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La Unión Europea huele la debilidad de Putin y mantiene la presión

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El presidente ruso, Vladimir Putin
El presidente ruso, Vladimir Putin.

Los líderes europeos revisan su estrategia sobre Ucrania con la sensación de tener el viento a favor; el hundimiento de la economía rusa debilita a Putin y hace más probable una solución negociada; los 28 mantendrán la presión sobre Moscú.

De hecho, este mediodía, antes de la cumbre, la UE va a aprobar una nueva ronda de sanciones económicas sobre Crimea -la antigua península ucraniana 'tomada' por Rusia-, que incluye desde un embargo comercial sobre productos tecnológicos a la prohibición de que los cruceros europeos atraquen en sus puertos.

Última vuelta de tuerca en la lenta pero implacable estrategia de Europa y Estados Unidos de responder a la ofensiva militar del presidente ruso en Ucrania con sanciones económicas cada vez más amplias. El hundimiento en los precios del petróleo, muy dañino para la economía rusa, ha hecho el resto.

"La Unión Europea está en una posición muy cómoda. No tiene que hacer nada. Sólo sentarse a esperar a que Putin saque sus propias conclusiones", explica a RNE el analista del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS) Michael Emerson.

"El momento es dramático para Moscú. Ha perdido el control sobre el rublo y la economía rusa afronta un escenario desastroso. Si a Putin le queda algo de sentido común, tendrá que intentar que Occidente levante sus sanciones. Y eso pasa por firmar una paz decente con Kiev", apunta.

Putin, de momento, no ha dado ese paso. Así que los líderes europeos sólo podrán esta noche constatar su debilidad. En Bruselas hay un clima de "satisfacción contenida", según un diplomático. "Mejor no cargar demasiado las tintas", apunta otro, en alusión a que un Putin asediado puede ser impredecible.

La Unión sí reiterará su disposición a ayudar financieramente a Ucrania. "Lo que no preocupa es la situación económica de Ucrania. Los problemas de Rusia le afectan también", desliza un alto funcionario cercano al nuevo presidente del Consejo, el polaco Donald Tusk, que debuta en esta cumbre.

Plan de Inversiones

En la cumbre, los 28 analizarán además el plan preparado por la Comisión Europea para reactivar a la anémica economía de la UE. Su objetivo es invertir 315.000 millones de euros en tres años. Su punto débil: ese dinero no existe a día de hoy.

La Comisión y el Banco Europeo de Inversiones ponen 21.000 millones. El resto debe venir de inversores privados y de aportaciones de los Estados miembros. El presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, espera anuncios al respecto.

"Necesito dinero, no sólo 'parole, parole'", clamaba ayer el propio Juncker. Pero los gobiernos son reticentes a rascarse el bolsillo. Antes quieren aclarar las reglas de juego. En especial, qué derechos tendrán los estados que contribuyan al plan a la hora de seleccionar los proyectos que se financian.