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Coronavirus

Brasil supera a Italia y se convierte en el tercer país con más muertos con coronavirus

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Una mujer asiste al entierro de su hijo, de 47 años, que murió con la enfermedad del coronavirus, la COVID-19, en Sao Paulo, Brasil.
Una mujer asiste al entierro de su hijo, de 47 años, que murió con la enfermedad del coronavirus, la COVID-19, en Sao Paulo, Brasil.

Brasil ha remplazado a Italia como el tercer país con más muertes con COVID-19,  al registrar más de 34.000 fallecidos con la enfermedad desde que comenzó la pandemia.

Con más de 600.000 positivos detectados, es también el segundo país con más contagios, solo por detrás de Estados Unidos (1.867.620) y muy por delante del tercero, Rusia (440.538).

Según el boletín divulgado este jueves por el Ministerio de Salud, Brasil, epicentro de la pandemia en América Latina, ha registrado un nuevo récord -por tercer día consecutivo- de 1.473 nuevas muertas por COVID-19 en las últimas 24 horas, con un total de 34.021 fallecidos.

Por detrás de Estados Unidos y Reino Unido

Tras estos tres días consecutivos con números récords de víctimas (1.262 el martes y 1.349 el miércoles), Brasil tan sólo es superado en número de fallecidos por Estados Unidos (107.979) y Reino Unido (39.987), tras dejar atrás a Italia (33.689), según los datos de la Universidad Johns Hopkins.

De acuerdo con la actualización del Ministerio, en las últimas 24 horas se han notificado 30.925 nuevos casos de la enfermedad, muy por encima de los 28.633 nuevos contagios del miércoles, con lo que el número acumulado de casos ha ascendido hasta 614.941.

La pandemia ya se ha extendido por el 72 % de las ciudades brasileñas y ha provocado muertes en el 30 %. Hace sólo un mes tan sólo había casos en 40 % de los municipios y muertes en el 13,4 %.

Pero el país comienza la desescalada

Las elevadas cifras de casos y muertos se producen en momentos en que varios gobiernos regionales y municipales de Brasil han puesto en marcha esta semana procesos graduales de desescalada de las medidas de paralización económica y han comenzado a flexibilizar el distanciamiento social.

No obstante, algunos especialistas y científicos consideran que el país aún está lejos del pico de la curva de contagios, prevista para julio, y que en algunas regiones la infraestructura hospitalaria aún puede colapsar.

La flexibilización está siendo animada por el presidente Jair Bolsonaro, uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad de la pandemia, que llegó a calificar el COVID-19 como una "gripecita" y que desde el comienzo de la crisis defiende el fin de las medidas de distanciamiento impuestas por los Gobiernos regionales y la normalización de todas las actividades.

Para el líder ultraderechista, que perdió sus dos últimos ministros de Salud por divergencias sobre la estrategia frente al COVID-19, más de la mitad de la población contraerá la enfermedad independiente de las medidas de aislamiento que se adopten, por lo que la prioridad debe ser evitar que la crisis económica pueda provocar un número superior de muertes.