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El papel de la geopolítica en el terremoto de Marruecos: ¿qué lleva a un país en emergencia a rechazar ayuda humanitaria?

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El rey de Marruecos Mohamed VI llama a "un retorno a la normalidad" en las relaciones con Argelia
Imagen de archivo del rey de Marruecos, Mohamed VI

La diplomacia, en ocasiones, se entremezcla, influye o condiciona la respuesta que se da a una emergencia humanitaria. El temblor de la tierra en Marruecos, de magnitud 6,8, se ha cobrado la vida de al menos 2.900 personas y otras 5.500 han resultado heridas. Sin embargo, pese a las dificultades internas para hacer frente a este trágico acontecimiento, el reino alauita ha declinado la asistencia humanitaria ofrecida por varios países, lo que a juicio de expertos en diplomacia y relaciones internacionales pone de relieve la salud de las relaciones exteriores de Marruecos.

Por el momento, Rabat ha aceptado la ayuda de España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, rechazando, directa o indirectamente, la ofrecida por tradicionales aliados como Francia que, tras producirse el seísmo, anunció su intención de destinar cinco millones de euros para las oenegés que operan en el país.

"Las desgracias son una oportunidad para recomponer las relaciones rotas o dañadas", señala Haizam Amirah Fernández, investigador principal de Mediterráneo y Mundo Árabe del Real Instituto Elcano. En este caso, el escollo es el sistema de decisión en la monarquía de Mohamed VI, que está "altamente centralizado y controlado por el Palacio Real y por las directrices del monarca", aclara. Todas las decisiones se presentan como una cuestión de soberanía nacional.

"La diplomacia humanitaria sirve para ratificar el curso de las relaciones que no están en un buen momento", explica Lourdes Vidal, profesora de política árabe en Blanquerna-Universitat Ramon Llull. La rivalidad con la vecina Argelia se reafirma. A pocas horas de conocerse la tragedia, Argel ofreció ayuda consistente en enviar personal de rescate y la reapertura de su espacio aéreo, cerrado debido a la ruptura de relaciones diplomáticas del año 2021, a los vuelos que lleven ayuda a su vecino. Marruecos en un primer momento no respondió y dos días después el ministro de Justicia marroquí, Abdellatif Ouahbi, en el canal de noticias árabe Al-Arabiya aseguró que daban "la bienvenida a la ayuda argelina, pero en coordinación con el Ministerio de Asuntos Exteriores".

La rivalidad con la vecina Argelia

Según la agencia oficial de noticias argelina (APS), la república africana había preparado tres aviones cargados con alimentos, colchones, tiendas de campaña y equipos de rescate. Al mismo tiempo, en el canal privado marroquí Shouf TV recogía unas declaraciones del Ministro de Justicia aclarando "que sus declaraciones fueron distorsionadas" e insistiendo que es el Ministerio de Exteriores quien decide qué ayuda se necesita, declinando una vez más cualquier ayuda ofrecida desde el gigante magrebí.

"Por parte de Argelia es un gesto humanitario muy correcto, a pesar de las enormes tensiones. Es más simbólico que nada, y, en un momento dado, podría haber ayudado a relajar un poco las tensiones", argumenta Vidal. Ambos quieren tener una mayor "presencia y activismo diplomático en la región a nivel africano e internacional", que se sumó a una de las últimas decisiones de Donald Trump antes de abandonar la Casa Blanca, que fue el reconocimiento unilateral de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, antigua colonia española que en la actualidad continúa en la lista de Naciones Unidas de Territorios No Autónomos pendientes de descolonización.

El reino alauí lleva unos años desarrollando una "política exterior más asertiva que le ha llevado a tener crisis con varios países de su vecindario", explica el analista del Real Instituto de Elcano. Ha intentado con ello, pues "avanzar a sus intereses y forzar cambios de comportamiento y cambios de actitudes de países que son importantes para Marruecos", concluye. De hecho, esta política se ha traducido también en sus relaciones con Francia.

Las tensiones con Francia

"En verano de 2022, el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune y el francés Emmanuel Macron escenificaron una reconciliación sin precedentes en muchos años. Marruecos lo que ve es que Francia, quizá, se decanta por el lado argelino", señala la profesora de política árabe en Blanquerna-Universitat Ramon Llull.

"Es sorprendente que se haya dado la negativa de aceptar la asistencia internacional, en particular la francesa, en una situación de máxima urgencia", señalan. Entre los dos países hay una relación colonial y poscolonial muy estrecha con vínculos a nivel económico, social y político. Una relación que se ha ido tensando en los últimos años. Pese a ello, el rey Mohamed VI pasa largas temporadas en la capital francesa.

Tras el terremoto, Macron señaló en dos ocasiones la predisposición de mandar ayudas, sin obtener una respuesta positiva por parte de Marruecos. "Francia está dispuesta a ayudar si se le pide", señaló también la ministra francesa de Exteriores, Catherine Colonna. Aunque en las últimas horas, han intentado restar importancia a cualquier desavenencia entre los dos países, la visita del presidente galo a Marruecos se ha pospuesto varias veces en el último año.

Además, la relación está deteriorada por las acusaciones francesas del uso del programa espía Pegasus por parte de Marruecos contra dirigentes franceses, incluido Macron.

Se mezclan cuestiones de soberanía nacional, de orgullo nacional"

"Por lógica es uno de los primeros países que debían estar y han estado dispuestos a enviar ayuda. Esta 'no aceptación' de su ayuda se inscribe en un contexto de crisis diplomática bilateral que se prolonga desde hace casi tres años", argumenta Irene Fernández Molina, profesora del Departamento de Políticas de la Universidad de Exeter de Reino Unido. París se ha esforzado en los últimos tiempos en tejer mejoras en sus relaciones con Argel, aliado del Frente Polisario, movimiento de liberación saharaui que lleva medio siglo luchando por la independencia del Sáhara Occidental.

Otro punto de disputa ha sido la crisis de los visados. París quiso reducir a la mitad el número de visados a marroquíes como represalia por la negativa de Rabat a no "aceptar el retorno de sus ciudadanos en situación irregular", según defendió en septiembre de 2021 el portavoz del Gobierno francés, Gabriel Attal. La actividad consular se reanudó en diciembre del año pasado, pero las reticencias siguen. "No vamos a depender de Francia y no vamos a depender tampoco de Estados Unidos", señaló Marruecos

Estados Unidos y la situación en el Sahel

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ofreció también el pasado sábado ayuda a Marruecos desde la cumbre del G20 que ser celebrada en Nueva Delhi. Rabat tampoco ha incluido a Washington en esta lista de países "amigos". "Estados Unidos ha cambiado de actitud sobre el conflicto del Sahara Occidental", explica Irene Fernández Molina. Biden necesita revertir la decisión de Donald Trump de reconocer la marroquinidad del Sahara Occidental.

Recuerda la analista que la Casa Blanca ha apoyado de forma muy firme al Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, que hace una semana visitó El Aaiún y Dajla, dos ciudades de los territorios ocupados del Sáhara. "Todo esto obedece a querer mejorar la relación con Argelia por razones energéticas y por razones de alianzas internacionales clásicas", aclara. Además, el país norteafricano ha sido tradicionalmente cercano a la Unión Soviética y a Rusia.

Tanto Francia como Estados Unidos son conscientes de la desestabilización de gran parte del Sahel. "Argelia es el país que tiene mayor influencia y capacidad de mediación. Es un país muy reticente a cualquier cosa que parezca una injerencia en los asuntos internos de otros territorios. También ha evitado, por razones históricas, presentarse como peón de los occidentales. Pero, ahora mismo, es un socio esencial", explica Fernández Molina. Además, su capacidad por la lucha antiterrorista y su peso en el continente e instituciones africanas son claves.

España, Reino Unido y las monarquías del golfo

Los últimos movimientos de Marruecos confirman su amistad con las monarquías árabes, principalmente con Catar y Emiratos Árabes Unidos. "Se trata de monarquías mucho más ricas, no se percibe esta situación de dependencia y de desigualdad. Aceptar esta ayuda se ve como una forma de ayuda natural", explica Vidal. Tampoco Israel está en esta lista conformada solo por cuatro donantes. "A la opinión pública le costaría mucho más digerir este tipo de cooperación procedente de un país como Israel", añade la profesora de política árabe en Blanquerna-Universitat Ramon Llull.

Las casas reales del Golfo han sido aliadas estrella de Marruecos "desde los años 70, desde que surgió el conflicto del Sáhara Occidental, siempre han estado de su lado, también en el contexto de la Guerra Fría, con su alianza con Estados Unidos", argumenta Fernández Molina. Se acepta su ayuda aunque, quizá, ni están próximos geográficamente ni tienen la capacidad técnica que podrían aportar otros países.

Por su parte, España ha sido uno de los primeros países en acudir en auxilio de su vecino del sur, desplegando un equipo de la UME, rescatistas y ayuda humanitaria. Las relaciones de España con Marruecos, si bien tuvieron momentos de alta tensión durante los años 2020 y 2021, dieron un giro histórico en el primer trimestre del año 2022, Pedro Sánchez apoyó el plan marroquí para la autonomía de la que fue colonia española. Lo que ocurre en este terremoto se ha visto también en otras catástrofes naturales. "Siempre se da prioridad a lo que se considera que son las alianzas internacionales que no van a mermar esa soberanía", concluye Fernández Molina.