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Juncker niega haber creado en Luxemburgo un sistema de elusión fiscal para grandes empresas

  • El presidente de la Comisión Europea fue primer ministro del país 18 años
  • Argumenta que otros países también aplican acuerdos fiscales parecidos
  • El comisario de Asuntos Económicos lamenta la opacidad de esas prácticas

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El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, durante su comparecencia sobre los acuerdos fiscales de Luxemburgo
Jean-Claude Juncker, durante su comparecencia en la comisión especial de fiscalidad del Parlamento Europeo.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha negado este jueves en el Parlamento Europeo haber creado un sistema de elusión fiscal en Luxemburgo, durante los 18 años que dirigió ese país como primer ministro, entre 1995 y 2013.

Durante una comparecencia ante la comisión especial sobre fiscalidad de la Eurocámara, Juncker se ha mostrado tajante: "Nunca establecí ningún sistema en Luxemburgo con el objetivo de asegurar que hubiera una elusión fiscal para discriminar a otros Estados miembros".

"De hecho -ha añadido-, han exagerado mi talento político al respecto, no fue algo que estaba tratando de hacer", ha afirmado en presencia de los eurodiputados.

"Luxemburgo no es una excepción"

Juncker ha asegurado que Luxemburgo no es una "excepción" respecto a la concesión a empresas de acuerdos de beneficios fiscales -conocidos como tax rulings-, y por ello ha opinado que habría que cambiar el nombre al caso LuxLeaks, nacido de la contracción del nombre de su país y el término inglés leaks, que significa filtraciones.

La investigación bautizada LuxLeaks reveló en 2014 numerosos tax rulings que beneficiaron a 340 multinacionales entre 2002 y 2010 en Luxermbugo, entre ellas Pepsi, IKEA, AIG, Coach o Deutsche Bank, y que recibieron fuertes críticas.

Esta práctica es legal y confidencial, pero no es considerada ética, dado que permite a las empresas solicitar por adelantado a un país qué tratamiento fiscal se les va a aplicar y así decidir la estrategia empresarial más adecuada para obtener ventajas fiscales. Además, esta práctica habría permitido a Luxemburgo concentrar las sedes fiscales de numerosas empresas cuya actividad principal se desarrollaba en otros países europeos.

En su declaración, el presidente de la Comisión Europea se ha distanciado de esas ventajas concedidas durante su mandato, al argumentar que son los ministros de Finanzas quienes establecen el marco legal en materia fiscal, que después es desarrollado por las autoridades fiscales competentes. Hay que recordar que Juncker fue ministro de Finanzas de su país entre 1989 y 2009.

"Yo no he tomado una posición en ningún asunto específico, porque no es mi rol. La autoridad fiscal de Luxemburgo es muy alérgica a la intervención", ha señalado Juncker.

Moscovici lamenta la opacidad de esas prácticas

El veterano político luxemburgués ha reconocido que mantuvo contactos con bancos basados en el Gran Ducado, algo que consideró "normal" para un primer ministro de un país con un sector financiero muy desarrollado, pero ha asegurado que nunca había tratado sobre pactos fiscales con esas entidades.

Por su parte, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, también ha comparecido ante la misma comisión de la Eurocámara, donde ha ratificado que los tax rulings no son una práctica exclusiva de Luxemburgo y ha considerado que "no es malo que las empresas puedan anticipar sus impuestos corporativos".

Sin embargo, el comisario francés sí ha lamentado la opacidad que suelen acompañar estos pactos y el hecho de que las multinacionales se beneficien de ellos para evitar el pago de impuestos.