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Argentina despide al papa Francisco en un multitudinario funeral: "Lloramos porque nos sentimos huérfanos"

Miles de argentinos llenan el centro de Buenos Aires para decir adiós al papa Francisco

A 11.000 kilómetros de Roma, cientos de fieles, llegados en su mayoría de barrios populares, han despedido este sábado al papa Francisco. Lo han hecho desde Buenos Aires, su ciudad natal, en una misa al aire libre. "Lloramos porque se murió el padre de todos, lloramos porque ya sentimos en el corazón su ausencia física. Lloramos porque nos sentimos huérfanos", ha lamentado el arzobispo de la ciudad, Jorge García Cuerva.

Precisamente ese llanto ha rendido homenaje a las palabras del pontífice, quien afirmó que "al mundo de hoy le falta llorar". "No queremos que nos pase lo que cantaba Carlos Gardel en uno de sus tangos: las lágrimas taimadas se niegan a brotar y no tengo el consuelo de poder llorar", ha proseguido Cuerva ante la atención de miles de fieles, 300 sacerdotes, el nuncio apostólico y funcionarios de todo el país que se agolpaban ante las pantallas cercanas de la parroquia.

En su último homenaje no han faltado las lágrimas de quienes se han congregado en la histórica Plaza de Mayo, a los pies de la Catedral Metropolitana. Es precisamente en ese templo donde Jorge Mario Bergoglio ejerció como arzobispo hasta 2013, cuando viajó a Roma para elegir a un nuevo papa y fue elegido representante de Dios en la Tierra. Tenía 75 años y estaba a punto de jubilarse. Este sábado lo han recordado como el "papa argentino y porteño", unos con estampitas de Francisco, otros con sus rosarios y algunos abrazando a sus seres queridos mientras escuchaban la última despedida de su papa.

Una mujer sostiene una foto del Papa Francisco frente a la Catedral de Buenos Aires el 26 de abril de 2025, antes de una misa para despedirlo.

Una mujer sostiene una foto del Papa Francisco frente a la Catedral de Buenos Aires el 26 de abril de 2025, antes de una misa para despedirlo Luis ROBAYO / AFP

Durante las casi dos horas de rezo se han hecho constantes referencias a su "predilección por los últimos, los marginados, los enfermos, los descartables de la sociedad". "La iglesia es un hospital de campaña que recibe a todos. La iglesia no es una aduana, sino la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas", ha matizado el arzobispo, haciendo especial hincapié "en el mensaje" que Francisco intentó predicar en sus 12 años al frente del Vaticano. "Andá al cielo y hacé mucho lío desde allá", le ha implorado Cuerva al Santo Padre.

El grito de "Viva el Papa" retumbaba en la Plaza de Mayo antes de que cientos de feligreses, con sus pañuelos en alto, comenzaran una peregrinación que ha recorrido algunos de los lugares que Francisco solía visitar cuando todavía era el padre Bergoglio. Han avanzado en procesión por los barrios periféricos, hospitales, cárceles y también santuarios. El conocido como "papa de los pobres" nunca dejó de estar en contacto con los suyos. Desde el Vaticano llamaba por teléfono a los curas y párrocos, sobre todo de las villas 31 y 21, muy azotados por la pobreza, el paro y las drogas. Bergoglio solía dar misa al aire libre, muy cerca de estos asentamientos, la mayoría ilegales, en favor de los marginados y los desprotegidos.

Una vigilia simultánea al funeral que se celebraba en Roma

Muchos de ellos ya habían pasado la noche en esta misma localización donde se llevó a cabo una vigilia simultánea al funeral que se celebraba en Roma. Tras su muerte, en todo el mundo se han celebrado misas y vigilias en homenaje al pontífice, pero para los argentinos que se despiden tanto de un compatriota como de un líder espiritual, el acontecimiento es especialmente conmovedor. La popularidad de este incansable defensor de la paz, los migrantes y los desfavorecidos se ha visto reflejada en las numerosas muestras de apoyo que ha recibido.

El país ha guardado siete días de luto, con banderas a media asta, en memoria del que muchos consideran "el argentino más importante de todos los tiempos", y se despiden de quien, con el paso de los años, se ha convertido en una suerte de brújula moral en un mundo cada vez más inestable.

Un cartonero amigo de papa, presente en el Vaticano

El presidente, Javier Milei, ha encabezado la delegación en el Vaticano a pesar de las sonadas diferencias ideológicas con el pontífice. Presente en Roma también ha estado Sergio Sánchez, un cartonero. El término hace referencia a las personas que venden cartones por las calles argentinas y que, con la crisis del corralito en 2001, se unificaron en torno a un sindicato. El papa Francisco siempre fue muy próximo a ellos, a los pobres. Era un religioso que quería estar cerca de esas villas periféricas de su Buenos Aires natal. Sánchez era amigo del pontífice y sus compañeros de profesión han realizado una colecta de donativos para que pudiera acudir a su funeral.

Un cartonero argentino asiste al entierro del papa Francisco en Roma

Alejandro Gramejo ha explicado a los micrófonos de TVE la importancia de que su compañero de profesión haya ido al Vaticano "en nombre de los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, no solamente de la Argentina, sino del mundo" y que haya podido "estar presente en este día triste para todos" en el que hay que reafirmar "el compromiso por pelear por tierra, techo y trabajo para todos los pobres del mundo".

Es algo por lo que Francisco siempre abogó y que este cartonero, que también despide al papa desde la Plaza de Mayo, ha defendido. "Cuando ya dejó de ser Bergoglio y se transformó el papa de todo el mundo, no se olvidó de eso y ayudó mucho a los movimientos populares. Él entendía que la única salida posible para terminar con la exclusión, con la miseria, con la cultura del descarte, es de forma colectiva", ha asegurado Gramejo.

Y, aunque el pontífice elegido "desde el fin del mundo" nunca volvió a su país como representante de la Santa Sede, Argentina no olvida al arzobispo que hizo historia como primer papa latinoamericano.