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La población en riesgo de pobreza volvió a subir en 2023 hasta el 26,5% pese a mejorar los ingresos

  • La carencia material y social severa afecta al 9% de la población, una considerable subida desde el 7,7% de 2022
  • Aunque mejoran los ingresos y el empleo, el 9,3% asegura tener "muchas dificultades" para llegar a fin de mes

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Una persona sin hogar pide limosna en el centro de Madrid
Una persona sin hogar pide limosna en el centro de Madrid EFE

El porcentaje de población que se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social volvió a aumentar en España en 2023 hasta situarse en el 26,5%, medio punto más que el año anterior, a pesar de que los ingresos subieron considerablemente y de que las posibilidades de trabajar mejoraron, lo que apunta a que el incremento del coste de la vida, tras dos años de inflación disparada, ha erosionado notablemente el bienestar de los hogares españoles.

Así se refleja en la última Encuesta de Condiciones de Vida, publicada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística, que muestra que dos de los tres componentes de la tasa que mide el riesgo de pobreza y exclusión social (AROPE, por sus siglas en inglés) han mejorado ligeramente respecto a 2022. En concreto, ha descendido al 20,2% el porcentaje de población que está por debajo del umbral de renta que marca el riesgo de pobreza y también ha bajado la proporción de quienes trabajaron menos del 20% de las horas potenciales, hasta situarse en el 8,4%.

Sin embargo, esas mejoras no han evitado un incremento de la tasa, esencialmente porque la carencia material y social severa ha empeorado notablemente, al pasar de afectar a un 7,7% en 2022 al 9% de 2023. En este porcentaje se incluyen las familias que no pueden permitirse al menos cuatro de nueve conceptos prefijados, que van desde costear una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días hasta sustituir los muebles viejos, pasando por irse de vacaciones al menos una semana al año o mantener la vivienda a una temperatura adecuada.

Este incremento de las familias que sufren carencias materiales y sociales severas contrasta, sin embargo, con el significativo aumento del ingreso medio por persona, que alcanzó los 14.082 euros, un 8,3% más que en 2022. Esta subida, que sitúa el umbral de pobreza en unos ingresos de 10.990 euros, es la más elevada de la última década en la Encuesta de Condiciones de Vida y se añade a la registrada el año anterior, que ya marcó un récord con un alza del 6%.

La inflación devora el aumento de los ingresos

Y, pese a todo, el 9,3% de la población dice llegar con mucha dificultad a fin de mes, cuando en 2022 eran el 8,7%. En el otro extremo de la escala, ha bajado la proporción de población que asegura llegar con facilidad e incluso con mucha facilidad a afrontar los gastos mensuales: el año anterior sumaban el 23,2%, pero en 2023 bajaron al 22,6%. Unos resultados que señalan directamente a la inflación y al encarecimiento de la cesta de la compra, especialmente en productos como la energía y los alimentos.

Así, el 6,4% de la población no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, un punto más que el año anterior, y el 20,7% no pudo mantener la vivienda a una temperatura adecuada, cuando en 2022 era el 17,1%. Y aunque se reduce al 33,1% la gente que no pudo permitirse una semana de vacaciones, sube hasta el 37,1% la proporción de personas que no pueden afrontar gastos imprevistos, frente al 35,5% de 2022. 

Ese empeoramiento generalizado de las carencias materiales y sociales, además, afecta especialmente a las familias con niños, sobre todo si un único adulto es el que está a cargo del hogar. Por ejemplo, la población de estos hogares que no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado sube del 7,4% al 11,5%, cuatro puntos más en tan solo un año. Y casi el 60% no pueden afrontar gastos imprevistos.

De hecho, los más afectados por el incremento de la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social son los niños menores de 16 años, entre los que se ha disparado del 32,2% al 34,3%, más de dos puntos. Por el contrario, entre los mayores de 65 años ha bajado cuatro décimas, al 20,9%, y en la población en edad laboral, de 16 a 64 años, sube al 26,4%, un repunte también de cuatro décimas. En última instancia, en 2023 un 1,7% de la población estaba a la vez en situación de riesgo de pobreza, con carencia material y social severa y con baja intensidad en el empleo, lo que les sitúa como la capa más vulnerable de la sociedad española.

Navarra sufre la mayor subida de la tasa de pobreza

Por regiones, la tasa pobreza y exclusión social aumenta en diez comunidades autónomas y en Ceuta, donde alcanza su valor más alto, con casi un 42% de la población en riesgo. Le siguen Andalucía, Melilla, Canarias y Extremadura, todas ellas por encima del 30%.

Con todo, los mayores incrementos durante el último año se registran en Navarra, Cantabria y la Comunidad Valenciana, donde registran ascensos de más de dos puntos respecto a 2022. En cambio, los mayores descensos se aprecian en Extremadura y Melilla, donde reducen en más de cuatro puntos la población en riesgo de pobreza.

Pese al aumento del último año, Navarra es una de las tres comunidades, junto a País Vasco y Madrid, en las que la tasa está por debajo del umbral del 20%.