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COVID-19

La pandemia en cifras: ¿por qué hablan de "estabilización" si cada día aumentan los muertos y hospitalizados?

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Hacia la posible estabilización en España
Una enfermera atiende a un paciente en la UCI de la Clínica Universidad de Navarra.

España lleva semanas con restricciones para contener la pandemia y en algunos territorios, como Burgos, incluso las han endurecido en las últimas jornadas mientras que desde el Ministerio de Sanidad se habla de "estabilización" y un descenso en los contagios por Ministerio de SanidadCOVID-19.

La presión hospitalaria continúa aumentando y desde las comunidades autónomas reclaman medidas más estrictas para evitar el colapso sanitario como el confinamiento domiciliario, denegado por el momento por parte del Gobierno central. ¿Qué ocurre entonces? Ante esta aparente incoherencia, analizamos los datos: los contagios se frenan, sí, pero aún deben pasar semanas para que eso se refleje en el número de ingresos y de defunciones.

Bajan los casos por COVID-19, pero no los ingresos hospitalarios

"Antes que nada, para no llevar a engaños, seguimos estando en una situación muy complicada en España". Así comenzaba su última comparecencia el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón. El doctor aludía más adelante a una información que podría ser alentadora. "Es cierto que la evolución de estos últimos días indica una estabilización, una situación de descenso incluso en algunas comunidades autónomas, no en todas".

Mirando los números, sus palabras parecen confirmarse en lo referido a la incidencia acumulada -casos en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes-, ya que por primera vez en dos semanas se sitúa en niveles por debajo de los 500 contagios. Este indicador ha sido utilizado por los ejecutivos nacional y autonómicos para tomar medidas, como la implantación del estado de alarma en la Comunidad de Madrid. Además, los positivos en las dos últimas semanas parecen haber alcanzado un pico durante estas jornadas, al igual que los casos en los siete días previos, con valores por debajo de los 20.000.

"Aunque la evolución parezca favorable, tenemos que seguir manteniendo la tensión", recordaba Simón. Esta postura -esperanzadora y a la vez contenida- se ha repetido en países vecinos como Bélgica o Francia, que decretaron sus respectivos confinamientos días antes de que se implantara el estado de alarma en toda España. Así, el primer ministro francés, Jean Cantex, ha señalado que, a pesar de que los contagios descendieron un 16 % en la última semana, no descartan decretar nuevas restricciones si la situación en los hospitales no mejora. Bélgica, por su parte, permanecerá con limitaciones durante dos semanas más para mantener su estabilización, acreditada por un 25 % menos de hospitalizaciones.

El CSIC sitúa la bajada de los ingresos en el mes de diciembre

Con los últimos datos ofrecidos por Sanidad, la ocupación hospitalaria en toda España se sitúa en el 16,15 %, cuando a mediados de septiembre se encontraba en el 9 %. Echando un vistazo a las unidades de cuidados intensivos (UCI), su situación es preocupante: ha pasado de un 17 % a un 31,75 % en apenas dos meses. Por ello, junto a la incidencia a siete y 14 días y a la positividad de las pruebas realizadas, del 13 %, el país está en riesgo extremo, según los indicadores del organismo dirigido por el ministro Salvador Illa.

No es la primera vez que España alcanza una meseta tras la primera ola. Ya sucedió a mediados de octubre, pero solo demostró el imparable ascenso de casos a los que tuvo que hacer frente el sistema sanitario. Por ello, aunque la ralentización en el número de positivos diarios registrados es palpable, aún no se traduce en una relajación en los hospitales, algo que no llegará hasta pasadas varias semanas.

Los ingresos en las últimas 24 horas, una de las medidas más variables -los lunes, por tendencia general, se suelen registrar números inferiores con respecto a los del resto de la semana-, aún registran niveles muy elevados y han rozado los 2.500, frente a las hospitalizaciones de mediados de septiembre, que no llegaban a las 1.200, es decir, un 50 % menos. En el caso de los pacientes en UCI, la curva se ha acelerado desde hace un mes y aún continúa al alza, sin que las limitaciones en la movilidad como el toque de queda hayan surtido efecto por el momento.

El CCAES no es el único en defender el retraso en la mejora a largo plazo de las hospitalizaciones. Desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sitúan más adelante el pico de contagios, concretamente a finales de noviembre. Por su parte, la presión hospitalaria empeoraría y no mejoraría hasta diciembre, de ahí que se mire con atención el puente a comienzos de ese mes -la Comunidad de Madrid, Galicia, Baleares, Canarias y Extremadura permiten aún la entrada y salida de personas sin restricciones, al contrario que el resto de comunidades-.

Las muertes no descenderán hasta mucho más adelante

Si la presión en los hospitales se dilatará en el tiempo, lo mismo sucederá con los fallecimientos. El CSIC aplaza su descenso y vuelta a niveles no tan elevados como los de los últimos días -los decesos en la última semana superan los 1.200, cuando en el mes de septiembre apenas sobrepasaban los 250- hasta enero del próximo año. Fernando Simón recordaba que la estancia en los hospitales de pacientes podía prolongarse dos o tres semanas, incluso más, y hasta entonces no era posible comprobar si finalmente al paciente se le daba el alta o no.

Por el momento, y tras un reajuste por parte de Sanidad en los datos recopilados hasta el 4 de noviembre, en esta segunda ola los días en los que más muertes se han registrado han sido el 9 y el 10 de noviembre. El primero, con 512 fallecidos, coincide con la vuelta tras un fin de semana, cuando son comunes los retrasos en las notificaciones. El siguiente anotó 411, la cifra más alta en un día entre semana, pero no dejan de ser unos números que remiten a los de los meses de marzo y abril, y alertan de que no hay que escatimar esfuerzos a la hora de aplanar la curva.