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Guera en Ucrania

Horas oscuras para los habitantes de Kiev: refugiados en estaciones de metro y búnkeres improvisados

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Los habitantes de Kiev se refugian en estaciones de metro y búnkeres improvisados

La agresión militar de Rusia a Ucrania está provocando un dolor inmenso a la población civil, que afronta un segundo día de guerra con un horizonte desolador: las tropas atacantes han logrado entrar en la capital y los combates se intensifican. Son miles los ciudadanos que este viernes se encuentran atemorizados dentro de sus casas mientras otros permanecen en refugios antiaéreos, se resguardan en las profundidades de las estaciones de metro o siguen el avance bélico lejos de su hogar tras haber huido al oeste o haber cruzado la frontera para protegerse del horror en algún país vecino.

El estado general de la ciudadanía en Ucrania, desde el primer ataque ruso, es de miedo y desconcierto, y la situación no hace más que empeorar a medida que se recrudece el conflicto.

Una noche muy dura en Kiev: "Nos despertamos por una explosión muy fuerte"

En Kiev, según cuenta el enviado especial de TVE Víctor García Guerrero y relatan también algunos residentes, la madrugada del jueves al viernes ha sido especialmente dura y oscura. Muchos de los que este jueves por la mañana trataban de mantener la calma y decidían permanecer en sus domicilios, han amanecido esta mañana en alguna estación de metro o han decidido protegerse ahí este viernes.

"Hemos decidido que íbamos a dormir por turnos pero no hay manera. Estamos esperando con la ropa puesta y escuchando las alarmas para escondernos en el interior del metro, que está a unos dos minutos a pie de nuestra casa", confiesa Anastasia a EFE.

Esta residente en Kiev de 32 años estuvo la pasada noche en casa de unos amigos. No se sentía segura tras oír de forma constante explosiones en los alrededores de la ciudad, con la amenaza cada vez más cercana de que los soldados rusos entrasen finalmente en la capital, algo que creían que podía ocurrir la pasada noche y que finalmente se ha producido por la mañana, por el barrio de Obolón, en el norte de la capital.

Ese es el contexto en el que han amanecido los habitantes de la capital, alertados también por el sonido de los bombardeos y las alarmas antiaéreas.

"Nos despertamos a las cuatro por una explosión muy fuerte muy cerca de aquí. Luego vimos las imágenes de nuestros vecinos. Resultó ser un misil derribado por las fuerzas ucranianas y cayó muy cerca de la casa donde vivo. Luego hubo otra explosión y dicen que cerca de Kiev derribaron un avión ruso (...) Hay que intentar hacer algo para salvar a los niños, que no merecen todo esto", cuenta a RNE Olena, una mujer que permanece refugiada en una escuela junto a sus hijos.

Estaciones de metro convertidas en refugios antiaéreos también en Járkov

También en otras ciudades como Járkov las estaciones de metro se han convertido en búnkeres improvisados ante el peligro que representan los ataques aéreos.

"Hace tres minutos se intensificó, se acercaron a la zona en la que estamos varios proyectiles (...) Comenzaron a sonar cristales de coches y ventanas por las ondas expansivas.. Se ha escuchado muy, muy cerca de donde estamos", relata a TVE Edison Montachana, un ecuatoriano residente en Járkov que la pasada noche decidió resguardarse en el metro, como han hecho, dice, numerosas personas de esa ciudad. La mayoría de los que llegan este viernes, cuenta, son mujeres, extranjeros, ancianos y niños porque muchos hombres "están alistándose en las filas del ejército".

Tengo miedo por mi hijo de dos años

Alexander, sin embargo, no se ha separado por el momento de los suyos. Se encuentra en una de esas guaridas subterráneas que se han improvisado en las profundidades de la ciudad: "Tengo miedo por mi hijo de dos años", dice este hombre en un día en el que el ministerio de Defensa ha pedido a los civiles que eviten salir a la calle y permanezcan en los refugios.

No todos pueden ir al metro o salir de su ciudad: "Mi madre no puede moverse"

Pese a la recomendación del Gobierno, hay quienes, como Ziadana, empiezan a sentir que deben dejar atrás su hogar. Ella tiene 70 años y, aunque no pensaba abandonar su casa, se lo plantea después de haber pasado toda la noche escuchando alarmas y sirenas en Kiev. "No quería irme. Ayer se fue toda mi familia y ahora buscaré a algún vecino que quiera marcharse. Yo me quería quedar en mi casa", dice en una llamada con RTVE.es.

Tetiana Vasileva, una ucraniana que vive en un barrio de Kiev, en cambio, no ve posible ninguna escapatoria y ha tenido que pasar la noche en casa, sin salir. Todos sus vecinos se escondieron en refugios en cuanto empezaron a sonar las sirenas de alerta, pero ella no puede hacerlo porque tiene que cuidar a su madre, que tiene una discapacidad.

"No sé qué hacer con mi madre porque no puede moverse", lamenta en una conversación con RNE. La noche para ellas, como para Olena y Tetiana, ha sido muy dura porque también han sufrido el ataque aéreo y el derribo de dos misiles balísticos por parte de las fuerzas de defensa ucranianas. También ella explica que un avión ruso, al parecer, ha caído encima de un bloque de pisos y lo ha incendiado.

No sé qué hacer con mi madre porque no puede moverse

También allí, en la capital, cuenta Vasileva, las estaciones de metro, que son muy profundas, están repletas de gente: “Mi barrio está más lejos del centro, no hay metro y podemos escondernos solamente en los sótanos de los edificios”, explica la mujer, que se plantea incluso unirse a las fuerzas de defensa territorial, pero no sabe en qué situación se quedaría su madre si lo hace.

Aunque el panorama sea dramático, ella confía en que su país superará la invasión y cree que no hay que rendirse. Lo mismo siente Tatiana, una mujer residente en Dnipro que confiesa estar "aterrada" e "histérica" pero que insiste en el deber que tienen los ciudadanos de "proteger" su patria.

"En caso de peligro directo tengo una familia a la que proteger y tengo una hija adolescente a la que sacaré, pero mi marido no piensa abandonar el país. Si yo me voy con la hija, él se queda, y si yo consigo dejarla en un lugar seguro, yo me vuelvo. Es nuestro país, nuestra tierra, estamos dispuestos a luchar hasta la muerte", dice Tatiana, que reside en una zona que fue bombardeada la pasada madrugada. Ahora, dice, está más tranquila la situación pero a 200 kilómetros hay más batallas y tanques.

"Toda mi vida está aquí y todo está amenazado ahora por la locura de una persona", lamenta la mujer, refiriéndose al presidente ruso, Vladímir Putin.

Las Mañanas de RNE - Tetiana Vasileva, ucraniana en Kiev, no puede esconderse en refugios: "No sé qué hacer con mi madre, no puede moverse" - Escuchar ahora

La dificultad de "mantener la mente fría" en mitad del miedo y el caos

A 130 kilómetros al oeste de la capital se encuentra Valentina, otra ciudadana ucraniana que jamás podría haber imaginado, dice, que su país sería invadido de esta manera: "No es una operación militar especial. Es una guerra, en el año 2022, en Europa", subraya.

En su casa, cuenta, intentan "mantener la mente fría" pero no siempre es posible: "Tenemos las maletas preparadas por si tenemos que salir al sonar la alarma. Los supermercados están abiertos, los bancos sí que están cerrados, hay colas para las farmacias... pero en general hay comida. Lo más importante lo hemos comprado", explica.

Esas colas que describe Vasileva llevan viéndose en diferentes puntos del país desde este jueves, y no solo en comercios, ya que, además de hacer acopio de víveres, muchos han visto imprescindible sacar dinero en efectivo por si las tarjetas o los cajeros dejaban de funcionar, y también han necesitado llenar los depósitos de sus vehículos para poder desplazarse. Todo esto ha provocado colas kilométricas en los alrededores de bancos y gasolineras.

En la ciudad de Kramatorsk, explica el corresponsal de TVE Óscar Mijallo, ya se ha agotado el dinero en los cajeros automáticos y hay desabastecimiento en los supermercados, pero la situación es mucho peor en Kiev, que se está llevando la peor parte de la ofensiva.

Españoles que tratan de salir del país: "Es dramático, terrorífico e inhumano"

Por eso, salir de esa ciudad o incluso del país era una misión urgente para muchos. Lluís Cortés, exentrenador del Fútbol Club Barcelona femenino y actualmente seleccionador de Ucrania, inició su viaje desde la capital ucraniana este jueves a las 13:00 horas del jueves, a bordo de una furgoneta, y en la madrugada de este viernes se encontraba a 40 kilómetros de Leópolis, en la frontera con la Unión Europea. El objetivo es regresar a España.

"Durante el viaje hemos visto gasolineras muy llenas de gente y muchos coches en el arcén", ha contado Cortés, que explica que para salir de Kiev vivieron un "caos terrible" en las carreteras.

Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - Lluís Cortés, una odisea tratando de salir de Ucrania - Escuchar ahora

Ese colapso también lo ha sufrido Santi Alverú, un español que se encuentra en Ucrania, en la frontera con Polonia y que dice haber llegado "a la zona más segura" desde que salió de Kiev. Lo ha logrado gracias a la ayuda de una pareja de ucranianos que le llevaron en coche hasta la estación de tren y a otras personas que le han prestado, por ejemplo, un teléfono para comprar un billete de autobús.

En ese medio de transporte había junto a él sobre todo mujeres ucranianas, ya que, según le han informado, los hombres mayores de edad no pueden subir porque se les requiere para el ejército. "Es dramático en lo que ha convertido Rusia a Ucrania en unas horas. Es dramático, es terrorífico y me parece inhumano", dice.