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El Banco Portugués de Inversión anuncia un acuerdo para desprenderse de su negocio en Angola

  • Caixabank posee el 44% del capital de la entidad, la quinta mayor del país
  • El BCE exige la venta de esos activos como parte de su reestructuración
  • Se desconocen los detalles del pacto, que aún debe ser aprobado por las autoridades

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Sede central de Caixabank en Barcelona
Sede central de Caixabank en Barcelona

El Banco Portugués de Inversión (BPI) ha anunciado un acuerdo entre el español Caixabank y la sociedad Santoro -propiedad de la empresaria angoleña Isabel dos Santos, hija del presidente del país africano- con el que la entidad lusa busca evitar la penalización del Banco Central Europeo, que le exige la venta de su negocio en Angola debido al elevado riesgo que mantiene en ese mercado africano.

Las negociaciones han concluido "con éxito" -según un comunicado de BPI enviado a la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM) lusa-, poco antes de que, a medianoche de este domingo, concluyese el plazo límite fijado por las autoridades europeas.

Por su parte, la entidad catalana ha ratificado que se ha alcanzado un acuerdo con la empresaria angoleña sobre BPI, una vez retomadas las negociaciones, que finalmente han concluido "satisfactoriamente". "Los órganos sociales competentes de las entidades considerarán en los próximos días los documentos contractuales y se informará al mercado cuando hayan sido aprobados y formalizados", ha señalado Caixabank este lunes en un comunicado remitido a la Comisión del Mercado de Valores (CNMV).

La solución consensuada por las partes, de la que no se dan detalles en ninguna de las dos notas, ya ha sido comunicada al Banco Central Europeo (BCE) y al Banco de Portugal.

El banco luso -el quinto más grande del país- debe desprenderse de su participación del 50,01% en el Banco de Fomento de Angola (BFA) por exigencia de las autoridades comunitarias, que no consideran que el sistema de supervisión bancaria del país africano sea equivalente al europeo.

Los dos principales accionistas del BPI, el español Caixabank -con el 44,1% del capital- y la sociedad Santoro de Isabel Dos Santos -con el 18,6%- han llevado a cabo intensas negociaciones en las últimas semanas para alcanzar una solución.

Varias opciones sobre la mesa

La principal solución que se baraja consiste en que la empresaria -considerada la mujer más rica de África- compre la participación que el BPI mantiene en el angoleño BFA. A cambio, Dos Santos saldría del accionariado del banco portugués y vendería su participación en él a Caixabank, lo que permitiría a la firma catalana hacerse con el control de la entidad.

Otra de las opciones que se contemplan pasa por que el Gobierno portugués apruebe una norma que permita modificar los límites en los derechos de voto en las empresas cotizadas, lo que resultaría en un escenario en el que, previsiblemente, la asamblea general de accionistas del BPI daría luz verde a la escisión del BFA.

En la actualidad, los estatutos del banco limitan los derechos de voto de un accionista al 20%, lo que en la práctica otorga al Caixabank casi el mismo poder de decisión que a la empresa de Dos Santos, a pesar de controlar más del doble del capital de la entidad.

Al cierre de 2015, BPI contaba con unos activos valorados en cerca de 41.300 millones de euros. El año pasado, el banco volvió a obtener beneficios, con unas ganancias de 236 millones.