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El Banco de España revisará al alza la inflación y recortará su previsión para el PIB de 2023

  • El gobernador ha explicado que los indicadores tienden a confirmar la pérdida de impulso de la actividad en el tercer trimestre
  • "La magnitud del incremento de la inflación no tiene precedente reciente", ha señalado

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El Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos
El Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha avanzado este lunes que la entidad revisará a la baja el crecimiento económico para 2023 y elevará su previsión de inflación media anual hasta 2024 en la próxima actualización de sus proyecciones macroeconómicas que publicará a principios de octubre.

Durante su intervención en la Cátedra de la Fundación La Caixa "Economía y Sociedad", el gobernador ha explicado que los indicadores más recientes tienden a confirmar la pérdida de impulso de la actividad en el tercer trimestre, entre ellos la moderación del dinamismo del empleo, las matriculaciones de automóviles, el índice del comercio al por menor o el índice de producción industrial.

Además, el gobernador ha recordado que la recuperación en España tras el impacto de la pandemia sigue siendo incompleta, con una brecha negativa del producto con respecto a los niveles prepandemia, a diferencia del caso del área del euro.

Las últimas publicadas en junio anticipaban un crecimiento del Producto Interior Bruto , 2,8% en 2023 y 2,6% en 2024. Por su parte, se proyectaba una inflación del 7,2% en 2022, 2,6% en 2023 y 1,8% en 2024.

Pero, las últimas previsiones de Consensus Forecasts, correspondientes al mes de septiembre, proyectan un crecimiento en España del 4,3% para 2022 y del 1,6% en 2023. En cuanto a la inflación, se proyecta una tasa promedio del 8,8% y 4,1% en 2022 y 2023, respectivamente.

Caídas de las rentas reales significativas por la inflación

Durante su discurso, el gobernador ha advertido de que las presiones inflacionistas están siendo muy elevadas y persistentes, generando "caídas de las rentas reales significativas". "La magnitud del incremento de la inflación no tiene precedente reciente", ha señalado.

En concreto, en el área del euro, el Índice Armonizado de Precios de Consumo (IAPC) se situó en el 9,1% en agosto. En España, se ha incrementado desde tasas ligeramente negativas a finales de 2020 hasta el 10,5% en agosto de 2022. Y ello a pesar de que las medidas adoptadas para contener el alza de los precios energéticos han reducido en 1,8 puntos porcentuales la inflación total en ese período, según el Banco de España.

De su lado, el organismo ha advertido de que el aumento entre diciembre de 2021 y agosto de 2022 de la tasa de variación interanual de los precios de los alimentos ha sido de 8,1 puntos. También ha generado una cierta traslación al resto de bienes y servicios: se estima que un incremento de 10 puntos en los precios de las materias primas alimenticias acaba teniendo un efecto de cuatro décimas en el IPC general al cabo de un año.

La pérdida de poder adquisitivo es "muy significativa"

Con todo este escenario, Hernández de Cos ha señalado que el avance de la remuneración por asalariado se situó en España en el 4,8% en el segundo trimestre, muy por debajo de la inflación.

El gobernador ha incidido en que la pérdida de poder adquisitivo de los hogares es "muy significativa", mientras que los márgenes empresariales muestran una relativa estabilidad a nivel agregado. Según ha advertido, uno de los elementos de riesgo en este escenario es el relativo a posibles efectos de segunda ronda, que por ahora no se estarían produciendo. Por ello, ha vuelto a insistir en la necesidad de que agentes sociales alcancen un pacto de rentas.

En este marco, se debería acordar el reparto de costes entre las empresas, que habrían de aceptar una reducción de sus márgenes unitarios, y los trabajadores, cuyo poder adquisitivo "no podría mantenerse intacto", según el gobernador. El eventual pacto de rentas debería evitar que las medidas sean de aplicación excesivamente general y contemplar compromisos plurianuales concernientes a los incrementos salariales y la evolución de los márgenes.

En este sentido, considera "deseable" evitar fórmulas de indiciación automática de los salarios a la inflación pasada o de cláusulas de salvaguarda, para reducir el riesgo de que se desencadene una realimentación entre los incrementos de los salarios y los de los precios.

Además, con el escenario actual, el gobernador ha advertido de que el endurecimiento de las condiciones de financiación puede incrementar la presión financiera soportada por algunas empresas y hogares. Para España, se estima que el peso de los gastos financieros sobre los resultados económicos antes de intereses de la empresa mediana endeudada aumentaría, a corto plazo, entre 2,5 y 5,6 puntos, según el porcentaje de deuda y créditos que se refinancien.