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Elecciones en Francia

Emmanuel Macron, el candidato que sorprendió en 2017 y primer presidente reelegido en dos décadas

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Macron, liberal en lo económico y más progresista en lo social

El candidato socioliberal a la presidencia de Francia, Emmanuel Macron, llegó al Palacio del Elíseo en 2017 como un soplo de aire fresco sin haberse presentado antes a ningún cargo electivo. Desafió a los partidos tradicionales franceses y eso le benefició en sus primeras elecciones presidenciales.

"El hecho de que no llegara de ninguno de esos dos partidos, al tener su propia marca”, hizo que lograra “imponerse en un juego político que estaba en plena reconfiguración”, según afirma en declaraciones a RTVE.es el investigador del Centro de Relaciones Internacionales de Barcelona (CIDOB), Moussa Bourekba.

Ahora, ya no es un desconocido y tras cinco años de mandato, ha vuelto a ganar a su contrincante ultraderechista, Marine Le Pen. Es el primer presidente de Francia en ser reelegido en dos décadas. El presidente francés ha ganado la segunda vuelta de las presidenciales con un 57,4% de los votos, con más del 95% de los sufragios escrutados, frente al 42,6% de Le Pen, en unos comicios que se le presentaban más complicados que en 2017.

Francia 2022 Resultados segunda vuelta
La Repblica en Marcha
partido Porcentaje de Votos obtenidos: 58,5%
Emmanuel Macron
Nº Votos obtenidos: 18.779.809 votos 66,1%
Agrupacin Nacional
partido Porcentaje de Votos obtenidos: 41,5%
Marine Le Pen
Nº Votos obtenidos: 13.297.728 votos 33,9%

Macron, liberalismo económico envuelto con discurso patriótico

Emmanuel Macron, un antiguo banquero que estudió en la elitista Escuela Nacional de Administración, llegó al Elíseo en 2017 como una incógnita. Fue ministro de Economía con el presidente socialista François Hollande, pero nunca antes se había presentado a un cargo electivo.

Durante la campaña que le llevó a la presidencia, Macron ofreció una visión más centrista de Francia, dejando de lado viejas lealtades políticas y desafiando a los partidos tradicionales, algo que para muchos franceses le diferenciaba de la clase política dominante.

La directora del departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Nebrija, Adela Alija, asegura que Macron llegó en un momento de “crisis brutal del sistema clásico de partidos”. “En esa crisis del sistema llega un señor que en realidad no tiene un partido claro detrás y no presenta una ideología clara, sino que lo que lo acredita es como una especie de soplo de aire fresco en la política tradicional”, añade la experta.

En este sentido, Bourekba explica que en 2017, Emmanuel Macron “era la gran novedad”. “No tenía un partido, sino que decía tener un movimiento. No se describía como alguien de izquierda ni de derecha, sino que suponía estar en una especie de centro”, afirma el investigador.

Por su parte, el director de la Oficina en Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), José Ignacio Torreblanca, señala que Macron “leyó muy bien cuál era el momento de crisis y de desestructuración de la política francesa”. “Macron es muy inteligente a la hora de insertar una propuesta que, por un lado es económicamente liberal, pero que es capaz de envolverlo en un discurso patriótico, de valores colectivos”, recalca.

Su éxito: ideología, oportunismo y nuevas técnicas electorales

En 2017, Macron prometió llevar un nuevo estilo político a la presidencia con una ambiciosa agenda de reformas económicas y cuyas prioridades se centraban en hacer frente al desempleo, la educación y relanzar el proyecto europeo.

Según Bourekba, “muy a menudo, el que representa la novedad es el que puede llevarse buena parte de los votos o el que incluso puede ganar una elección”. “Macron sí representaba la novedad, pero esto no ocurre ahora y es un dato a tener en cuenta para esta segunda vuelta”, subraya.

Para el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, Andrea Betti, Macron es “el típico líder que representa un poco cómo ha cambiado en la última década la política en muchos países europeos”. “Además de una competición entre izquierda y derecha, hay una nueva competición entre los que están a favor de más integración y de más globalización y los que, en cambio, están a favor de una visión más restrictiva de la integración”, explica Betti.

Otro de los aspectos que llevaron a Macron al Palacio del Elíseo fueron sus nuevas técnicas electorales. Su campaña empleó algoritmos a través de los cuales identificaba los barrios y distritos que eran más representativos de Francia. Gracias a esa información, el partido comprendió las prioridades y políticas de campaña.

Además, su campaña hizo un fuerte uso de las redes sociales, algo que ha mantenido en la carrera hacia la presidencia este año. La fotógrafa oficial de Macron, Soazig de la Moissonniére, ha publicado una serie de imágenes del mandatario con las que buscaba ofrecer su lado más natural. La foto más viralizada ha sido una en la que Macron aparece con una camisa abierta sentado en un sofá.

“En ese momento (2017) los partidos políticos tradicionales, además de ser tradicionales en sus pensamientos, eran partidos analógicos en la manera en la que hacían campaña, pero Macron fue muy innovador”, señala Torreblanca. “Desde el principio utilizó muy poderosamente las redes sociales y la capacidad de comunicarse directamente con los votantes. Por eso fue capaz de llegar al poder sin crear un aparato orgánico y una estructura territorial fuerte”, añade el experto, quien indica que “realmente fue una combinación muy exitosa de ideología, oportunismo y técnicas electorales novedosas”.

El beneficio del efecto guerra para Macron, diluido

Antes de que comenzara la guerra en Ucrania, el presidente francés aprovechó su presidencia semestral de turno de la Unión Europea para posicionarse como principal mediador europeo. Macron mantuvo varias conversaciones con el presidente ruso, Vladímir Putin, tanto personales como por teléfono, antes y después de la invasión que comenzó el 24 de febrero, en un intento frustrado por lograr una desescalada en Ucrania.

El director de la Oficina en Madrid del ECFR opina que a Macron “en un principio le beneficiaba el efecto guerra, porque siempre hay un efecto de sumarse a la bandera cuando hay una guerra, y eso le impulsó al principio”. Sin embargo, señala que “ese efecto se ha ido diluyendo y ha ido descendiendo más a los efectos económicos y la inflación al precio de la vida”.

“Macron pensaba que iba a hacer una campaña mucho más exitosa y realmente no lo ha conseguido. Además tampoco su diplomacia con Putin ha tenido éxito. No le ha hecho parecer un líder fuerte, ni decisivo, ni que consiguiera cosas. Se ha quedado un poco eclipsado”, añade Torreblanca.

Por su parte, tanto Alija como Bourekba coinciden en que las gestiones de Macron sobre Ucrania no le ha venido especialmente mal durante las elecciones. “Macron estuvo en una postura en la que, de forma general, los franceses y los políticos pensaban que había que estar. Ante el riesgo de una guerra había que dialogar, hablar con Putin y buscar la vía diplomática, no el conflicto”, asegura el investigador del CIDOB.