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Día de los humedales

Fuente de Piedra, el refugio de los flamencos que vive "pendiente de la lluvia": "La sequía afecta a las colonias"

  • El nivel de agua se sitúa en 25 cm, lejos de la media de 50 cm, lo que podría afectar a la reproducción en este ecosistema
  • La laguna cumple un doble aniversario: 40 años de humedal Ramsar y diez como zona especial de aves
  • El 85% de los humedales de importancia internacional de España se encuentran en un estado de conservación preocupante

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Dos flamencos en encuentran en el agua
Miles de flamencos se dan cita cada año en la Laguna de Fuente de Piedra, Málaga.

El blanco y el rosa ya comienzan a teñir la Laguna de Fuente de Piedra. Es época de cortejo para los flamencos y, como cada año, este humedal salado, situado en el corazón de Málaga, se convierte en el mayor refugio de la Península, una tarea cada vez más complicada debido a los bajos niveles de agua de la laguna.

Las lluvias han dejado este mes un nivel de agua de 25 cm que supera los escasos nueve conseguidos el año pasado, pero queda lejos de los 50 de media que tiene este espacio natural. “Necesitamos que llueva más para evitar que el proceso natural de evaporación acabe con el agua almacenada en la laguna. Vivimos pendientes de la lluvia, la sequía afecta a las colonias de aves, ya que no encuentran suficiente alimento ni las condiciones adecuadas para criar”, explica a RTVE.es la directora de conservación de la reserva natural de Fuente de Piedra, África Lupión, que apunta a que hay que seguir incidiendo en una “gestión responsable” del agua, especialmente, en el sector agrícola intensivo de los alrededores.

El cambio climático es otro de “los grandes retos que enfrenta la laguna”, añade el coordinador del grupo local Gudaleba de la ONG ecologista SEO/Birdlife, Javier Álvarez, sobre este espacio que este año celebra su 40 aniversario como humedal de la lista Ramsar. “Las alteraciones en las temperaturas o en la humedad como consecuencia del calentamiento del planeta pueden afectar a los organismos o especies de los que se alimentan las aves”, cuenta al respecto e invita a que se aumente la protección de estos lugares que celebran este 2 de febrero el Día Mundial de los Humedales.

Según el informe “Humedales Ramsar en España: en alerta”, de SEO/Birdlife, la Laguna de Fuente Piedra sufre una “presión muy alta” en sus aguas que afecta a la calidad de sus hábitats. Este no es el único caso, el 85% de los humedales de importancia internacional de España se encuentran en un estado de conservación preocupante, siendo especialmente conocidos los casos de Doñana, Daimiel o el Delta del Ebro.

Los humedales españoles, en cuidados intensivos

La falta de agua dificulta la búsqueda de alimento y la nidificación

Pese al temor al aumento de la sequía, Lupión no pierde las esperanzas de que este año la lámina de agua ascienda a unos 30 cm mínimo para el desarrollo de las aves. “Por el momento hay 1.800 parejas de flamencos, pero aún es temprano y estamos en el inicio de la temporada, que dura hasta el verano”, indica sobre esta laguna temporal, que cuando se seca deja a relucir su brillante capa de sal. “La laguna se seca en ocasiones, lo que no es usual es que sea en épocas prolongadas o a niveles bajos”.

El máximo de parejas registradas de flamencos ha llegado hasta las 26.000 en 2013, siendo el mínimo unas 2.000 en los años 90, también por falta de agua. El año pasado fue de unas 8.400 y este “dependerá de si encuentran suficiente agua y alimento”, asegura sobre una especie que suele viajar a otros espacios como Doñana o las Marismas del Odiel, humedales también con una gran presión en los acuíferos. No obstante, especifica, esta especie aún no se encuentra en un peligro extremo, ya que al ser aves longevas pueden nidificar otro año.

En los humedales – describe Javier Álvarez - estas aves buscan alimentos como los crustáceos artemia salina, cuyos pigmentos dan el característico color rosado al plumaje de los flamencos. De hecho, algunos se “maquillan” con ellos para atraer a las hembras y, "aunque puede parecer una simple anécdota, demuestra la fragilidad de los ecosistemas” y cómo las aves pueden cambiar sus rutinas.

Flamencos buscan alimento entre las aguas de Fuente de Piedra

Encontrar alimento en Fuente Piedra se hace más complicado en periodos de sequía. Reserva Natural de Fuente de Piedra

“Hay que apostar por la calidad del agua y las condiciones adecuadas”, opina Lupión. “Esta es una zona muy sensible y el uso agrícola intensivo está ocasionando que ciertos valores de la calidad del agua no sean óptimos. Lo estamos monitorizando y estamos esperando los resultados”, apunta.

La concentración de nitratos generados por los fertilizantes que se utilizan en la agricultura ya ha generado problemas con anterioridad en el pueblo cuando los vecinos tuvieron que depender durante casi cuatro años de un camión cisterna para tener agua potable, debido a la salinización y contaminación del agua por nitratos. En la región, aunque no se ha llegado a ese extremo, tampoco quieren repetir desastres naturales en otros puntos de España como la de la laguna salada del Mar Menor en Murcia, donde la alta concentración de nitratos acabó con la muerte de miles de peces.

La laguna cumple un doble aniversario con “un futuro incierto”

Aunque los flamencos son una de los reclamos más conocidos de este espacio, la laguna alberga más 200 especies de anfibios, reptiles, mamíferos y aves en su más de 1.400 hectáreas. El humedal que, además de los 40 años como sitio Ramsar, cumple diez de su nombramiento como Zona Especial para la Protección de las Aves (ZEPA), cuenta con más de 30.000 aves de 25 especies destacando las grullas, la malvasía cabeciblanca o cercetas pardillas, el pato más amenazado de Europa.

Desde que fue declarado como ZEPA, se han conseguido grandes avances, indica Javier Álvarez, ya que "se ha puesto la conservación en el punto de mira" y “se han dedicado más recursos y esfuerzos” para que cada vez sea menor “el furtivismo o los daños” en el paraje. “Hay que concienciar y seguir con el trabajo, el futuro es incierto por el cambio climático y seguramente se nos vienen nuevos retos”, agrega.

Una de las actividades de concienciación que más visibilidad tiene en la zona es el anillamiento de las aves, que atrae a miles de visitantes. En esta práctica se les coloca una pequeña anilla de metal en la pata, se les pesa y mide el pico para después dejarlos en libertad. “Hace poco identificamos a una hembra de 42 años de flamenco llegada de Francia, lo que nos permite ver la edad de estas aves”, relata África Lupión, que también apuesta por la realización de más controles del agua y aumento de recursos para mantener la conservación de la laguna.

Voluntarios durante el anillamiento de flamencos.

Voluntarios durante el anillamiento de flamencos. GUYOT

El turismo intenta remontar el vuelo tras la pandemia

Un nuevo periodo de sequía podría suponer un mazazo para los más de 2.500 vecinos del municipio de Fuente Piedra, muy ligado al desarrollo de la laguna. En épocas anteriores lo fue por la extracción de sal y, ahora, por un turismo que, aunque tocado por la pandemia, intenta remontar el vuelo para volver a las cifras anteriores.

Así lo explica Marta, vecina de la localidad y dueña de Visitas Fuente Piedra, empresa turística que realiza excursiones guiadas en la zona. Al comienzo, relata, acogía grupos de escolares de cerca de 50 niños todas las semanas, sin embargo, ahora apenas llegan a diez centros de estudio. “Hace dos años el nivel estuvo tan bajo que muchos flamencos abandonaron los huevos y no tuvimos casi polluelos, limitando mucho el avistamiento y las visitas para este tipo de aves”, lamenta.

Esta malagueña vive en la región desde hace más de 40 años y ha visto cómo la declaración de humedal al principio “chocó” a los vecinos, ya que la “usaban casi de escombrera”, pero después la conocieron y ahora “muchos la aprecian como un lujo natural”.

“La gente viene a ver la laguna y las aves y después alquila una casa rural o va a los restaurantes del pueblo. Muchos dependemos de ella y del agua de la lluvia. Eso es lo que nos permite poder trabajar aquí”, ha dicho sobre la región, en la que señala que no hay apenas industria, sino turismo y agricultura y que ambos deben “encontrar un equilibrio para convivir respetando la naturaleza”.

“Sería una pena perder todo. Veo todos los días la laguna desde mi terraza, trabajo en ella y enseño a conservarla. Es prácticamente mi vida”, asegura esta vecina, que mira con pesar a la vez el cielo y la laguna esperando que caiga una lluvia que parece que, cada vez más, tarda en llegar a la zona.

Un grupo de personas observa la laguna acompañados de guías

Turistas observan la laguna acompañados de guías Visitas Fuente Piedra