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Portugal rescata al Banco Espírito Santo con 4.900 millones de euros y lo divide

  • Crea una nueva entidad, Novo Banco, a la que se recapitaliza
  • Esta entidad recibirá los activos de buena calidad del Espírito Santo
  • Los activos considerados tóxicos serán aislados en un banco malo

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Personas esperando para sacar dinero de un cajero del Banco Espírito Santo en Lisboa
Personas esperando para sacar dinero de un cajero del Banco Espírito Santo en Lisboa el pasado 22 de julio.

El gobernador del Banco de Portugal, Carlos Costa, ha anunciado este domingo la inyección de 4.900 millones de euros en el marco del plan de reestructuración y recapitalización del Banco Espírito Santo (BES).

La recapitalización se hará mediante el Fondo de Resolución, entidad privada, que aportará directamente 500 millones de euros y que recibirá del Estado luso un préstamo por valor de 4.400 millones de euros restantes.

El dinero público procede del programa de ayuda financiera de la troika, que incluye una línea de 12.000 millones de euros destinados a la recapitalización para los bancos que lo necesiten, de la que todavía había disponibles más de 6.000 millones de euros.

Con la recapitalización, BES pasará a llamarse Novo Banco, que contará con los activos de buena calidad del anterior a cargo del cual estará el economista Víctor Bento. Mientras que sus activos tóxicos serán aislados en un banco malo.

"Se ha creado un banco nuevo, denominado Novo Banco, para el que se transfieren de inmediato" los activos, depósitos y créditos del BES considerados 'buenos', ha informado Costa en una declaración a la prensa, sin derecho a preguntas, en la sede del Banco de Portugal.

Costa también ha indicado que la solución "no tendrá ningún coste para el erario público ni para los contribuyentes". Con este rescate, el Gobierno luso busca evitar la contaminación de todo el sector financiero portugués o que afecte a Europa.

Costa lanzó un mensaje de tranquilidad a todos los clientes del BES al asegurar que se descarta "completamente e inequívocamente" cualquier hipótesis de que puedan verse afectados por esta reestructuración.

Sin costes para los contribuyentes

En términos similares se ha expresado el Gobierno luso, en un comunicado difundido por el ministerio de Finanzas, en el que se asegura que "los contribuyentes no tendrán que soportar los costes relacionados con la decisión adoptada".

La medida anunciada por el Banco de Portugal, añade la nota, "garantiza íntegramente los depósitos, la prestación de servicios bancarios, los puestos de trabajo y las relaciones comerciales que tenía la institución".

Novo Banco será una entidad saneada y que, en la práctica, tendrá un único accionista, el Fondo de Resolución, un instrumento creado en 2012 en el marco de la Unión Bancaria europea y financiado por instituciones financieras y bancarias lusas.

El Fondo se quedará de este modo con lo que los analistas denominan el "BES bueno", es decir, ya recapitalizado y con los créditos sin riesgo y los activos de buena calidad.

Y los actuales accionistas, entre ellos la familia Espírito Santo, se quedan con el "BES malo", que seguirá llamándose BES y al que serían transferidos los activos tóxicos y los más problemáticos.

Los contribuyentes lusos no tendrán, en principio, que hacerse cargo de esta crisis bancaria, que nadie en el país quiere llamar nacionalización, aunque de facto lo sea.

Crisis del emporio familiar

La caída en picado del Banco se precipitó tras la publicación de sus resultados en el primer semestre de este año, en el que perdió 3.577 millones de euros, una cifra que supera con mucho el colchón de capital de la entidad.

Con esas pérdidas multimillonarias, el banco ni siquiera cumple ahora los ratios de solvencia exigidos por las autoridades europeas.

El BES se ha visto directamente afectado por la crisis que atraviesa su matriz, el Grupo Espírito Santo, un emporio familiar con peso específico en la economía lusa y en cuyo seno ya son varias sociedades que se encuentran en concurso de acreedores y existen empresas al borde de la insolvencia.