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El (nuevo) conflicto por Las Malvinas, de película

  • En dos meses se conmemora el 30 aniversario de la Guerra de las Malvinas
  • Los bonaerenses creen que se trata de un conflicto "inexistente"

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Llegada polémica del Príncipe Guillermo de Inglaterra a Las Malvinas

La Dama de Hierro, la película de Phyllida Lloyd que cuenta con una magnífica interpretación de Meryl Streep, ha llegado a las salas de proyección argentinas con una expectación comprensible: uno de los episodios políticos en los que más se incide a lo largo del metraje es el de la Guerra de Las Malvinas.

En la gran pantalla, vemos a una Margaret Thatcher decidiendo ir a combate en absoluta soledad. Sus asesores tratan de disuadirla porque es demasiado grave la crisis económica y social que, entonces, en aquel año 82, se está sintiendo y sufriendo en las calles del corazón del viejo Imperio británico. 

Curiosa esa secuencia que retrata el momento en el que la inquilina del número 10 de Downing Street recibe al Secretario de Estado norteamericano, quien también quiere quitarle la idea de intervenir militarmente en el archipiélago y que le dice que Las Malvinas son un territorio “política y económicamente insignificante”. Ella, entonces, le recuerda la Segunda Guerra Mundial y el ataque japonés a Pearl Harbour.

Por eso, era interesante saber cómo reaccionaría el público argentino a la película, al personaje y, en especial, a dicho capítulo. 

En uno de los cines de estreno, ha sido fácil comprobar cómo, en general, los espectadores argentinos lo han visto “bastante real, bastante real”, como nos dijo uno de ellos. A una compatriota suya le pareció “interesante el retrato psicológico” de Margaret Thatcher y del episodio de Las Malvinas, en el que, según ella, queda patente que el conflicto fue la “decisión de dos psicópatas: de Margaret Thatcher, que encontró su contraparte en Galtieri”, al frente –entonces- de la Junta militar argentina.

Otro ciudadano se quejaba de que la película hubiese recibido más críticas malas que buenas por la reciente crisis diplomática que protagonizan Buenos Aires y Londres.

30 aniversario del conflicto

Nadie es ajeno a que se acerca el 30 aniversario del conflicto y que a Argentina, en particular, le puede interesar actualizar el debate sobre la soberanía de las islas.

A pesar de que la fricción se viene alimentando, desde ambas partes, desde hace unas semanas, lo cierto es que la presidenta Cristina Fernández, en su puesta a punto de los intereses nacionales durante su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas el último mes de septiembre, apeló a Reino Unido a sentarse, justamente en el marco de la ONU, a dialogar sobre Malvinas.

En diciembre, durante la cumbre del Mercosur en Uruguay, la mandataria volvió a insistir. Es más, logró el apoyo de sus socios del bloque para que ninguno de ellos permitiera atracar en sus puertos a ningún barco con bandera de las Malvinas. 

David Cameron, a partir de ese punto, sale al paso llamando a Argentina “colonialista”. Y es entonces cuando, desde el lado contrario, le caen al primer ministro británico, a su gobierno y a su país todo tipo de calificativos como “imperio en decadencia”, “colonialista trasnochado”, etc. Y, así, hasta hoy, casi a diario. 

Lo más reciente tiene que ver con los rumores, extendidos en la prensa de ambos lados, acerca de que la Casa Rosada podría estar promoviendo el bloqueo aéreo (y, por tanto, económico) sobre las Islas Malvinas. Hoy por hoy, la única forma de viajar desde el continente sudamericano hasta allí es por avión, a través de Chile (Punta Arenas) y tan sólo una vez por semana.

Y ya hemos visto a algunos, en Buenos Aires, quemar banderas frente a la embajada británica. 

Para más inri, el gobierno argentino considera una “bravuconería” el desembarco en la zona del príncipe Guillermo de Inglaterra –que va a continuar, allí, su entrenamiento militar durante 6 semanas- y, además, la próxima llegada del “HMS Dauntless”, el destructor de última generación de la Royal Navy.

'Un conflicto inexistente'

Lo cierto es que, en ambos casos, todo estaba previsto desde hace mucho tiempo, pero la actualidad manda y tanto una cosa como la otra está sirviendo para renovar la fricción diplomática

“Es un conflicto inexistente”, nos ha dicho un bonaerense que visitaba el Monumento a los Caídos en Malvinas que se sitúa en la Plaza de San Martín de Buenos Aires.

Se están intentando tapar los problemas internos

No faltan quienes aluden a las “cortinas de humo”, como que de un lado y de otro, “se están intentando tapar los problemas internos”, en palabras de otro ciudadano.

Sea lo que sea, lo cierto es que, probablemente, nadie deje escapar la ocasión para hinchar el pecho. Y aún quedan nada más y nada menos que dos meses para la conmemoración de la guerra

Los malvinenses -ó los Kelpers, según desde donde se mire-, por su parte y al margen de todo, puede que estén disfrutando con la idea de que el príncipe Guillermo les visita… como cuando un crucero recala, de vez en cuando, en sus costas. Es cuestión de sentirse menos solos… en su lugar en el mundo.