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La justicia francesa ha emitido una orden de arresto contra el presidente de Siria, Bashar al Assad, y varios altos cargos del país por su presunta complicidad en crímenes de guerra y contra la humanidad por los ataques con armas químicas en Ghuta Oriental, que causaron cientos de víctimas. Un reportaje de Antonio Delgado, corresponsal de Rne en París.

El presidente chino, Xi Jinping, se ha entrevistado este viernes con su homólogo sirio, Bachar al Asad, y le ha propuesto establecer una relación estratégica entre ambos países.

El encuentro ha tenido lugar en la ciudad china de Hangzhou, donde se celebran los XIX Juegos Asiáticos, a los que ha asistido Asad en su primera visita a China en casi dos décadas.

Foto: LUDOVIC MARIN / AGENCIA ESTATAL SIRIA SANA / AFP

Tras 12 años de guerra en Siria, miles de personas son desplazadas internas y viven en el noroeste del país, en condiciones muy duras. Dependen en gran medida de la ayuda humanitaria que envían a través de paso fronterizo de Bab Al-Hawa. Además del conflicto, prácticamente olvidado, ahora los sirios tienen que afrontar las consecuencias del terremoto que afectó a esta región, al igual que al sureste de Turquía. Un reportaje de Isabel Dólera.

Turquía es el país que más refugiados sirios acoge en el mundo. Son oficialmente cerca de cuatro millones. La inmensa mayoría huyó de su país en los primeros años de la guerra, entre 2011 y 2016, y llevan años viviendo en el país vecino. Una convicencia sin problemas, hasta que la crisis económica golpeara a Turquía. Entonces, la situación de los refugiados sirios empezó a deteriorarse: en las últimas elecciones, centraron gran parte de las críticas de los políticos de la oposición, que responsabilizan a Recep Tayyip Erdogan de su presencia en territorio turco. En este reportaje de Guillaume Bontoux, hemos hablado con varios sirios en Estambul, para conocer su vida diaria en Turquía y cómo han vivido estos ataques contra su comunidad.   

Un acto en el Congreso celebra los 50 años de actividad de Médicos sin Fronteras, que piden atención a los conflictos donde siguen siendo necesarios, como el de Siria. Repasan su trabajo su coordinador en esta zona, su directora Marta Cañas y la periodista Rosa María Calaf.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, elude la votación de la Asamblea y recurre a un artículo de la Constitución para sacar adelante su reforma del sistema de pensiones. Una comisión de la ONU concluye que Rusia ha cometido crímenes de guerra en Ucrania. Allí estaremos con nuestros enviados especiales, Fran Sevilla y Carlos Mesas. Hablamos de Siria y de la ciudad de Aleppo, devastada por la guerra y los seísmos, junto a Médicos Sin Fronteras. Visitaremos Países Bajos, Colombia, Senegal e Indonesia.

Jeremy Hunt presenta el presupuesto para el próximo periodo fiscal en el Reino Unido y asegura que el país evitará la recesión. En Francia todo listo para que mañana se vote la reforma del sistema de pensiones. Estamos en Ucrania con nuestros enviados especiales, Carlos Mesas y Fran Sevilla. Se cumplen hoy 12 años del inicio de la guerra de Siria. Entrevistamos al Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand.

Se cumplen ocho días desde los terremotos que devastaron amplias zonas de Siria, y el país árabe ha terminado la fase inicial de emergencia y se adentra ahora en los trabajos de recuperación.

Mientras las excavadoras despejan las carreteras obstruidas por los escombros, el recuento de víctimas supera los 3.600 muertos y 5.200 heridos, pero no se actualiza desde hace días. Sin embargo, ni el Gobierno ni el grupo de rescatistas Cascos Blancos, que opera en las áreas rebeldes del noroeste del país, han declarado oficialmente el fin de la búsqueda de las personas que continúan desaparecidas.

Por otro lado, Bashar al Asad abrirá durante tres meses dos pasos fronterizos con Turquía, el de Bab al Salam y Al Raee, con el objetivo de facilitar la entrada de ayuda humanitaria en el territorio opositor.

Asimismo, la Siria controlado por Damasco está recibiendo ayuda de otros estados. México ha prometido donar seis millones de dólares para la reconstrucción, mientras que Arabia Saudí ha enviado un avión con ayuda humanitaria. Es el primero en casi doce años, desde que estalló la guerra en 2011.

El chef asturiano José Andrés se ha desplazado con su ONG World Central Kitchen a Turquía, donde están repartiendo ya a través de 19 cocinas en todo el país unas 100.000 comidas al día y se preparan para llegar a 500.000 al día. José Andrés ha explicado en Hablando Claro que también van a repartir comidas en Siria. "A partir de mañana vamos a poder distribuir unas 10.000 comidas al día en Siria asociándonos con cocinas y organizaciones que están allí", ha señalado. El cocinero ha subrayado que el conflicto sirio hace que todo sea mucho más complicado. José Andrés ha explicado que el alimento "siempre está, lo que se rompen son las infraestructuras" y ha reivindicado el trabajo del Gobierno turco y las distintas asociaciones: "Lo que es muy sorprendente es que han sido capaces de en cuestión de uno o días empezar a arreglar las carreteras con una rapidez que no he visto en muchas otras partes del mundo".

Foto: World Central Kitchen

El terremoto en Turquía y Siria agrava una situación que ya era complicada, especialmente en el noroeste del país sirio. Mati Gomis, subdirectora de Oxfam Intermón en Siria, nos cuenta en Las Mañanas de RNE que un 70% de la población en Siria ya necesitaba ayuda humanitaria. "Vamos a atender a personas que antes del terremoto ya necesitaban ayuda. El domingo esas personas no tenían para comer y ahora se añade que no tienen casa", explica. 

El último informe de Naciones Unidas cifra que hay 6 millones de afectados por el terremoto, tanto de forma directa como indirecta, aunque Matis cree que las cifras de afectados y fallecidos aumentarán. "Ha habido edificios enteros colapsados, de 6 y 7 plantas y por cada piso hay 3 o 4 apartamentos. Una familia media en Siria está formada por entre 5 y 7 personas", nos cuenta. Además, la ayuda llega de forma limitada. "Las zonas controladas por el Gobierno tienen un acceso relativamente fácil, pero las controladas por los grupos opositores está siendo más complicado".

Hoy en Por tres razones hablamos con Mehmet Celebi, empresario turco que coordina la recogida de alimentos y materiales en España junto con la embajada turca. Visitamos el Hard Rock Hotel de Madrid, uno de los puntos de recogida donde voluntarios como Luz Fernández José Miguel Fúnez, se han movilizado para poder hacer llegar la ayuda que reciben a las zonas afectadas por el terremoto. 

Los dos terremotos con epicentro en Turquía han golpeado el norte de Siria, un país y una región que sufre una guerra civil de casi 12 años con miles de muertos, millones de desplazados y destrucción de viviendas e infraestructuras.

La situación de la población ya era vulnerable antes del seísmo: en la zona hay más de cuatro millones de desplazados, según la ONU, más de un millón de ellos malviviendo en campos de refugiados. Las estructuras de muchos edificios ya estaban debilitadas por los continuos bombardeos y ahora se han venido abajo. Muchos sirios se han quedado sin hogar y buscan refugio a la intemperie, en vehículos o en parques.

Mientras los equipos de rescate y los voluntarios continúan trabajando las 24 horas del día para localizar a los que aún pueden estar atrapados, Naciones Unidas proporciona comida, ropa de invierno y apoyo psicológico a las víctimas del desastre.

Paula Balsera y María Berkowitz viajaron hace tres meses a Gaziantep, en Turquía, para trabajar como cooperantes con niños y mujeres y es allí, en el epicentro, desde donde han vivido el terremoto. Han contado en Las Mañanas de RNE que, a pesar del miedo a las réplicas y la incertidumbre, quieren continuar con su labor y por ahora se niegan a volver a España: “Yo he venido aquí para conocer, para aportar y para enseñar lo poco que pueda”, ha señalado María, algo que ahora ve “más necesario que nunca”. Cuentan que las zonas más afectadas han sido las que estaban construidas con materiales menos resistentes y que allí muchas personas han decidido vivir en la calle por miedo.

Sin embargo, la peor parada por el seísmo ha sidoSiria, marcada por una guerra que ya dura12 años y que, como explica nuestra compañera de internacional y excorresponsal, Cristina Sánchez, se encuentra “dividida geográficamente en zonas bajo control gubernamental, y en otras que están en manos de fuerzas opositoras”. Esto supone que, si en el caso de las primeras “15 millones de personas dependen de algún tipo de asistencia y 5 millones están en una situación absolutamente catastrófica”, como indica Cristina, en el caso de las zonas ocupadas por las fuerzas opositoras, el terremoto ha supuesto “directamente un descenso a los infiernos”.

Cuenta que, paradójicamente, las zonas menos afectadas han sido aquellas en las que ya no quedaban edificios y donde tenían que sobrevivir en tiendas de campaña. Para los demás, los que aún conservaban sus casas, la suerte no ha sido la misma. Las ayudas no llegan, por un lado, las Naciones Unidas alegan que el único paso fronterizo con Turquía abierto para la entrada de asistencia internacional ha sido dañado. Por el otro, Bashar al Assad y su Gobierno culpan a occidente de estar frenando la llegada de ayuda internacional, mientras actúa como filtro para toda la asistencia que deba cruzar el país para llegar al noroeste de Siria y la provincia de Idlib, una de las más afectadas. “Por decisiones políticas, por pura geoestrategia, hay gente ahora mismo muriendo bajo los escombros”, ha denunciado la excorresponsal de RNE en Jerusalén.

Mientras tanto, los Cascos Blancos, la defensa civil siria, son quienes se están encargando de rescatar a personas de los edificios, pero como indica Cristina: “falta personal, faltan suministros y faltan médicos”, por no hablar del cansancio del personal que lleva trabajando sin descanso desde el lunes.

Ya son más de 3.000 las muertes contabilizadas en los terremotos que han sacudido Siria y Turquía este lunes. La zona donde se ha registrado el terremoto no solo es complicada geológicamente, también desde el punto de vista geopolítico pasa por un momento complejo. Es el peor terremoto registrado en la zona en lo que va de siglo, desde el de 1999, que dejó más de 17.000 muertos y es una de las zonas más convulsas de Oriente Próximo y del planeta: la frontera con Siria y el Kurdistán. Elconflicto kurdo y la guerra en Siria hacen de esta zona un auténtico polvorín, con muchos refugiados que viven en situación precaria.

Foto: REUTERS/Dilara Senkaya

La guerra en Ucrania, las tácticas que utiliza allí Vladímir Putin, tienen paralelismos con lo que hizo en Siria. Es lo que cree el periodista Marc Marginedas, que vivió más de una década en Rusia y que estuvo secuestrado por el Estado Islámico en Raqqa.

Fueron casi seis meses de cautiverio. Primero solo, después con otros periodistas y cooperantes, entre ellos otros dos españoles. Ahora, ha vuelto hasta allí para contar lo que ocurrió a través del documental 'Regreso a Raqqa' y, sobre todo, para que no olvidemos un conflicto que no ha terminado.

Foto: TVE / 'Regreso a Raqqa'

El derrocamiento del autodenominado Estado Islámico ha dejado a miles de sus familiares atrapados en campos de detención que, como ha explicado Carola García-Calvo, investigadora principal del Programa sobre Radicalización Violenta y Terrorismo Global del Real Instituto Elcano, era una “solución temporal” que ha terminado por extenderse, y que ahora “se está convirtiendo en un foco de inseguridad y radicalización”. Sobre las dos mujeres españolas repatriadas, ha aclarado en Las Mañanas de RNE que “ya estaban siendo investigadas en nuestro país por su posible participación en acciones terroristas”, motivo por el cual debían pasar por la Audiencia Nacional, y que ahora, además, hay que saber “por qué se fueron, qué les llevó a irse y cuáles fueron sus actividades allí”. Señala también que se calcula que un 15% de los movilizados en nuestro país para unirse al Daesh en 2014 fueron mujeres, y que se desconoce cuántas permanecen todavía allí.

Más de 40.000 extranjeros permanecen detenidos en los campos de refugiados de Siria, acusados de tener vínculos con el Estado Islámico. El 65% son menores de 16 años que llegaron allí con sus padres. Más de 6.000 han sido repatriados desde 2019. Las organizaciones internacionales avisan de los riesgos que corren en esos espacios en los que sobreviven en condiciones “deplorables” y en los que cada día mueren a causa de enfermedades tratables, atropellados por camiones cisterna o debido a los incendios en las tiendas de campaña. Informa Laura Alonso, corresponsal en Oriente Próximo.

La coordinadora de Médicos Sin Fronteras en España, Raquel González, afirma que, bajo la bandera de la lucha global contra el Estado Islámico, estos campos se han convertido en "cárceles a cielo abierto" y advierte de las "condiciones inhumanas y muy violentas" en las que se encuentran. Por ello, su ONG solicita a los "países que forman la Coalición Global Contal el Estado Islámico que incrementen los esfuerzos para identificar soluciones políticas que pongan fin a esta detención arbitraria" e insta a acelerar las repatriaciones.

Después de más de diez meses de combates, la guerra de Ucrania es la que más atención mediática atrae. La implicación de las grandes potencias mundiales la convierte en un conflicto global de consecuencias imprevisibles. Pero organizaciones como Médicos sin Fronteras y el Instituto de Estudios sobre Conflictos Internacionales y Accion Humanitaria alertan de que se están perdiendo de vista otras crisis humanitarias importantes.

El mantenimiento del único paso fronterizo que permite el acceso de las ONG a Siria depende de una decisión política en manos del Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia, opuesta a su existencia, tiene derecho de veto. Este domingo, 10 de julio, finaliza el plazo y desde ONG como  Médicos del Mundo reclaman su prórroga durante, al menos, 12 meses más. Este paso es indispensable para la entrada de ayuda humanitaria para más de 4 millones de personas. Hablamos con José Félix Hoyo, vicepresidente de Médicos del Mundo, que recuerda que el derecho transfronterizo establece que los pasos estén abiertos y que el hecho de que la población no pueda recibir ayuda es una violación del derecho internacional humanitario.