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30 mujeres que están cambiando el mundo

Laura Fernández, fundadora de un campus de formación tecnológica solo para mujeres

  • Actualmente solo hay un centro en Barcelona, pero no descarta ampliarlo a otras ciudades españolas
  • El objetivo era brindar a las mujeres un espacio “seguro, accesible y liberador”

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Laura Fernández
Laura Fernández

Tecnología, emprendimiento, formación y feminismo son palabras muy ligadas al proyecto que logró hacer realidad Laura Fernández hace ahora dos años. Ella, que se dedicó durante un tiempo a realizar documentales en el extranjero, había decido volver a su ciudad, Barcelona, unos años atrás, en busca de nuevos retos laborales que le permitieran provocar algún “impacto” en la sociedad.

Tras descubrir por “pura casualidad” un espacio de coworking al que acudían muchos profesionales de la tecnología y empaparse de su experiencia, Laura empezó a constatar que las mujeres tenían muy poca representación en ese sector.

Vio clara la oportunidad para contribuir al cambio y decidió apostar por su propia “receta”: impulsar el primer campus del mundo en Inteligencia Artificial y especialización tecnológica solo para mujeres.

El objetivo era brindarles un espacio “seguro, accesible y liberador” en el que pudieran adquirir conocimientos valiosos para el desarrollo de su carrera tecnológica, sin sentir que son una minoría.

La idea de ese centro formativo, ubicado en Barcelona y bautizado como ‘allWomen’, se materializó en 2019. Desde entonces, ya han pasado por él unas 200 mujeres de todas las edades y de distintos niveles formativos, a quienes se les ofrece una programación más flexible que en otros centros. Esto, sumado a la modalidad telemática que ha potenciado la pandemia, facilita a las alumnas compatibilizar los estudios con el trabajo y conciliar, en el caso de que tengan hijos.

Un equipo compuesto únicamente por mujeres

Desde AllWomen.tech también asesoran a empresas en la contratación de talento femenino y ofrecen becas a mujeres con pocos recursos económicos para que su contexto social no les reste oportunidades de éxito laboral.

El equipo que hay detrás de la plataforma también está compuesto únicamente por mujeres, al igual que el profesorado, del que forman parte científicas, matemáticas o ingenieras especializadas en las distintas ramas tecnológicas que se imparten.

Todas ellas, dispuestas a terminar con la brecha de género y disolver estereotipos, se convierten en “referentes” que inspiran y motivan a las alumnas. Además, cuentan con el apoyo y el empuje de una gran comunidad digital formada por unas 15.000 mujeres que defienden y catalizan el talento femenino.

Orgullosa de ver todo lo que ella y su equipo han logrado en pocos años, Laura no tiene previsto quedarse ahí. Su propósito es seguir ampliando esas “redes”, y no descarta abrir en el futuro nuevos centros en otras ciudades de España desde los que puedan seguir aupando a las mujeres en el campo de la inteligencia artificial, la programación, la analítica de datos o la experiencia de usuario.

Está completamente convencida de que la tecnología puede “empoderar” y le consta que a algunas alumnas esta formación les está cambiando la vida: “Se trata de aportar nuestro granito de arena e ir impactando en cada una de estas mujeres y de que ellas, después, lo hagan en otras, para que un día —ojalá no muy tarde— no tengamos que hablar de que somos minoría”.

El sector tecnológico: un terreno de avances que sigue sin cerrar la brecha de género