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El tercer banco de Japón admite haber dado 1,5 millones de euros en créditos a la mafia nipona

  • El presidente de la entidad reconoce que su antecesor conocía las operaciones
  • El actual dirigente señala que el supo de las irregularidades el pasado marzo
  • En 2010, la entidad financió 230 operaciones financieras del crimen organizado

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El presidente del banco japonés Mizuho, Yasuhiro Sato, durante una rueda de prensa en Tokio
El presidente del banco japonés Mizuho, Yasuhiro Sato, durante una rueda de prensa en Tokio (Japón).

El presidente del banco japonés Mizuho, Yasuhiro Sato, ha admitido este martes que los máximos responsables de la entidad estaban al tanto de los créditos por valor de 200 millones de yenes (1,52 millones de euros) que se concedieron a organizaciones vinculadas con la mafia nipona, denominada Yakuza. Esta entidad es la tercera del país asiático por valor de mercado.

Sato ha pedido perdón en una rueda de prensa realizada en la sede del grupo en Tokio, donde ha confirmado que, en el momento en que se comenzó a financiar a estos grupos vinculados con el crimen organizado (en 2010), el expresidente de la entidad Satoru Nishibori conocía esas operaciones.

El propio Sato ha asegurado que él mismo también estaba "en posición" de conocer las 230 operaciones de financiación a grupos de la Yakuza, ya que participó en las juntas de accionistas de la entidad en 2011. Sin embargo, ha indicado que no fue así y que solo tuvo conocimiento de ellas en marzo pasado, a raíz de la investigación del regulador financiero japonés (FSA).

El presidente ha anunciado además que, para poder centrarse en resolver este caso, va a dimitir de las funciones que desempeña en un comité gubernamental.

El expresidente autorizó las operaciones

El caso se remonta al pasado 27 de septiembre, cuando la FSA ordenó al banco revisar sus operaciones, después de desvelar una serie de transacciones ilícitas a "grupos antisociales", como se define a la mafia en el país.

Según esas pesquisas, Nishibori -que dimitió de su cargo en 2011- autorizó los préstamos destinados, principalmente, a la compra de automóviles a través de una subsidiaria crediticia de la firma, Orient Corporation. Esos casos se confirmaron tras una investigación interna, realizada a petición expresa del regulador.

Según la prensa del país, en esa investigación se reveló que la entidad sabía desde 2011 que había prestado dinero a la mafia, pero no actuó en consecuencia, por ejemplo, cancelando los créditos, lo que está permitido por las cláusulas de los contratos.

Después de pedir públicamente perdón, el presidente Sato ha anunciado que la entidad va a crear un comité externo formado por expertos legales para agilizar la investigación y poder presentar un informe completo a la FSA el próximo 28 de octubre.