuncia que "el genocidio de Israel contra la población palestina en Gaza y el sistema israelí de apartheid y ocupación ilícita de Cisjordania se hizo cada vez más violento" en los últimos meses. Sin embargo, las acciones imperialistas de Israel no se limitan a Palestina. Tel Aviv ha agitado por completo su región, y, bombardeando Líbano, Irán y Siria, "ha puesto de manifiesto lo infernal que puede ser el mundo para tantas personas cuando los Estados más poderosos dejan de lado el derecho internacional". Callamard culpa directamente a los países que continúan su exportación de armas a Israel que después son utilizadas para matar palestinos en la Franja de Gaza.

La otra gran guerra, aunque mucho más invisible, es la que agita Sudán desde hace más de dos años. El conflicto ha desplazado a 11 millones de personas, más que en ningún otro punto del planeta, y se ha cobrado la vda de más de 150.000. Las Fuerzas de Apoyo Rápido han infligido violencia sexual generalizada contra mujeres y niñas, en lo que "constituyen crímenes de guerra y posibles crímenes de lesa humanidad". Sin embargo, el organismo denuncia que la "indiferencia" hacia ese conflicto ha sido casi global en el último año y que solo ha suscitado interés en los "actores cínicos que aprovecharon la oportunidad para violar el embargo de armas a Darfur".

Mientras tanto, Rusia ha continuado su ataque sobre la población civil en Ucrania y ha sometido a las personas detenidas a tortura y desaparición forzada. La comunidad rohinyá ha seguido sufriendo ataques racistas en Myanmar, y en el este de la República Democrática del Congo, el grupo armado M23, respaldado por Ruanda, ha asaltado hospitales, ha secuestrado pacientes, se los ha llevado de sus camas y los ha sometido a actos de tortura.

Detenciones arbitrarias masivas y desapariciones forzadas

La organización denuncia que las fuerzas de seguridad de varios países han utilizado detenciones arbitrarias masivas, desapariciones forzadas y, a menudo, fuerza excesiva, en ocasiones letal, para reprimir la desobediencia civil. Uno de los ejemplos se refleja en Bangladesh, donde las autoridades dieron orden de "disparar sin previo aviso" contra protestas estudiantiles que causaron cerca de un millar de muertes; o Mozambique cuyas fuerzas de seguridad desataron la peor represión de protestas que se había visto en años, que se saldó con 277 muertes. Por su parte, Turquía ha impuesto prohibiciones generales de las protestas y sigue utilizando fuerza ilícita e indiscriminada contra personas que se manifiestan pacíficamente.

Gobiernos de todo el mundo han tratado de eludir la rendición de cuentas con el objetivo de afianzar su poder e infundir miedo, prohibiendo medios de comunicación, disolviendo o suspendiendo ONG y partidos políticos. Han encarcelado por cargos infundados de "terrorismo" o "extremismo" a quienes los criticaban y han criminalizado a defensores de los derechos humanos, activistas climáticos, personas que se manifestaban en solidaridad con Gaza y otras voces discrepantes.

Por ello, AI denuncia la proliferación de leyes, políticas y prácticas autoritarias dirigidas contra la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica fue un elemento fundamental del retroceso global de los derechos humanos.

Violencia contra las mujeres

El futuro se presenta mucho más sombrío para numerosas mujeres, niñas y personas LGBTI debido a los ataques cada vez más intensos contra la igualdad e identidad de género. En Afganistán, los talibanes han impuesto todavía más restricciones a la existencia pública de las mujeres en Afganistán, mientras que las autoridades iraníes han intensificado su brutal represión de las mujeres y las niñas que desafiaban el uso obligatorio del velo. En México y Colombia, los grupos de mujeres que buscan a seres queridos desaparecidos han sufrido todo tipo de amenazas y ataques.

En Malawi, Malí y Uganda las autoridades han tomado medidas para tipificar como delito o prohibir las relaciones consentidas entre personas adultas del mismo sexo, mientras que Georgia y Bulgaria han seguido el ejemplo de Rusia al reprimir la supuesta "propaganda LGBTI".

Condena a generaciones futuras

Amnistía Internacional también sostiene que la situación de los derechos humanos presenta pruebas claras de que el mundo está condenando a las generaciones futuras a "una existencia cada vez más penosa a causa de la inacción colectiva para abordar la crisis climática", revertir las desigualdades cada vez más profundas y restringir el poder de las empresas.

Para la organización, la celebración de la COP29, un acto en el que dirigentes de todo el mundo abordaron la emergencia climática, fue "una catástrofe", con una cantidad récord de grupos de presión en favor de los combustibles fósiles que inhibieron el progreso hacia una eliminación gradual y justa de estos combustibles, mientras los países más ricos acosaron a las naciones de bajos ingresos para que aceptaran unos acuerdos de financiación climática irrisorios. Además, critican la "temeraria" decisión del presidente Trump de abandonar el Acuerdo de París y su mantra de "vamos a perforar y perforar".

Retrocesos en el derecho a la protesta en España

En el caso de España, Amnistía Internacional alerta de que el derecho a la protesta pacífica continúa sufriendo retrocesos. Destaca la entrada en prisión o la amenaza de cárcel a manifestantes pacíficos, mientras siguen sin cumplirse las promesas de reforma de la Ley Mordaza o el Código Penal.

Entre otros casos, AI nombra los de activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o el de decenas de activistas por el clima que continúan siendo objeto de investigación por organización criminal debido a su participación en acciones directas no violentas en nombre de Futuro Vegetal.

Por último, la organización incide en un llamamiento de acción: quienes tienen "la suerte de vivir en un país en el que podemos hablar deben levantar la voz contra la injusticia".