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Benedicto XVI se despedirá de Cuba con una misa multitudinaria en la Plaza de la Revolución

  • Se espera que miles de personas acudan este miércoles al acto religioso
  • Las calles aledañas han sido cortadas al tráfico para facilitar el acceso
  • El gobierno dice a los disidentes que no tolerará manifestaciones políticas

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Benedicto XVI termina su visita a Cuba con una reunión con Fidel Castro

La plaza de la Revolución de La Habana, el lugar emblemático en Cuba, el escenario de los actos de masas y las grandes concentraciones revolucionarias, volverá a acoger este miércoles a decenas de miles de personas.

Pero en esta ocasión no acudirán a un acto político, sino a la misa que oficiará Benedicto XVI, con el altar colocado junto a la tribuna desde la que Fidel Castro pronunciaba sus largos y encendidos discursos en las grandes conmemoraciones de la Revolución.

Desde un día antes, las avenidas y calles aledañas a la Plaza han sido cortadas al tráfico para facilitar el acceso de todos aquellos que quieran acudir al acto religioso. El gobierno cubano ha dado todas las facilidades y ha alentado la asistencia de “creyentes y no creyentes”. 

El gobierno, eso sí, ha dejado claro a los grupos de disidentes, que no se tolerará manifestaciones políticas. La líder de Damas de Blanco, Berta Soler, aseguraba hace unos días que han recibido “amenazas” para que no acudan a la plaza de la Revolución, pero reiteraba su voluntad de asistir a la misa.

Soler mantenía la esperanza de que Benedicto XVI tuviera un gesto y recibiera a una representación de su grupo, algo que no se producirá según reiteraba hace unas horas el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

El Papa tuvo unas palabras de referencia con relación a los presos cubanos y a la reconciliación nacional. Fue en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, ante la que Benedicto XVI, pidió “por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad”. Asímismo, el Papa, se refirió a todos los cubanos, se encuentren “cerca o lejos” y pidió que se avance “por caminos de renovación y esperanza”.

Decenas de miles de personas han asistido en Santiago de Cuba a la misa celebrada por Benedicto XVI. El Papa ha pedido a los cubanos que luchen por una sociedad abierta y renovada y se ha referido de manera indirecta a los presos políticos, pero no tiene previsto reunirse con los disidentes en la isla.

Horas después, ya en La Habana, el presidente cubano, Raúl Castro, le reiteraba a Benedicto XVI su compromiso con las reformas en Cuba. Pero eso sí, serán cambios que afectarán solo al terreno económico, no al político, según dejaba claro ante la prensa internacional el vicepresidente del gobierno cubano, Marino Murillo, la persona que dirige en primera línea esas reformas.

Posble encuentro con Fidel Castro

Castro recibió a Benedicto XVI en el Palacio de la Revolución, sede del Consejo de Estado, y pudo departir con él durante 40 minutos. Según Lombardi, en ese encuentro no se volvió a mencionar la frase del Papa de que “el marxismo había sido superado” pronunciada en el avión papal al inicio del viaje. Según Lombardi se trataba de una reflexión general sobre los tiempos históricos.

Lo que no llegó a producirse, aunque no se descarta que pueda tener lugar este miércoles, es la reunión entre Benedicto XVI y el expresidentes cubano y líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, en algún momento después de la misa. 

Benedicto XVI tiene previsto hacer una breve caminata por las calles de la Habana Vieja, especialmente a la catedral, joya del barroco colonial, antes de concluir su visita a Cuba e iniciar en la tarde de este miércoles el viaje de regreso a Roma.