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El "viernes de la resistencia popular" en Siria termina con la muerte de más de 60 personas

  • Doce de ellos son soldados desertores
  • Las cifras son informaciones de los opositores Comités de Coordinación Local
  • Denuncian, además, una "catástrofe humanitaria" en Homs

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Imágen difundida por la oposición siria por Youtube de los bombardeos sobre el barrio de Bab Amr
Imágen difundida por la oposición siria por Youtube de los bombardeos sobre el barrio de Bab Amr

Al menos 66 personas han muerto este viernes en distintos actos de violencia y protestas en Siria, entre ellas doce soldados desertores que han sido ejecutados en el sur del país, según han informado los opositores Comités de Coordinación Local.

Las fuerzas de seguridad han abatido a los desertores en un puesto de control frente a un hospital en la localidad de Jasem, en la provincia meridional de Deraa, donde otras catorce personas han fallecido en distintos sucesos, ha apuntado el grupo opositor en un comunicado.

Además de estos muertos, quince personas han perdido la vida en la ciudad de Homs, en el centro de Siria, como consecuencia de los intensos bombardeos registrados en varios barrios como Baba Amr o Inshaat.

"Viernes de resistencia popular"

La oposición siria ha comenzado a salir a la calle tras el rezo de los viernes, como viene haciendo desde hace 11 meses. En esta ocasión, la jornada ha sido bautizada como "Viernes de la resistencia popular" y pretende marcar "una nueva etapa" en las protestas.

En la provincia de Deraa, más de 10.000 manifestantes se han echado a las calles de las localidades de Dael, Jassem, Injel, Nimr y Al Hara, donde ya se han producido algunos heridos por disparos de las fuerzas de seguridad, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres.

“Catástrofe humanitaria”

Fuad ha manifestado desconocer el número de víctimas registradas por el momento en la zona, puesto que las personas están refugiadas en lugares protegidos de las bombas y no pueden salir por miedo a los francotiradores que se encuentran apostados en las azoteas de los edificios altos que rodean ese barrio.

Por su parte, la portavoz del grupo opositor Comités de Coordinación Local Rima Flihan ha detallado a la misma agencia que Homs vive una situación de "catástrofe humanitaria". Según Flihan, apenas quedan alimentos y medicamentos,  la electricidad y comunicaciones han sido cortadas, y las autoridades impiden el acceso de las organizaciones humanitarias al terreno.

Los vídeos difundidos por internet por la oposición muestran las calles de la ciudad totalmente vacías y edificios destruidos por el impacto de las bombas. Desde el inicio de este febrero, Homs se ha convertido en uno de los principales objetivos de las tropas del régimen de Bachar al Asad y cientos de personas han fallecido, según los activistas.

Condena de la ONU

El aumento de las acciones militares contra los feudos opositores se produce horas después de que la Asamblea General de la ONU aprobase una resolución en la que condena la violencia que el régimen de Siria ejerce sobre la población civil.

Sólo 17 países han votado en contra.

Además, el máximo órgano representativo de la ONU -donde no existe poder de veto y las resoluciones no son vinculantes- exigió al presidente sirio, Bachar al Asad, que cumpla con el plan de transición propuesto por la Liga Árabe para delegar sus poderes, pese a la reiterada oposición de Rusia y China.

Desde Londres, el primer ministro británico David Cameron y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, han reconocido que la situación en Siria es diferente a la de Libia, donde una resolución de Naciones Unidas dio la cobertura para una intervención militar. No obstante, Cameron ha advertido que sus países no pueden mantenerse al margen de lo que ocurre en Siria.

Desde que comenzaron las protestas en marzo pasado, más de 5.000 personas han fallecido, según el último balance difundido por la ONU e pasado enero, aunque los opositores amplían esa cifra a 7.000 mientras el régimen acusa a supuestos grupos terroristas de estar detrás de la violencia.

Mientras, el Gobierno de EE.UU. ha mostrado su preocupación por la presencia de miembros de Al Qaeda infiltrados en la oposición siria, según indicaron este viernes dos altos funcionarios en sendas comparecencias ante el Congreso