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La banca se lanza a "hacer caja" para afrontar la crisis

  • Una gran urgencia es 'colocar' la gran cantidad de pisos que poseen
  • La auditoría externa del sector puede agravar una situación, ya delicada

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La falta de provisiones y la crisis de Bankia han forzado a las entidades españolas a buscar dinero debajo de las piedras, para lo que están poniendo el cartel de "se vende" en algunas participadas o en negocios poco rentables.

Detrás de esta sed de liquidez se esconde también la auditoría al sector que van a realizar Roland Berger y Oliver Wyman, de la que podrían "aflorar" nuevas necesidades de capital en forma de pérdidas derivadas del profundo saneamiento de la cartera inmobiliaria que tienen que acometer bancos y cajas.

Después de una cascada de reformas financieras que inició el anterior Gobierno el año pasado, el sector, muy castigado por el estallido de la burbuja inmobiliaria, se ve obligado a tomar medidas drásticas tras comprobar que no guardaban suficiente dinero en la hucha de las provisiones.

Y es que las entidades no sólo tienen que dotar provisiones por los créditos malos (unos 18.000 millones de euros), para lo que tienen que poner entre todas unos 50.000 millones, sino que también tiene que respaldar con otros 40.000 millones los préstamos que aún están al corriente de pago.

'Se vende' el banco

Una de las operaciones que están en marcha es la del Banco Popular, que ha puesto a la venta el 51 % de su filial por internet, el bancopopular-e, una operación con la que espera conseguir unas plusvalías de 2.000 millones de euros y que no termina de concretarse pese a que ya se han dado nombres de posibles compradores, entre ellos su socio francés, Credit Mutuel.

Uno de los más madrugadores a la hora de hacer caja fue el Banco Santander, que empezó ya el pasado diciembre, con la venta del Banco Santander Colombia y sus filiales en ese país al grupo chileno CorpBanca por unos 910 millones de euros, con unas plusvalías de 615 millones de euros.

Asimismo, la entidad vendió en abril créditos morosos por importe de 1.500 millones de euros a fondos de los llamados "buitre", especialistas en comprar impagados, operación con la que ingresó otros 200 millones de euros.

La entidad también ha vendido su plataforma de gestión de recobros Reintegra a Lindorff, empresa noruega de gestión de créditos fallidos.

El BBVA, por su parte, ha decidido dar carpetazo a más de 20 años de relación con el grupo tecnológico y de servicios Corporación IBV,  que poseía a medias con Iberdrola, y ha anunciado su venta, que se hará de forma "ordenada", según consta en la Memoria de la entidad.

Además, el BBVA anunció recientemente su intención de vender total o parcialmente su negocio previsional -administración de fondos de pensiones- en Chile, Colombia, Perú y México, debido a la escasa relación de esta actividad con las líneas básicas de negocio del grupo.

CaixaBank, por su parte, acordó a principios de mayo la venta a la entidad portuguesa Santoro Finance del 9,4 % en el banco luso BPI, por un importe de 46,7 millones de euros.

Deshacerse de los pisos

Pero lo que realmente necesitan vender bancos y cajas con la mayor urgencia es la cantidad ingente de pisos que tienen en sus balances, en ocasiones promociones inmobiliarias enteras, terminadas y sin terminar,  así como el suelo con el que han tenido que quedarse tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Para ello tendrán que hacer generosas rebajas, algo a lo que hasta ahora no han estado muy dispuestos,  ya que, según un reciente informe de Deutsche Bank, desde el estallido de la burbuja el precio de la vivienda "sólo" ha bajado el 15% en España, mientras que en Estados Unidos los precios cayeron el 30% cuando ocurrió lo mismo.

En este sentido, el presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, lamentó el pasado abril que no se valore en el exterior el enorme esfuerzo realizado por la banca española para el saneamiento del sector inmobiliario, que no tiene precedentes.