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Las Bolsas chinas viven su peor jornada desde 2007, arrastradas por las dudas sobre la economía del país

  • Shanghai se hunde un 8,5% y ya ha perdido todo lo ganado desde enero
  • El índice Nikkei de Tokio registra su mayor caída desde junio de 2013
  • Las pérdidas se han extendido por Asia y Europa
  • El temor a una ralentización de la demanda china abarata las materias primas

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Un inversor se lamenta este lunes ante la pantalla electrónica que recoge los datos bursátiles de la jornada en una casa de corretaje de Pekín
Un inversor se lamenta este lunes ante la pantalla electrónica de datos bursátiles en una casa de corretaje de Pekín.

Las Bolsas asiáticas han comenzado la semana con fuertes caídas, castigadas por las dudas sobre la salud de la economía china y la recuperación global, así como por las fuertes bajadas de precios de las materias primas. Los mayores retrocesos se han registrado en los mercados chinos, que han vivido su peor jornada desde 2007.

El principal índice de Shanghai, la primera Bolsa de China, se ha hundido un 8,5%, su mayor desplome en un solo día desde el 27 de febrero de 2007 (cuando cedió un 8,8%) y encadena su quinta sesión consecutiva en rojo. La semana pasada cayó un 11,54% de su valor y, en este momento, ya ha perdido todo lo ganado desde enero.

El índice general de la segunda Bolsa del país, la de Shenzhen, donde dominan las empresas tecnológicas, se ha dejado un 7,83%, mientras que el índice Hang Seng de Hong Kong ha cedido un 5,2% y vuelve el nivel que tenía en marzo de 2014.

Antes de empezar a hundirse a mediados de junio pasado, las Bolsas chinas habían vivido un despegue excesivo, al ganar un 150% en un año, engordadas por el funcionamiento de una sociedad basada en el endeudamiento creciente.

Contagio de Asia y Europa

Mientras, el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio ha cerrado con una bajada del 4,61%, el mayor descenso en una sola sesión desde junio de 2013.

Además, el indicador Kospi del mercado de Corea del Sur terminó la sesión con una caída del 2,46%, y el selectivo de la Bolsa indonesia se dejó un 4,3%, hasta situarse en su nivel más bajo desde finales de 2013.

El pesimismo también ha alcanzado a Oceanía, donde el índice ASX200 de la Bolsa australiana ha perdido un 4.09%, su mayor bajada en un solo día de los últimos seis años.

Tras esta jornada desastrosa en Asia-Pacífico, los parqués europeos han comenzado la semana con profundas caídas, superiores al 4,5% al cierre, pero que han llegado a superar durante la sesión el 7% por las fuertes caídas con las que abría Wall Street.

Las materias primas, en mínimos desde 2009

El pánico también ha repercutido en los mercados de materias primas, como el del petróleo, donde se manejan los precios más bajos desde 2009, debido a la preocupación de que un debilitamiento de la segunda potencia mundial, reduzca su demanda de materiales y se registre un exceso de suministro mundial.

En la apertura del mercado de Londres, el crudo estadounidense ha caído un 2,8% y se vende a 39,33 dólares el barril, mientras que el Brent -el que sirve de referencia en Europa- ha perdido un 2,4% de su precio y se cotiza a 44,35 dólares el barril.

Por su parte, el cobre -utilizado como barómetro de la demanda industrial mundial- se ha hundido en el mercado londinense hasta los 4.920 dólares por tonelada, su mínimo en los últimos seis años.

También el aluminio se situaba en mínimos desde 2009, al venderse a 1.526 dólares por tonelada.

Falta de decisión en las autoridades chinas

"Es difícil dilucidar su los inversores están sobrerreaccionando o si el mercado va a tocar suelo pronto", ha señalado a Reuters Alex Kwok, analista de la consultora de Hong Kong China Investment Securities, quien destaca que las bases económicas y el sentimiento inversor siguen siendo débiles.

Estas caídas se han producido después de que el banco central de China anunciara este domingo que permitirá a los fondos de pensiones estatales invertir en acciones hasta un máximo del 30% de sus activos netos.

Pero esa decisión ha sabido a poco a los inversores, que esperaban movimientos más convincentes, como la limitación de las cantidades que los bancos chinos pueden mantener en reserva para tratar de aumentar la liquidez del mercado y reactivar el debilitado sector manufacturero del país.

"Es un avance", ha señalado a Bloomberg Gerry Alfonso, analista de la casa de valores Shenwan Hongyuan, quien ha explicado que, sin embargo, la ausencia de una mayor flexibilización de la política monetaria por parte del regulador chino, "ha decepcionado aparentemente a los inversores".

"Las reacciones de los mercados asiáticos reflejan el sentimiento de los inversores y su convicción de que es inevitable un aterrizaje brusco de la economía china", ha advertido Evan Lucas, analista de IG Markets a la agencia France Presse.

La devaluación por sorpresa del pasado día 11, percibida como un esfuerzo desesperado de Pekín para reactivar sus exportaciones y su actividad económica, ha reavivado el temor general en los mercados del continente.