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La central nuclear de Garoña ya cumple con parte de las condiciones para su reapertura, según el CSN

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Exterior de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) en una imagen de archivo.
Exterior de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) en una imagen de archivo.

"Garoña ya ha acometido parte de las modificaciones necesarias para su funcionamiento", explicaba este miércoles el director técnico de Seguridad Nuclear del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Antonio Munuera, durante la rueda de prensa en la que el organismo ha explicado su dictamen favorable a la reapertura de la veterana central nuclear de Burgos.

Tras esta decisión, que ha despertado críticas de los ecologistas y los partidos de la oposición, Garoña -que desde diciembre de 2012 se encuentra en situación de parada segura- podría convertirse en la primera central española cuya actividad se extienda más allá de los 40 años, hasta 2031, si así lo estima el Ministerio de Energía y si su explotadora, Nuclenor -participada al 50% por Endesa e Iberdrola-, decide acometer las modificaciones exigidas por el CSN.

Además, según ha recordado este jueves en los pasillos Congreso -en declaraciones recogidas por EFE- el comisario europeo de Ación por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, si el Gobierno decide prorrogar la vida útil de Garoña, tendrá que remitir el nuevo proyecto de inversiones para que sea supervisado por la Unión Europea de acuerdo a los "estrés-test" puestos en marcha tras Fukushima. Bruselas, ha puntualizado Cañete, "tienen la última palabra en esta materia".

Para poder comenzar a operar, Garoña tendrá que llevar a cabo hasta 29 medidas distintas entre modificaciones de diseño, que ya se encuentran avanzadas; instrucciones técnicas complementarias para implementar las medidas de seguridad convenidas a nivel internacional tras el accidente nuclear de Fukushima y otro grupo de acciones "documentales" que el CSN exige de manera estándar en este tipo de renovaciones.

Por su parte, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha señalado que hay que "analizar y estudiar" el informe del CSN antes de tomar una decisión sobre su rentabilidad. "No es una cuestión de discutir la seguridad. La seguridad es lo que es, sea lo que sea. Una vez valorado, decidiremos si es rentable o no es rentable", ha añadido Bogas en declaraciones recogidas por Europa Press durante el 14 Encuentro del Sector Energético organizado por IESE y Deloitte, donde ha indicado que todavía no conoce "de forma oficial" cuál será la inversión necesaria para cumplir con esas condiciones.

Medidas previas a la carga de combustible

El CSN, que calcula que estas actuaciones podrían llevar 12 meses, marca dos momentos clave en este proceso en los que el pleno tendrá que verificar que las acciones solicitadas se han llevado a cabo: uno antes de la carga de combustible y otro antes de la conexión final de la central, es decir, antes de que se produzca en su interior la primera reacción nuclear y comience a producir energía.

"Antes de la primera carga de combustible nuclear en el reactor el titular deberá completar las actuaciones necesarias para alcanzar el nivel de seguridad nuclear y protección radiológica previsto para dicha situación operativa", explica el CSN en su nota informativa.

En ella, el organismo traslada, entre otras, la necesidad de que Garoña cumpla la normativa contra incendios vigente, la implantación de medidas post Fukushima, acciones para la actualización de los sistemas de parada remota de la central y abandono de la sala de control y pruebas de los sistemas de gestión de "grandes cantidades de agua contaminada".

Por otra parte, antes de este momento, Nuclenor tendrá que abordar cuatro modificaciones de diseño relacionadas con el sistema de tratamiento de gases, el aislamiento y la separación eléctrica de cables. "De las cuatro", ha explicado Munuera, "la mitad están prácticamente finalizadas, otra está realizada a medias y la última está en un nivel de desarrollo bastante adelantado".

Este avance se debe, según ha explicado el director técnico de Seguridad Nuclear del CSN, a que la necesidad de implantación en la central de estas modificaciones "surgió de la última Revisión Periódica de Seguridad" llevada a cabo en 2014 y para la cual el titular ya ha estado trabajando.

Nuclenor, recuerda el CSN, "no podrá llevar a cabo la carga de combustible en el reactor sin contar con la apreciación favorable del Consejo y, en el caso de las modificaciones de diseño, requerirá la autorización del Ministerio, previo informe preceptivo y vinculante del CSN".

Medidas previas a la primera reacción

Una vez acometidas estas modificaciones y lograda la aprobación del CSN, antes de poner en marcha el reactor, Nuclenor tendrá que haber abordado otra serie de actuaciones "para garantizar la explotación segura de la central", entre las que se encuentran la elaboración de un plan de inspección para las dos siguientes paradas de recarga, momento en el que -según el CSN- se sustituye parte del combustible en el reactor, y la revisión del Plan Integrado de Evaluación y Gestión del Envejecimiento de la central.

Asimismo, nueve meses antes de la fecha prevista para la puesta en marcha de Garoña, Nuclenor tendrá que presentar al CSN un programa de pruebas de arranque en el que se incorpore "la realización de un conjunto de pruebas suficientes para comprobar la correcta respuesta dinámica de la planta ante transitorios previstos".

Este conjunto de actuaciones son de "extraordinaria envergadura", ha recordado este jueves en una entrevista en Radio Euskadi recogida por Europa Press la consejera del CSN Cristina Narbona, quien ha recordado que, cuando el organismo pide que una central haga mejoras, hay "una supervisión permanente".

"El control que hace es muy completo y, como organismo regulador, está muy bien considerado a escala internacional", ha asegurado Narbona, que ha vuelto a explicar su voto en contra del criterio del resto de miembros del pleno del CSN por haberse renunciado "por primera vez" a establecer un plazo de autorización en la decisión.

"El problema es que vayamos cambiando procedimientos, algunas veces de manera no muy justificada, o peor, justificada de manera cuestionable, por petición de parte, del sector eléctrico, como la renovación a diez años", ha afirmado la consejera.

Tras el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) a la reapertura de la central nuclear, y a la espera de las decisiones del Gobierno, en Garoña se espera con expectación la decisión de Nuclenor, que tendrá en última instancia la palabra sobre la reapertura o no de la central, fuera de funcionamiento desde 2012. En el pueblo la opinión está dividida, pero los 240 trabajadores que siguen desarrollando labores de mantenimiento en la planta, esperan que el resultado sea favorable.