Dos meses de esfuerzos y una tregua fugaz para una paz que se resiste en Ucrania
- Putin declaró una tregua fugaz de 30 horas que fue secundada por Ucrania
- Trump espera esta misma semana una solución que dará paso a "grandes negocios" con EE.UU.
- DIRECTO | Guerra en Ucrania
El alto el fuego de 30 horas anunciado por Vladímir Putin era poco más que la promesa de un domingo en paz y se ha quedado en menos de eso. El atardecer del sábado apenas alcanzó para asegurar el cambio. Las sirenas antiaéreas volvían a sonar en Kiev cuando el anuncio del Kremlin ya era oficial.
Ya en la primera medianoche, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, expresaba su escepticismo ante los datos que le daban sus mandos: los combates fronterizos no se habían detenido. Horas después, era el Ejército ruso el que informaba de ataques ucranianos.
Una vez finalizada a las 00.00 horas del lunes la Pascua ortodoxa, que coincidía este año con la católica, la escasa promesa del domingo en paz se quedaba reducida a un descenso de la actividad bélica y un recuento de agresiones y violaciones de la tregua que sirven como referencia de la intensidad habitual de la contienda.
Violaciones mutuas del alto el fuego
Ucrania reportó 2.935 violaciones del alto el fuego, sobre todo en la zona de Pokrovsk, en la región de Donetsk. El desglose de la ofensiva refiere que solo en la zona de Kursk -ya casi por completo recuperada por Rusia- ha habido 96 asaltos, 1.882 bombardeos -812 de ellos con armamento pesado- y más de 950 ataques con drones.
Por su parte, Rusia, había publicado en la madrugada del domingo su propio registro de contrapartida con unos 1.400 ataques. Según el Ministerio de Exteriores ruso, solo durante las primeras horas del alto el fuego, Ucrania lanzó 48 vehículos aéreos no tripulados (UAV), incluido uno sobre Crimea. Además, las tropas ucranianas atacaron posiciones rusas con cañones y morteros en 444 ocasiones y realizaron 900 ataques con drones tipo cuadricóptero.
El Centro de Lucha contra la Desinformación de Ucrania aseguró que fueron "ataques fingidos por Moscú" para crear una imagen de Putin como "supuesto pacificador".
Un sacerdote ortodoxo oficia un servicio religioso improvisado para las tropas rusas en Ucrania Servicio de Prensa del Ministerio de Defensa ruso vía AP
La celebración religiosa de la Pascua, unida al respiro de las armas, ha dejado este domingo una imagen del conflicto y sus protagonistas muy distinta a la habitual. Desde la solemnidad de la catedral de Moscú, donde acudió Putin poco después de haber declarado el alto el fuego, o la Santa Sofía de Kiev, donde Zelenski compareció con una camisa de bordado tradicional, hasta la humildad de los altares improvisados entre los bosques o en las trincheras, las celebraciones religiosas han estado muy presentes a ambos lados del frente.
Las imágenes del día dejan el testimonio de la destrucción de muchas iglesias de ciudades ucranianas a las que los fieles han acudido y, sobre todo, de la triste ampliación de los cementerios, coloridos con las banderas azules y amarillas y habitados por los recuerdos de cada soldado fallecido cuya foto acompaña las sepulturas.
Flores, banderas y fotos de soldados ucranianos sobre sus tumbas en el Cementerio Militar de Leópolis AFP/ YURIY DYACHYSHYN
Y en todas las oraciones de este día señalado, cabe pensar, ha estado la paz.
La paz vale una fortuna
En un tono indiferente al curso de la breve y accidentada tregua, sin referencia alguna a ello, Donald Trump publicaba a medianoche un mensaje entusiasta en el que apelaba a la rentabilidad de un eventual acuerdo de cese de hostilidades.
“Espero que Rusia y Ucrania lleguen a un acuerdo este semana“
"Espero que Rusia y Ucrania lleguen a un acuerdo esta semana. Luego ambos comenzarán a hacer grandes negocios con Estados Unidos de América, que está prosperando, ¡y ganarán una fortuna!", ha dicho el presidente en sus redes.
Los grandes negocios a los que se refiere incluyen, por la parte de Ucrania, el dilatado acuerdo sobre la explotación de minerales y tierras raras que se quedó sobre la mesa el fatídico día de la humillación pública a Zelenski en la Casa Blanca, hace un mes, y que tiene visos de prosperar y firmarse esta misma semana.
En lo que respecta a Rusia, funcionarios estadounidenses están buscando maneras de aliviar las sanciones al sector energético ruso si Moscú acepta poner fin a la guerra.
El optimismo que se trasluce en el mensaje de Trump contrasta con las declaraciones de hace solo dos días, cuando tanto él como su secretario de Estado, Marco Rubio, afirmaron que Estados Unidos se retiraría de los esfuerzos de paz a menos que se observaran indicios claros de progreso pronto. Algunas fuentes citadas por Reuters señalaron entonces que, después de dos meses de esfuerzos, el temor del presidente es que esta que él pensaba resolver "en 24 horas" se convierta a la larga en "la guerra de Trump".
Dos meses de intentos frustrados
Cuando Putin declaró el fugaz alto el fuego el sábado, dijo que la tregua demostraría si Ucrania estaba lista o era capaz de implementar la paz. No aceptó la oferta de Zelenski de aumentar a 30 días el cese de hostilidades, en la que el presidente ucraniano insistió a última hora del domingo. "Si Rusia no accede, demostrará que solo pretende seguir haciendo lo que destruye vidas humanas y prolonga la guerra", afirmó.
La falta de entendimiento es total, y la mediación de Estados Unidos, tan esencial como voluble desde que Trump llegó a la Casa Blanca. Unos cien días después de su toma de posesión, no solo no ha logrado la paz que prometía inmediata, sino que ha expresado públicamente su "frustración" en varias ocasiones.
Trump ha acusado a Zelenski de provocar la invasión rusa y de "jugar con la Tercera Guerra Mundial" pero también se ha enfadado con Putin por exigir un nuevo presidente en Ucrania.
En una estrategia que incluye hacer todo lo opuesto a lo establecido por su predecesor, Joe Biden, Donald Trump se ha acercado a Rusia, histórico enemigo de Estados Unidos, en términos casi inesperados también para el Kremlin.
Por el contrario, los reproches a Ucrania por la ayuda prestada y la duración del conflicto han sido constantes, hasta el punto de cortarle temporalmente la ayuda militar, con la desprotección que supuso. La decepción por parte de Kiev se ha teñido en ocasiones de humillación y, sobre todo, inquietud por el futuro. A menudo Zelenski argumenta que del respaldo armamentístico y tecnológico de Estados Unidos, así como del resto de socios, depende la garantía de seguridad y derechos de la población civil ucraniana.
Hasta el momento, solo se ha logrado un frágil acuerdo limitado al sector energético y al Mar Negro, que según ambas partes se ha violado de forma reiterada y que no ha evitado en ningún caso los ataques mortales sobre la población de Ucrania.
Crimea en juego y Kursk, bajo mando ruso
Ucrania sí aceptó el mes pasado la propuesta de Trump de una tregua de 30 días, pero Putin afirmó que no se habían resuelto cuestiones cruciales de la verificación. Se le acusa de ganar tiempo para sacar ventaja de su posición de fuerza. Aunque insiste en que quiere negociar, rechaza lo que Estados Unidos y Ucrania aceptan y hasta el momento, no ha hecho ninguna concesión.
En cuanto a las cartas que tienen ambos bandos para una posible negociación, Ucrania ha perdido una importante ventaja territorial. Si el verano pasado había logrado avanzar en la región de Kursk, ahora la tiene prácticamente perdida en su totalidad. Ucrania tiene dificultades en su propio territorio y ahora se aferra sólo a pequeñas porciones de territorio ruso.
Zelenski siempre se ha mostrado contrario a ceder el territorio ocupado por Rusia, si bien, según informó el pasado viernes Bloomberg News, Estados Unidos está dispuesto a reconocer a Crimea como parte de un acuerdo de paz más amplio entre Moscú y Kiev.
Tampoco aumenta mucho el avance de Moscú, que se logró a costa de enormes pérdidas humanas y se desaceleró en marzo por cuarto mes consecutivo, según un análisis realizado por AFP a partir de datos proporcionados por el Instituto estadounidense para el Estudio de la Guerra (ISW).
Para algunos analistas, los próximos movimientos también podrían depender de las decisiones de la Unión Europea, que espoleada por la agitación que Trump ha provocado, se ha reforzado en su postura de apoyo a Ucrania.