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Los países emergentes podrían poner en riesgo la estabilidad financiera global, según el FMI

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Un asistente a la asamblea anual del FMI en Lima
Un asistente a la asamblea anual del FMI en Lima.

La estabilidad financiera global no está asegurada y los riesgos se han trasladado hacia los países emergentes. Ese es el mensaje que ha querido dejar claro el consejero financiero del Fondo Monetario Internacional, José Viñals, en Lima donde se celebra la asamblea anual del FMI.

Los riesgos para las economías emergentes se basan en sus desequilibrios internos, una ralentización del crecimiento, por quinto año consecutivo, el fin de la demanda exponencial de las materias primas y de la expansión del crédito, según el Informe sobre la estabilidad financiera en el mundo.

Algunos países en desarrollo han reforzado su resistencia frente a las crisis externas pero otros se han sobreendeudado, Viñals calcula que el sobreendeudamiento alcanza los 3 billones de dólares en los mercados emergentes. Esta dinámica ha llevado a un gran apalancamiento del sector privado sobre todo en actividades con perfil cíclico, acompañada de préstamos en divisas, lo que provocaría dificultades si se endurecen las condiciones financieras mundiales.

En los emergentes, los bancos ven reducirse sus fondos propios y aumentar los impagos a consecuencia del deterioro de los beneficios empresariales y de la calidad de los activos. Además muchos estados corren el riesgo de bajar su nota de calificación a medio plazo lo que repercutirá en los compromisos financieros de las empresas públicas, que finalmente deberán ser asumidos por los gobiernos en sectores como el petróleo, el gas o los servicios públicos.

China debe sanear sus bancos y reducir la deuda

China afronta el desafío de cambiar su modelo hacia una economía más basada en las reglas del mercado sin frenar demasiado la actividad e intentando reducir sus altos niveles de deuda. Los bancos chinos sufren en sus balances la debilidad creciente de las empresas, más vulnerables a las tensiones financieras, las salidas de capital y la inestabilidad bursátil, como las turbulencias en las Bolsas de este verano.

Algunas empresas en China han quebrado en las últimas semanas pero Viñals descarta que una gran corporación del país asiático entre en bancarrota por lo que "no prevé ningún evento sistémico en un futuro cercano". Acerca de la decisión de Pekín de devaluar el yuan, el consejero financiero del Fondo reconoce que produjo una "importante corrección" porque fue mal interpretada por los inversores, aunque China debe caminar hacia la economía de mercado, también en la flexibilidad de las divisas.

Viñals alerta de que el apalancamiento de los fondos de capital riesgo en bonos soberanos y derivados puede amplificar una crisis financiera y calcula que hay un billón y medio de dólares invertidos en este tipo de activos.

El consejero financiero del FMI señala que la diferencia entre tomar las medidas necesarias para volver a la normalidad en los mercados globales o no hacerlo puede suponer un 3% en el crecimiento mundial. Es decir, en el peor de los escenarios previstos, el PIB mundial agregado resultaría un 2,4% inferior para 2017, mientras que en un escenario optimista crecería un 0,4% más para 2018.

Las recetas del FMI para "normalizar con éxito" el sistema financiero

  • La Reserva Federal debe mantener una comunicación clara y coherente para asimilar sin sobresaltos la subida de tipos. El FMI sugiere que la Fed debería esperar a que la inflación repunte de manera sostenida y a que se refuerce el mercado laboral, antes de realizar un cambio drástico para los mercados globales después de nueve años de recortes.
  • La zona euro tiene que reforzar la arquitectura financiera de la moneda única para estimular la confianza de los mercados. Además de remediar el sobreendeudamiento privado para apoyar el crédito, la financiación empresarial y relanzar la inversión. El FMI calcula que cancelar los préstamos dudosos podría suponer mejorar un 3% la capacidad de dar nuevo crédito (unos 600.000 millones de euros).
  • China debe reequilibrarse, reducir su deuda de forma progresiva, reformar su modelo hacia la economía de mercado y sanear el sistema financiero.
  • Los países emergentes tendrán que afrontar sus problemas cíclicos y estructurales, mejorar sus perspectivas, supervisar la deuda en divisas de las empresas (incluidos los derivados financieros), y emplear herramientas micro y macroprudenciales para prevenir excesos en el apalancamiento y el endeudamiento con el exterior.
  • Hay que prevenir la falta de liquidez y reforzar la estructura de los mercados, especialmente en los países avanzados, para que respondan mejor bajo presión.
  • Es crucial velar por la salud financiera de los bancos y de las instituciones de ahorro a largo plazo como las aseguradoras y los fondos de pensiones.