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El tono duro de Vox contra Sánchez tensa las costuras de su relación con el PP

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el de Vox, Santiago Abascal, en dos manifestaciones distintas
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el de Vox, Santiago Abascal, en dos manifestaciones distintas

Aunque PP y Vox han mostrado unidad en el 'no' a la investidura de Pedro Sánchez, las discrepancias entre los dos partidos se ha hecho patente en los últimos días. En el debate de investidura, el líder de Vox, Santiago Abascal, se dirigió directamente a los 'populares' para reclamarles impedir la tramitación de la ley de amnistía en su paso por el Senado, donde tienen mayoría absoluta, ya que "tiene la obligación legal y moral de hacerlo".

De lo contrario "estarían colaborando colateralmente con el golpe", les advirtió Abascal, por lo que ha amenazado con romper con sus pactos en las comunidades y ayuntamientos donde gobiernan juntos o donde el PP depende de los votos de Vox para gobernar. Ambos comparten el poder en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura, y la Región de Murcia y los de Alberto Núñez Feijóo dependen de los de Abascal en Baleares. También cogobiernan en más de un centenar de ayuntamientos, entre ellos Valladolid, Burgos Toledo o Elche.

El líder de Vox quiso también forzar al PP a pronunciarse sobre una de las propuestas estrella del partido, la ilegalización de los partidos independentistas catalanes. Para ello, anunció durante su intervención el miércoles una iniciativa en el Senado para que los 'populares', con su mayoría absoluta, voten sobre esta ilegalización. "Suplicamos a Feijóo que voten a favor", le ha pedido.

El jueves, una vez ya investido Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, el partido ha vuelto a tender la mano al PP. Su portavoz en el Congreso, Pepa Millán, pidió "una coordinación decidida" y una "reacción única" entre ambos partidos en todas las instituciones donde tengan mayoría para detener al nuevo Ejecutivo "ilegal" e "ilegítimo".

El PP replica que no se saltará la ley para frenar la amnistía

Sin embargo, desde el PP no recogen el guante. El jueves, la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, respondió a Abascal que serían "muy contundentes" contra la ley de amnistía porque está "fuera del marco constitucional", pero subrayó que no harán nada fuera de la ley, en referencia a la posibilidad de impedir la tramitación del texto.

"Haremos todo lo que podamos hacer y no podremos hacer todo aquello que no nos deja la ley hacer (...) es el marco de la normalidad de la democracia y es entender que las reglas del juego, igual que nosotros exigimos a Pedro Sánchez que se someta a ellas, lo primero que hacemos es someternos a ellas", señaló en una entrevista en la COPE.

Gamarra fue más allá al criticar el duro discurso de Abascal contra Sánchez. "A veces quien pretende hacer oposición a Sánchez se puede convertir en su mejor aliado", señaló al ser preguntada sobre si estaba cómoda con las acusaciones de golpe de Estado o la comparación entre Sánchez y Adolf Hitler.

Polémica por las manifestaciones en Ferraz

Abascal fue muy contundente en su intervención contra el presidente del Gobierno, del que dijo incluso que podía padecer un trastorno mental y que presidía un Ejecutivo "ilegal", y advirtió: "Vamos a utilizar todos los medios legítimos para oponernos a este golpe". En esta ofensiva, que incluye las instituciones, los tribunales y la calle, quiso incluir también al PP: "Es importante que quienes nos oponemos al golpe coincidíamos en el diagnóstico para poder aplicar los remedios, adecuados pero dolorosos y arriesgados, durante esta legislatura".

En esta ofensiva, que ha cogido fuerza especialmente desde que se empezó a conocerse el acuerdo entre PSOE y Junts que incluía la ley de amnistía, la calle tiene un papel fundamental. Fueron grupos vinculados a Vox los que convocaron las primeras concentraciones frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid y en otras localidades, y los dirigentes del partido, incluido Abascal, acudieron a las mismas.

Cuando las primeras protestas en Ferraz desembocaron en disturbios, cargas policiales y detenciones, el PP rechazó en un primer momento condenarlas, acusó al Gobierno de tratar a los manifestantes "como si fueran CDR" por la actuación policial y hubo división entre la dirección y algunos barones que sí condenaron explícitamente la violencia de algunos radicales.

Más tarde, la dirección 'popular' sí que condenó los hechos violentos y llamó a manifestarse pacíficamente. Feijóo aseguró que "la violencia no tiene cabida en democracia", pero añadió: "Ni su impunidad tampoco", en referencia a la amnistía.

El PP se desmarcó son sus concentraciones del día 12

El PP se quiso desmarcar de estas manifestaciones en las que participaban neonazis y se enarbolaban banderas franquistas y convocó concentraciones en todas las capitales de provincia de España para el domingo 12. Con estas protestas, que fueron masivas y pacíficas, el principal partido de la oposición sacó músculo, aunque a ellas se unió también Vox, ocupando un papel secundario y sin intervenir públicamente. Feijóo consiguió esquivar la foto con Abascal.

Vox participó en las concentraciones, y, buscando perfil propio, llamó a desplazar la protesta ante las sedes del PSOE en cada ciudad al término de la misma, concentraciones a las que no se sumó el PP.

Ambos partidos han pasado por momentos de unión, como la famosa foto de Colón, en 2019, los pactos tras el 28M este año o el 'sí' de los de Abascal a la investidura fallida de Feijóo en septiembre. Pero también han sido muchas las divisiones y discrepancias, la más célebre de ellos, el duro discurso de Pablo Casado contra el líder de Vox en la también fallida moción de censura de Abascal en 2020. "No queremos ser como usted", le espetó el entonces dirigente 'popular'. El inicio de esta legislatura marca un nuevo hito en esta difícil relación, que llega además en un clima de polarización exacerbada.