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Coronavirus

Obesidad, falta de control médico y problemas inmunitarios: las claves que relacionan la diabetes con la COVID grave

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Un enfermero atiende a un paciente con COVID-19 en la unidad de cuidados intensivos en un hospital de Oklahoma, EE.UU.
Un enfermero atiende a un paciente con COVID-19 en la unidad de cuidados intensivos en un hospital de Oklahoma, EE.UU.

Los diabéticos no tienen más riesgo de contraer el COVID-19, "pero los que enferman se complican más". En el último año, estas dos epidemias han colisionado en nuestra sociedad, provocando un pico de ingresos hospitalarios. "Ocurre, sobre todo, con los pacientes de diabetes tipo 2, que es la que está relacionada con la obesidad y otras patologías", afirma Ana Cebrián, médico especialista en medicina familiar y comunitaria de la Red de Grupos de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria (redGDPS).

Los especialistas tienen ya pocas dudas de la relación fatal entre COVID y diabetes, pero ahora tratan de desentrañar las causas, para poder atajar el problema. Así, de momento, esbozan un laberinto de factores que van desde las razones médicas, como la hiperglucemia y la hipertensión, a los determinantes sociales, como los descuidos en el seguimiento de la enfermedad o la pobreza.

Las personas con diabetes y COVID sufren más complicaciones

Altos niveles de azúcar y la importancia de un buen control

Al comienzo de la pandemia, un tercio de los muertos por coronavirus en Reino Unido eran diabéticos, de acuerdo con un estudio británico publicado en The Lancet. Ante estos datos, la primera explicación estaría en los altos niveles de glucosa, según apunta Javier Escalada, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición y experto en diabetes, preguntado por RTVE.es.

“Está ligado con todo: una peor evolución, necesidad de ingreso en unidades de cuidados intensivos, necesidad de ventilación mecánica y mortalidad. Se multiplica de dos a tres veces la probabilidad de sufrir una mala evolución en comparación con personas que ingresan con valores de glucosa bien controlados”, exista o no un diagnóstico previo de diabetes.

Cebrián: "Cuanto mejor controlado llega el paciente al hospital, menos se muere"

En la misma línea, la doctora Cebrián subraya la importancia de que los diabéticos no descuiden el seguimiento continuo de su enfermedad crónica. “Lípidos, hipertensión, azúcar… Cuanto mejor controlado llega el paciente al hospital, menos se muere. Eso lo sabíamos ya con la mortalidad de la diabetes, pero también en relación con el COVID”, asegura, con los datos en la mano de otra publicación británica que relaciona los peores pronósticos en el hospital con la media de azúcar en sangre en los últimos meses, a través de la hemoglobina glicada. “No vale solo el azúcar de ese momento, porque puede estar afectado por el estrés mismo de padecer una patología y estar en urgencias”, explica.

“Un mal control del azúcar en el momento del ingreso en el hospital parece que es un factor de riesgo clave para un peor pronostico”, explica el endocrinólogo Escalada, que señala dicho marcador de hiperglucemia en niveles superiores a 180 mg/dL. “Es un parámetro que, si lo identificamos, nos permite intervenir precozmente (...) Es otra arma para controlar y mejorar la evolución de los pacientes de COVID, aparte de los tratamientos específicos”, sugiere el facultativo, con técnicas "fáciles" como una extracción de sangre o una medición de glucosa en el dedo. Es así también en el caso de la diabetes tipo 1 o juvenil, cuya prevalencia es menor en la sociedad.

El "combo" de la diabetes: sobrepeso, hipertensiones y otras patologías...

Los especialistas reconocen que todavía no está del todo claro por qué las personas diabéticas mueren más por COVID-19, pero se barajan algunas hipótesis y comienzan a recogerse evidencias. “El paciente con diabetes tipo 2 es un paciente que el 80 % viene con el combo: tienen sobrepeso u obesidad, hipertensión arterial y dislipemia (concentración elevada de lípidos)”, elabora Cebrián, haciendo referencia a lo que se llamaba también síndrome metabólico.

Según datos de su investigación en España, en torno al 90 % de pacientes con diabetes tienen un riesgo cardiovascular alto o muy alto. “Creo que ahí subyace la explicación a todo esto”, lanza la experta en diabetes, que recuerda que ya se descartó que la causa estuviera en la medicación para pacientes hipertensos.

Escalada: “No todos los pacientes con diabetes tienen el mismo riesgo"

El sistema inmunitario también está en el punto de mira. “Siempre que hay cualquier problema infeccioso, vacunaciones y demás se mira a las personas con diabetes por ser un colectivo que se cree que el sistema inmunitario responde peor o es menos eficaz”, esboza Escalda.

Y es que la diabetes no es solo tener la glucosa alta. Entre las alteraciones asociadas, el endocrinólogo señala la “situación de inflamación crónica”, que se relaciona con las tormentas de citoquinas que ocasiona el COVID: nuestro organismo libera una cantidad “brutal de sustancias que, intentando ayudar, lo único que hacen es producir daños”.

También los trombos relacionados con la enfermedad del coronavirus, podrían estar favorecidos por la hiperglucemia. “Exacerbaría lo que ya el COVID por si solo puede hacer”, afirma Escalada al respecto. La última hipótesis sobre la mesa podría estar en la función pulmonar de las personas diabéticas, según está estudiando actualmente un grupo de investigación español.

Obesidad o diabetes, factores de riesgo COVID en los jóvenes

La brecha social de la diabetes

Las desigualdades sociales son la cara B de la salud de un país. Esto se intensifica especialmente en una enfermedad como la diabetes tipo 2, relacionada con la alimentación, la actividad física, etc. Así, la doctora Cebrián confirma la existencia de datos que indican una mayor prevalencia de diabetes en la población inmigrante en nuestro país, especialmente con origen en el norte de África y el sureste asiático. “Vienen a trabajar y compran muchos hidratos de carbono, que es lo que permite la renta aquí”, explica. “Aunque tengamos una sanidad universal, también existe una brecha cultural por lo que no todo el mundo accede igual”.

Del mismo modo, una exhaustiva investigación publicada en The Lancet, de nuevo con datos británicos, cruzó las cifras de muertes por COVID con diabetes y otros factores como la renta, la edad o el origen social y encontró “una clara asociación” entre la mortalidad y los problemas socioeconómicos. Es decir, la mortalidad era “significativamente mayor” en la población más pobre que en la más rica.

“El sexo masculino, la edad avanzada, la insuficiencia renal, el origen étnico no blanco, la privación socioeconómica y los accidentes cerebrovasculares e insuficiencias cardíacas previos se asociaron a un aumento de la mortalidad relacionada con la COVID-19 tanto en la diabetes de tipo 1 como en la de tipo 2”, concluyen.

Piden priorizar a los diabéticos en la vacunación frente a la COVID-19 - Escuchar ahora

¿Por qué no se priorizó a los diabéticos en la vacunación?

Ante estos datos, las vacunas devienen un escudo clave para las personas diabéticas. Pero, ¿por qué no se les priorizó en la campaña? El doctor Escalada reconoce que las evidencias son relativamente recientes. Además, se trata de una población heterogénea y numerosa, afectando en torno al 14 % de la población, aunque solo está diagnosticada la mitad.

“No todos los pacientes con diabetes tienen el mismo riesgo: menos control, obesidad, ancianos… Creo que se podría haber hecho una clasificación del riesgo sumando puntos. Pero estos datos los tenemos ahora, no era fácil tomar decisiones en aquel momento”, sentencia.