Roma se prepara para la llegada masiva de fieles en el último adiós al papa Francisco
- La mayor afluencia se producirá a partir del miércoles, con la llegada de cientos de miles de peregrinos
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Roma se prepara para recibir a cientos de miles de fieles que acudirán al Vaticano desde todos los rincones del mundo para rendir un último adiós al papa Francisco. La capital italiana tiene una larga tradición a la hora de acoger eventos religiosos masivos, y además es una de las ciudades más visitadas del mundo, por lo que dispone de una enorme capacidad de alojamiento, pero a pesar de todo se verá desbordada ante la llegada de peregrinos, que se sumará a las reservas turísticas cerradas con antelación desde hace semanas y meses.
La Santa Sede ya ha anunciado que el funeral se celebrará el próximo sábado 26 de abril a las 10:00 horas. Por ello, está previsto que la mayor afluencia de personas se produzca a partir del miércoles, cuando el cuerpo del pontífice sea trasladado a la basílica de San Pedro para que los fieles puedan despedirse de él. Las exequias reunirán además a jefes de Estado y líderes religiosos de todo el mundo.
Desde la basílica de San Pedro, el féretro del pontífice será trasladado a la basílica de Santa María la Mayor para recibir sepultura, pues Francisco dispuso en su testamento la voluntad de ser enterrado en una capilla de este templo, en una tumba sencilla.
El corazón de las celebraciones será la Plaza de San Pedro y la basílica Vaticana, donde se realizará la misa fúnebre. El cuerpo de Francisco se expondrá en este templo, considerado como el más importante para el catolicismo, y la fila para verlo podría conllevar una espera de varias horas. En el exterior, la plaza tiene capacidad para unas 300.000 personas, contando con las calles adyacentes. La Via della Conciliazione, la gran avenida que conecta el Vaticano con el centro de Roma, también se llenará de peregrinos y de pantallas gigantes que permitirán seguir los actos en directo.
Miembros de Cruz Roja italiana, desplegados en la Via della Conciliazione, junto a la Plaza de San Pedro. REUTERS / K. PFAFFENBACH
Además de la basílica de San Pedro del Vaticano, las otras tres iglesias consideradas como "mayores" de Roma –San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros–, son habituales lugares de oración para los peregrinos, por lo que en ellas se podrán organizar vigilias, misas paralelas y eventos de acogida. Unos actos que también se repetirán en los templos menores de la ciudad.
Ante ceremonias tan masivas como el funeral del papa, las casas religiosas –monasterios y conventos– ofrecerán alojamiento a los peregrinos, e incluso se podrían instalar campamentos improvisados en la ciudad. Es lo que ocurrió durante el funeral de Juan Pablo II, celebrado en abril de 2005, en el que miles de fieles durmieron en parques y plazas públicas con sacos de dormir.
El funeral de Juan Pablo II, un evento sin precedentes
El funeral de Juan Pablo II fue un evento masivo sin precedentes, ya que se estima que acudieron alrededor de 1,5 millones de personas a Roma. Karol Wojtyla tuvo un pontificado muy largo (1978–2005) y fue una figura profundamente influyente tanto en la Iglesia como en la política mundial. Su gran carisma se tradujo en un fervor masivo que quedó especialmente patente en su despedida, seguida también por cientos de millones de personas en todo el mundo.
En el caso del funeral de su sucesor, Benedicto XVI, oficiado en enero de 2023, la asistencia fue considerablemente menor. Unos 50.000 fieles estuvieron presentes en la Plaza de San Pedro durante la misa fúnebre y, según el Vaticano, 200.000 peregrinos visitaron su cuerpo expuesto en la basílica durante los tres días previos al funeral. Esto se debió en parte a que fue papa emérito desde su renuncia en 2013, y su figura no generaba el mismo impacto emocional que Juan Pablo II, quien además falleció en pleno ejercicio de sus funciones, igual que Francisco.
Vista aérea de la plaza de San Pedro del Vaticano durante el funeral por el Papa Juan Pablo II, en abril de 2005. EFE / B. ZBOROWSKI
Este martes, por deseo expreso del papa Francisco, el féretro permanecerá expuesto en la capilla de la que fue su residencia, la Casa Santa Marta, lo que le convierte en el primer pontífice velado allí y no en el Palacio Apostólico, en otro más de sus giros simbólicos dentro de los ritos del Vaticano. Desde allí, el cuerpo será trasladado a la basílica de San Pedro para que los fieles le rindan homenaje.
Megaoperativo de seguridad
El Gobierno italiano ha activado un megaoperativo de seguridad para controlar la llegada masiva de fieles, y ha delegado en Protección Civil la gestión de las operaciones de emergencia y la logística. Las medidas comenzaron ya a aplicarse desde el lunes, tan solo unas horas después del fallecimiento del pontífice, cuando algunas calles cercanas al Vaticano se cerraron por precaución. Según han adelantado medios locales, está previsto que se ponga en marcha un plan similar al del fallecimiento de Juan Pablo II, con restricciones al tráfico y refuerzo de la seguridad y de los servicios de emergencia.
Un grupo de fieles camina por las calles de Roma hacia el Vaticano, tras la muerte del papa Francisco. REUTERS / K. PFAFFENBACH
En lo relativo al transporte, el grupo de Ferrocarriles del Estado Italiano (FS) ha reforzado el servicio de trenes entre las principales estaciones de Roma y los aeropuertos. Además, ha incrementado las conexiones ferroviarias de larga distancia con los principales aeropuertos italianos para hacer frente al flujo de pasajeros.
Francisco es una figura muy carismática y cercana, y ha sido un papa muy popular, especialmente en América Latina y las regiones más humildes del planeta. Aunque no se espera que la cifra total de fieles que acudan a su funeral supere la de Juan Pablo II, sí que será previsiblemente más alta que la de Benedicto XVI.
Los fieles que se desplacen a la capital de Italia se sumarán a los miles de turistas que se encuentran ya allí, muchos de ellos creyentes, a quienes la casualidad ha querido que su visita coincida con el fallecimiento del papa. Es el caso de Susi, una mexicana de Ciudad del Carmen que este martes ha acudido a la iglesia de Santa María la Mayor, donde recibirá sepultura Francisco el próximo sábado. "Es un ejemplo a seguir, porque estaba interesado en la paz del mundo, en que no haya tanta maldad y tanta muerte; tanto abuso para las personas indefensas, para los niños, para las mujeres, para determinadas razas…", ha asegurado al Canal 24 Horas. Ella se siente afortunada porque el pasado domingo asistió a la última intervención de Francisco en la Plaza de San Pedro, la bendición urbi et orbe, que finalmente no pudo leer en público por motivos de salud.
Otra compatriota suya, que en su caso vive en la ciudad estadounidense de Chicago, declara también al Canal 24 Horas que "estamos muy tristes, porque ha fallecido nuestro papa, y él veía el mundo con la gente humilde, y nos encantaba que fuese un papa de nuestra tierra, porque es argentino pero yo soy mexicana, y siempre miraba por toda nuestra gente". "Es un orgullo estar aquí, aunque nos sentimos muy tristes", expresa.
Ella había llegado a Roma para celebrar su cumpleaños, y va a permanecer en la ciudad hasta el viernes, por lo que tiene pensado acudir a dar un último adiós al papa junto con sus familiares a la basílica de San Pedro del Vaticano.
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