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México

¿Hasta dónde llega el poder de los militares en el México de López Obrador?

  • Además de ocuparse de la seguridad, construyen obras públicas, administran negocios y podrían tener su propia aerolínea
  • El presidente López Obrador ha dado mayor poder que nunca a las Fuerzas Armadas

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López Obrador militariza México: el Ejército podría tener su propia aerolínea

Las Fuerzas Armadas se han convertido en el comodín del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, AMLO. No solo les ha entregado el monopolio del combate a la violencia, sino que acude a ellas para resolver todo lo que considera importante. Les ha confiado desde los megaproyectos de infraestructuras, como el nuevo aeropuerto o el Tren Maya, hasta los grandes desafíos logísticos o de seguridad, como el reparto de las vacunas contra la COVID o el control de puertos y aduanas. Son militares los médicos que cuidan de su salud e incluso los que se ocupan del mantenimiento de su casa.

López Obrador, en una de sus intervenciones ante la prensa

Desde que llegó al poder, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dado un creciente poder a las Fuerzas Armadas, en espacios de la sociedad civil. EFE/ISAAC ESQUIVEL

Son tantas las nuevas tareas que el presidente mexicano ha asignado a la secretaria de Defensa Nacional (SEDENA), que se bromea con que también deberían hacerse cargo de la maltrecha oposición política o de los medios de comunicación, que tanto denuesta. A muchos también les sonó a tomadura de pelo su última ocurrencia: que el ejército tenga su propia aerolínea.

Dar salida al avión presidencial

El planteamiento de López Obrador es que recupere el nombre de la antigua compañía aérea de bandera, “Mexicana de Aviación”. Se abrirían rutas a lugares donde no viaja el resto de aerolíneas, contando con una modesta flota de diez aparatos alquilados y con uno propio: el avión presidencial. Daría salida así a la lujosa aeronave que AMLO se ha negado a usar y que ha querido vender, sin éxito, desde el primer día de su mandato. De momento, se estudia la viabilidad y legalidad del proyecto porque el ejército no podría controlar a la vez aerolíneas y aeropuertos.

El anuncio, en cualquier caso, venía a confirmar lo que ya habían publicado algunos medios en base a información extraída de los millones de correos del ejército filtrados por un grupo de hacktivistas que se hacen llamar “Guacamayas”. Esos correos también revelan que las Fuerzas Armadas gestionarán varios parques naturales y hoteles, además de la concesión, que ya tienen, para la explotación turística de las Islas Marías, en el Pacífico Mexicano.

Patronal vs. militares

El presidente mexicano asegura que los beneficios irán destinados a pagar las pensiones de los militares, pero algunos empresarios no lo ven con buenos ojos. El dirigente de la patronal Coparmex, José Media Mora, ha criticado que los militares se metan a operar negocios: “Esa no es su misión”. Con la intromisión de los militares en estas tareas, algunos temen además que el gobierno mexicano se esté mirando en el espejo de Cuba, donde el Ejército controla el negocio turístico. O en el de Venezuela, donde la fidelidad de los militares al régimen también está blindada por negocios compartidos.

El empoderamiento económico de las Fuerzas Armadas coincide además con la consolidación de su papel como pilar de la estrategia de seguridad. El Senado aprobó la semana pasada la prórroga que les permite seguir haciendo de policías hasta el año 2028.

Militares haciendo de policías

Es un tema controvertido en el que el propio presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, admite haber cambiado de opinión. Antes de llegar al poder defendía el regreso de los militares a los cuarteles. Ahora, viendo la crisis de violencia que atraviesa el país, considera imprescindible que sigan patrullando las calles. Su gran apuesta en materia de seguridad, la Guardia Nacional, un cuerpo de carácter civil creado para sustituir a la Policía Federal, también ha acabado bajo mando militar.

Cinco Continentes - La preocupante militarización de México - Escuchar ahora

AMLO se aferra a que las encuestas reflejan que Ejército y Marina son las dos instituciones públicas en las que más confía la población. Defiende además que son las autoridades locales, tanto del partido del gobierno (MORENA) como de la oposición, las que reclaman su presencia en sus territorios para velar por la seguridad.

Los riesgos de la militarización

Los detractores de la militarización lamentan, en cambio, que se perpetúe la apuesta por el ejército y se postergue, una vez más, el reforzamiento de los cuerpos policiales a nivel municipal y estatal. Recuerdan que hace ya 16 años que el expresidente Felipe Calderón sacó a los soldados de sus cuarteles para librar la llamada “guerra contra el narco” y que desde entonces la violencia se ha disparado.

De 2006 a la fecha, ha habido 400.000 homicidios y 100.000 desapariciones. Los militares han sido además acusados de numerosas violaciones de derechos humanos, desde torturas a ejecuciones extrajudiciales.

El presidente mexicano marca distancias con el pasado e insiste en que ahora que él es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas las cosas han cambiado. Las noticias de las últimas semanas le contradicen. Ha habido informaciones que dan cuenta de que el ejército sigue teniendo gatillo fácil, como el caso de la niña Heidi, de 4 años, asesinada supuestamente a manos de militares en Nuevo Laredo. Se han hecho públicas también evidencias que apuntan a que dos periodistas y un activista fueron espiados por la SEDENA.

Periodistas y activista espiados por Ejército exigen reacción a López Obrador

Los periodistas Daniel Moreno (d), Ricardo Raphael (i) y el defensor de derechos humanos Raymundo Ramos (c),espiados por las Fuerzas Armadas a través del software Pegasus EFE/SÁSHENKA GUTIÉRREZ

López Obrador niega haber dado esa orden, pero los espiados se preguntan si el ejército podría haberlo hecho sin el beneplácito de su comandante en jefe.

Un poder militar por encima del civil

El riesgo de un creciente desequilibrio entre el poder civil y el militar se ha observado también en las declaraciones del GIEI, el Grupo de Expertos Independientes comisionados por la CIDH para acompañar las investigaciones del Caso Ayotzinapa. Insistieron en que las Fuerzas Armadas se resistían a compartir toda la información de la que disponían en aparente desobediencia a las órdenes que había dado el presidente López Obrador de que colaboraran plenamente. Los últimos datos sobre el caso apuntan a un involucramiento activo de los militares en la desaparición de los 43 estudiantes y a una relación estrecha entre algunos mandos y delincuentes de Guerreros Unidos.

Y por si fuera poco, a todo esto se suma el goteo diario de exclusivas que van sacando los medios de la fuente inagotable que son los millones de documentos extraídos con el hackeo de los servidores de la SEDENA.

La filtración masiva no solo ha expuesto la vulnerabilidad de las Fuerzas Armadas ante cualquier ataque digital, sino que han dejado al aire, además de un sin fin de escándalos, las fijaciones de la institución más mimada por el presidente, capaz de situar la amenaza de los colectivos feministas al mismo nivel que la de grupos terroristas.