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Siria ha entrado en este mes de marzo en su décimo año de conflicto. Desde las iniciales revueltas populares contra el régimen de Bachar Al-Asad en 2011, centenares de miles de personas han muerto y decenas de miles están desaparecidos. La guerra siria provocó también una de las peores crisis humanitarias del siglo, con varios millones de mujeres y hombres, niños y ancianos, que tuvieron que huir del país. Nos recuerda lo transcurrido en el conflicto nuestra corresponsal en Oriente Próximo Cristina Sánchez.

Arranca la semana con varias zonas de Italia aisladas para frenar la expansión del coronavirus que está impactando en las bolsas y economías de todo el mundo y los gobiernos empiezan a aplicar medidas para paliar las pérdidas.

Además, las instituciones comunitarias reciben en Bruselas hoy al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para hablar de la situación en la frontera griega y el empeoramiento de la crisis humanitaria en la provincia siria de Idlib.

En Escocia, el ex ministro principal, Alex Salmond se enfrenta a un juicio por presunto acoso sexual y en México hay convocada una huelga general feminista para protestar contra los 10 feminicidios diarios que cuenta el país.

Tras reunirse durante seis horas en Kremlin, lo han anunciado: "esta misma noche estableceremos un alto al fuego". Así lo ha asegurado el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en una rueda de prensa conjunta con el líder ruso, Vladimir Putin. A partir de medianoche, ambos países cesarán los enfrentamientos en la ciudad de Idlib en beneficio de la población civil.

Acuerdo al que han llegado los dos países en Moscú para frenar las hostilidades en la zona siria recoge tres puntos:

- El cese de las hostilidades a partir de esta media noche en la zona.

- La creación de un corredor de seguridad.

Patrullas conjuntas rusas y turcas desde el 15 de marzo.

Erdogan logra frenar la ofensiva de las tropas progubernamentales y Rusia, que éstas no tengan que replegarse de lo avanzado. Un millón de personas desplazadas siguen hacinadas en tiendas de campaña o a la intemperie a lo largo de la frontera turca que permanece cerrada. Informa la corresponsal de Oriente Próximo, Cristina Sánchez. 

Los migrantes sirios que han llegado a la isla de Lesbos en los últimos días van a ser trasladados a un centro de internamiento en el norte de Grecia. Esto se debe a que el campo de refugiados de Moria, el mayor de Europa, está desbordado. Las 20.000 personas que viven en él lo hacen hacinadas y en condiciones infrahumanas, bajo plásticos y rodeados de basura. La inseguridad marca la vida en el campo con robos, apuñalamientos y violencia sexual. A esto se suman la falta de comida, medicamentos y electricidad. Sus habitantes lo describen como algo “peor que el infierno”. Informa la enviada especial Sara Alonso.

Crisis de refugiados

Lesbos: el sótano de Europa

  • 20.000 personas se hacinan en el campo de refugiados de Moria concebido para 3.000
  • Un buque militar acoge a los que no tienen derecho a solicitar asilo

Los dos mandatarios se reúnen en Moscú para abordar la situación en el noroeste de Siria a raíz de los enfrentamientos cada vez más graves entre el ejército de Al Assad, apoyado por Rusia, y las unidades turcas. De hoy puede depender que se alivie en algo la que la Naciones Unidas considera la peor catástrofe humanitaria de la actualidad con un millón de desplazados desde el uno de diciembre.

Informa Cristina Sánchez, corresponsal en Oriente Medio

La Unión Europea respalda la actuación de Grecia en la crisis de migrantes en la frontera greco-turca. Los ministros del Interior de los 27 han pactado una declaración en la que señalan que no van a tolerar el paso irregular de migrantes a través de la frontera exterior.

Los 27 buscan evitar la división interna que la llegada de refugiados provocó entre ellos en 2015. En aquel momento se pactó un reparto de solicitantes de asilo entre los socios que muchos no llegaron a cumplir. "Antes estábamos divididos, ahora estamos unidos", dijo la Comisaria del Interior, Ylva Johansson. Esa unidad se vio ayer en un comunicado conjunto de los ministros del Interior: apoyan plenamente a Grecia, le enviarán refuerzos humanos y técnicos para sellar la frontera. Para los que intentan entrar en Europa la Unión lo tiene claro, dice que se olviden: "Los pasos irregulares de la frontera no se tolerarán", advertía ayer el primer ministro croata, quien evita referirse a las posibles violaciones de los derechos humanos en Grecia. 

En la calle, un centenar de personas protestaban por la mano dura europea: "Los refugiados son bienvenidos aquí", coreaban un grupo de manifestantes que acusaban a la UE de adoptar el discurso de la extrema derecha.

Informa María Carou, corresponsal en Bruselas

La tensión sigue aumentando en la frontera greco-turca, donde se concentran miles de migrantes tras la decisión de Ankara de abrir sus puertas a Europa. Como decimos, la tensión ha ido a más y en las últimas horas un migrante ha fallecido en uno de los puestos fronterizos por disparos procedentes del lado griego cuando estaba tratando de entrar en Grecia. Nos situamos en la isla de Lesbos.

La inmigración y los refugiados vuelven a ser un problema grave e inmediato para la Unión EuropeaTurquía ha abierto sus fronteras para dejar pasar, via Grecia y Bulgaria, a miles de refugiados de la guerra en Siria. Es una forma de presionar para que la OTAN y la Unión Europea se impliquen más en ese conflicto y para recibir más ayuda para atender a los miles que están en su territorio. El presidente turco advierte a la unión que tendrá que compartir la carga. Los refugiados vuelven a ser los grandes perjudicados de toda esta situación, y utilizados como moneda de cambio. Ruth Ferrero es profesora asociada de Ciencia Política de la Universidad Complutense, y experta en migraciones y Balcanes. En su opinión, la Unión Europea tiene que hacer principalmente dos cosas: primero cumplir la legalidad y los acuerdos de Ginebra, y después no confiar en Erdogan.

La situación en la frontera entre Grecia y Turquía es insostenible, especialmente en las islas del Egeo como Lesbos o Quíos, donde miles de refugiados ya viven hacinados en campos y sin posibilidad de ser trasladados al continente. Miles de personas refugiadas se acercan a las costas griegas para poder entrar en territorio de la Unión Europea después de que Erdogán, presidente de Turquía, abriera las fronteras para presionar a Europa. Hoy un niño ha muerto ahogada al volcar el bote en el que viajaba cuando intentaba alcanzar la isla de Lesbos (Grecia) y un hombre ha fallecido en la frontera. Las autoridades griegas están respondiendo con antidisturbios para impedir la entrada de migrantes. En las costas, grupos organizados de ultraderecha atacan a refugiados, periodistas y miembros de ONGs. Hablamos con Malen Garmendia, coordinadora de ZaporeakONG guipuzcoana que opera en el campo de refugiados de Moria (Lesbos). El equipo de la ONG fue atacado por miembros de ultraderecha. "Destrozaron la furgoneta, nos pincharon las ruedas, abrían las puertas para arrastrarnos fuera y darnos una paliza...", cuenta Garmendia. Además de atacar a miembros de ONGs, estos grupos de extrema derecha impedían de forma violenta el acceso a la costa de la embarcaciones con personas refugiadas. "Esta agresividad que vivimos nosotros ayer puntualmente, los refugiados tienen que vivirla diariamente" cuenta para el 14 Horas en Radio Nacional. "Las condiciones aquí son muy muy precarias y la situación es insostenible. Son campos de concrentración".