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Japón hará sus propias pruebas a los coches de Mitsubishi tras el escándalo

  • El Ministerio comprobará si cumplen los requisitos para no pagar impuestos
  • El fabricante infló los datos de eficiencia energética entre un 5% y un 10%

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Logo de Mitsubishi en su sede central de Tokio
Logo de Mitsubishi en su sede central de Tokio.

El Gobierno de Japón hará sus propias pruebas de consumo de combustible a cuatro modelos de Mitsubishi Motors tras conocerse que el fabricante manipuló los datos sobre eficiencia energética de estos vehículos durante un cuarto de siglo.

Utilizando los datos obtenidos en los test, que comenzarán el próximo lunes y cuyos resultados presentará en junio, el Ministerio japonés de Transporte e Infraestructura revisará si los modelos todavía reúnen los requisitos para optar a la exención de impuestos destinada a los coches ecológicos.

Mitsubishi Motors "ha perdido la confianza (del público)", ha señalado el titular de Transportes, Keiichi Ishii, según recoge la agencia Kyodo. Funcionarios del Ministerio ya han registrado varias sedes de la compañía automovilística.

Compensaciones a los usuarios

El ministro declaró que la Administración -que ya ha solicitado a Mitsubishi Motors que vuelva a enviar, por su parte, los datos de consumo de combustible de todos sus modelos como tarde el 11 de mayo- no puede perdonar la falsificación, y que apremiará al fabricante de vehículos para compensar a los usuarios afectados.

Los fabricantes de automóviles son normalmente los que se encargan de realizar las pruebas de eficiencia energética para que el gobierno compruebe posteriormente los datos presentados.

Mitsubishi Motors admitió que sus empleados modificaron la presión del aire de los neumáticos durante las pruebas para evaluar el consumo de cuatro modelos, de los que se han vendido unas 625.000 unidades en Japón. Como resultado, fueron vendidos bajo una falsa garantía que aseguraba que eran entre un 5 y un 10% más eficientes de lo que en realidad son.

Además, la compañía reconoció que ha estado empleando métodos que Japón ya no da por válidos para testar la eficiencia energética de sus vehículos durante los últimos 25 años. El método adoptado por Mitsubishi se usa en Estados Unidos y puede ahorrar tiempo en las pruebas, pero no está en consonancia con los estándares nipones.