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Por qué la paz en Ucrania se negocia en Arabia Saudí

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, se reúne con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, durante su visita a Yeda el pasado 10 de marzo.
AITOR SÁNCHEZ

Las delegaciones de Ucrania y Rusia han vuelto a desplazarse esta semana a casi 5.000 kilómetros de Kiev y Moscú para seguir avanzando en las negociaciones sobre un posible alto el fuego. Arabia Saudí ha vuelto a ejercer de anfitrión de unas conversaciones lideradas por Estados Unidos que se reúne por separado con cada una de las dos partes y que, de momento, ha fructificado en un alto el fuego parcial que afecta al mar Negro y a las infraestructuras energéticas.

¿Por qué la paz en Ucrania se negocia en Arabia Saudí? ¿Qué gana el régimen saudí ejerciendo de anfitrión de estas conversaciones? Te lo explicamos en un nuevo capítulo de Diario de Ucrania con la ayuda de David Hernández Martínez, profesor del Departamento de Relaciones Internacionales e Historia Global de la Universidad Complutense de Madrid y autor del libro 'El nuevo orden regional en Oriente Medio'.

Un actor neutral en la guerra de Ucrania

Hay dos claves que explican por qué Arabia Saudí alberga los encuentros entre Ucrania y Rusia. La primera es que el régimen saudí mantiene buenas relaciones tanto con Rusia como con Estados Unidos, además de una buena relación personal con Putin y Trump. La segunda es que ha sabido mantenerse neutral en la guerra de Ucrania lo que le convierte en un actor muy atractivo para ejercer de anfitrión.

"Arabia Saudí condenó la agresión a Ucrania, pero nunca se unió a las sanciones económicas y de otro tipo contra Rusia", explica David Hernández. Eso le ha permitido mantener un difícil equilibrio que ha hecho que no se resientan sus relaciones políticas y económicas con Moscú y Washington. "Tenemos que entender que esto se produce en un momento en el que el país intenta diversificar sus relaciones y no quedar ligado solo a ser aliado de Estados Unidos y de Occidente".

Las buenas relaciones de Trump con la monarquía saudí

Las relaciones de Arabia Saudí y Estados Unidos están muy marcadas por la figura y por la personalidad de Donald Trump, que no ha ocultado su cercanía con el régimen saudí. "Ya en su primer mandato, el primer viaje que Trump hizo al exterior fue a Arabia Saudí, y en su segundo mandato, uno de los primeros dirigentes con los que habló fue con el príncipe Mohammed bin Salman. Esto demuestra la buena relación personal que existe actualmente entre la administración de Estados Unidos y la monarquía saudí, explica Hernández.

Esas buenas relaciones con Moscú y Washington dejaban poco margen de veto a Ucrania a la hora de elegir el lugar de las negociaciones. "Ucrania es consciente de que los temas más delicados del conflicto los discuten Estados Unidos y Rusia primero, y se está viendo obligada a acudir a las negociaciones bajo unas condiciones desfavorables. Seguramente preferiría que las reuniones se celebraran en un país europeo, pero eso Rusia no lo va a permitir. En cualquier caso, tampoco se siente incómoda acudiendo a Arabia Saudí porque tampoco ha sido uno de los grandes valedores internacionales de Rusia".

Qué gana Arabia Saudí

Es evidente que, al margen de hacer un favor a países con los que tiene buenas relaciones, Arabia Saudí busca objetivos más ambiciosos ejerciendo como anfitrión de las conversaciones. "Para Arabia Saudí es una forma de posicionarse de una forma distinta en el escenario internacional y de presentarse como un país moderado, negociador y mediador, frente a la imagen tradicional religiosa más cerrada", afirma Hernández.

Se trata de una estrategia parecida al llamado 'sportwashing' que Arabia Saudí practica desde hace unos años albergando grandes acontecimientos deportivos para eclipsar los aspectos más oscuros del régimen. "Entre 2015 y 2020, Arabia Saudí estuvo rodeada de acciones muy polémicas a nivel internacional, como por ejemplo la intervención en la guerra de Yemen, el bloqueo sobre Catar y el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Eso generó rechazo. Lo que busca Arabia Saudí es cambiar el rol y, sobre todo, cambiar la imagen de desconfianza que se había ganado".

El movimiento de Arabia Saudí también tiene una lectura regional. Forma parte de la competencia que mantiene con Catar por el liderazgo en la zona. El gobierno catarí fue uno de los primeros en utilizar la mediación en conflictos como un elemento clave de su política exterior. "Arabia Saudí intenta de alguna forma suplir el papel que hasta entonces había desempeñado Catar. Es verdad que Catar sigue teniendo un papel fundamental, por ejemplo, la mediación en el conflicto con Gaza, sin embargo no ha habido hasta ahora ningún país de Oriente Medio que haya logrado actuar de mediador en conflictos internacionales fuera de Oriente Medio", concluye David Hernández.