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Birmania

Birmania vive su día más sangriento desde el golpe de Estado con más de un centenar de muertos

  • Los nuevos fallecimientos se han producido durante manifestaciones en Rangún y otras ciudades importantes del país
  • La cifra total de víctimas mortales a manos de las fuerzas de seguridad ronda ya las 440 desde el golpe militar

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Las protestas de Birmania viven su día más sangriento desde el golpe de Estado

En medio de una represión brutal por las protestas al golpe militar del pasado 1 de febrero, al menos 114 personas han muerto este sábado, entre ellas varios niños, debido los disparos de policías y soldados en Birmania (Myanmar), según informa la agencia Reuters citando al recuento de medios locales y de testigos presenciales, aunque se trata de informaciones confusas y esta cifra podría ser aún superior. La jornada se ha convertido en la más sangrienta desde el golpe de Estado.

Las muertes se han producido durante manifestaciones desarrolladas en Rangún, la mayor ciudad del país, así como en las regiones y estados de Mandalay, Sagaing, Bago, Magwe, Tanintharyi y Kachin, mientras que la cifra total de víctimas mortales ronda ya las 440 desde el golpe militar.

El jefe del Ejército y de la junta militar, Min Aung Hlaing, ha presidido este sábado un desfile castrense con motivo del Día de las Fuerzas Armadas en la capital, Naipiyidó, mientras miles de birmanos han vuelto a desafiar a la represión en una nueva jornada convulsa que se ha podido seguir casi en directo en las redes sociales.

Los manifestantes han vuelto a enfrentarse a gases lacrimógenos y munición tanto de goma como real. En un vídeo captado por una cámara de seguridad, los soldados disparan sin haber sido provocados contra una motocicleta en un lugar donde no había protestas y se llevan a uno de sus ocupantes herido, mientras otros dos huyen corriendo. En otro vídeo desgarrador, un padre grita desconsolado que han matado a su hijo mientras lo lleva en brazos dentro de un coche.

Disparar a matar

Soldados y policías han cumplido con la amenaza que la víspera emitió la televisión y radio estatales: que dispararán a los manifestantes por la espalda y en la cabeza. De hecho, la mayoría de los fallecidos en las manifestaciones desde principios de febrero son por disparos, muchos de ellos en la cabeza.

Rusia, China, India, Pakistán, Bangladesh, Vietnam, Laos y Tailandia han enviado a representantes al desfile castrense, según el medio Asia Nikkei. Sin embargo, la gran mayoría de los países han boicoteado el evento e incluso algunas embajadas, incluida la española, han sustituido la foto de portada de sus páginas en Facebook por el color negro en señal de duelo.

Represión brutal

Los militares tomaron el poder con la excusa de un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la líder depuesta y nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, y que fueron declarados legítimos por los observadores internacionales.

Desde el golpe, la junta militar ha detenido a más de 3.000 personas, incluida Suu Kyi y gran parte de su Gobierno, quienes se encuentran en su mayoría incomunicados.

Las autoridades llevan disparando a manifestantes a diario casi dos meses, a pesar de las duras condenas de la ONU, así como de la Unión Europea y países como Estados Unidos y Reino Unido, que han aprobado sanciones contra los líderes castrenses y sus conglomerados económicos.

Disparos contra un centro gestionado por la Embajada de EEUU.

Además, un centro gestionado por la Embajada de Estados Unidos en Birmania ha sido alcanzado este sábado por varios disparos en medio de las protestas. "No hubo heridos. Estamos investigando el incidente", ha indicado la Embajada estadounidense en un comunicado colgado en la red social Twitter.

El edificio alcanzado pertenece al American Center, un centro de divulgación gestionado por la Embajada estadounidense que se encuentra a pocos metros de la delegación diplomática en Rangún, la antigua capital y la mayor ciudad del país. El incidente ha ocurrido un día después de que el embajador estadounidense, Thomas Vajda, depositara una corona de flores en una calle de Rangún como homenaje a los manifestantes muertos.