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Once países de la UE, entre ellos España, impondrán una tasa a las operaciones financieras

  • Es la primera vez que se aplica la cooperación reforzada en asuntos fiscales
  • Bruselas propuso que todas las operaciones se gravaran con un 0,1%
  • Las transacciones con productos derivados pagarían un 0,01%
  • Bruselas debe presentar ahora una propuesta final a los once países

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Los ministros de Economía de la UE han dado luz verde a la creación de una tasa sobre las transacciones financieras en once de los 27 países de la Unión, entre los que están España,  Francia, Alemania e Italia.  El objetivo de ese nuevo gravámen es frenar  la especulación y hacer que la banca asuma parte de los costes de la  crisis.

Reino Unido, República Checa, Malta y Luxemburgo se han  abstenido en la votación para poner en marcha esta cooperación  reforzada, según fuentes europeas. Sin embargo, la cooperación reforzada se puede poner en marcha porque se logró la mayoría cualificada entre los Veintisiete.

Este grupo de once países avanzará hacia la imposición de esa tasa en lo que se conoce como el sistema de cooperación reforzada. Esta es la  tercera vez que se usa este procedimiento, después de las legislaciones sobre  divorcio y patentes, pero es la primera ocasión en que se pone en práctica para temas fiscales.

Durante una rueda de prensa después de la reunión del Ecofin, el comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta, ha destacado que la decisión "es un hito porque, por primera vez, el impuesto sobre las transacciones financieras se aplicará en un bloque de países que representa a dos tercios de la Unión, y que responde además a un llamamiento de los ciudadanos".

Además, ha subrayado que el procedimiento de cooperación reforzada permite a los demás Estados miembros adherirse al sistema de tasas "cuando lo deseen".

Según la propuesta original de la Comisión Europea, que se realizó para que se adhirieran los 27  Estados miembros, la tasa debería gravar con un 0,1% las transacciones de  todo tipo de instrumentos financieros, excepto los derivados a los  que se les aplicaría un 0,01%. Ello permitiría recaudar 55.000  millones de euros al año, según los cálculos de Bruselas. Al reducir el ámbito de aplicación del impuesto, varios estudios recortan ese potencial recaudatorio a 37.000 millones anuales.

Pero el veto de Reino Unido -que alberga en Londres el principal  centro financiero de la UE y sostiene que la tasa provocará una  deslocalización de la industria bancaria- y de otros Estados miembros  obligó a emprender la vía de la cooperación reforzada.

Los once países que han decidido avanzar en solitario son España,  Francia, Alemania, Italia, Portugal, Grecia, Eslovenia, Austria,  Bélgica, Estonia y Eslovaquia.  Una vez que el Ecofin ha dado el visto  bueno a la cooperación reforzada, el Ejecutivo comunitario debe presentar  su propuesta final sobre la tasa, que tendrá que aprobarse por  unanimidad por los participantes.

Debate sobre un plan para combatir el fraude fiscal

Aparte de la tasa, los ministros de Economía de la UE han discutido por primera  vez sobre el plan de acción propuesto por Bruselas para  combatir mejor el fraude y la evasión fiscal, que incluye 34 medidas  a corto y medio plazo tanto en el área de los impuestos directos como  de los indirectos.

El plan de la Comisión Europea incluye iniciativas para evitar que  las multinacionales como Google, Amazon o Starbucks aprovechen los  diferentes sistemas de los Estados miembros para esquivar el pago de  los impuestos que les corresponden.

Bruselas propone elaborar una lista negra propia de paraísos  fiscales, que vaya más allá de la existente en la OCDE. De esta forma,  se facilitaría la adopción de medidas de represalia de la UE contra  las "jurisdicciones no cooperativas" en materia fiscal.

También plantea otras iniciativas como la adopción del un código  del contribuyente, la creación de un número de identificación fiscal  de la UE y el establecimiento de directrices comunes para rastrear  flujos de dinero.