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Spanair, una aerolínea con vocación de líder bajo constantes turbulencias

  • La aerolínea ha recibido 100 millones de euros en ayudas públicas
  • La compañía cuenta con 2.000 trabajadores directos y 1.200 indirectos

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Spanair lleva varios años sobreviviendo gracias al dinero público

La aerolínea Spanair, con unos 2.000 trabajadores, una facturación anual de 600 millones y una cuota de mercado del 22%, arrastra una historia de turbulencias económicas con varios expedientes de regulación de empleo y pérdidas millonarias -115,72 millones en el 2010-.

El Ministerio de Fomento y AENA están diseñando un plan de recolocación de pasajeros de los vuelos de esta compañía en el aeropuerto de Barcelona para activarlo si se confirma una eventual suspensión de actividades de la aerolínea.

La crisis ha golpeado con fuerza a esta compañía, que centra su actividad precisamente en las rutas con menores demandas y que ha tenido que hacer frente a la subida del precio del combustible y a una falta de liquidez casi estructural.

Las dificultades económicas empezaron a hacerse evidentes en 2008, cuando la dirección planteó el cierre de la base de Palma de Mallorca y un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó a 1.100 de los 3.800 trabajadores que tenía en todos sus centros, de los que 600 pertenecían a la base de Palma.

A este expediente siguió otro en marzo de 2011, cuando la compañía planteó reducir en 50 personas su plantilla de personal de tierra del aeropuerto de Barajas (Madrid).

Opera con 200 vuelos diarios

La aerolínea opera en la actualidad más de 200 vuelos diarios: el 87% como línea regular (46 rutas nacionales y 12 a distintas ciudades de Europa y África) y el 13% restante como charter, principalmente en verano.

La flota actual se compone de unas 30 aeronaves, entre ellos 5 airbus A-321 y 19 airbus A-320, en las que la aerolínea transportó en 2011 un total de 11,6 millones de pasajeros hacia aeropuertos españoles, lo que supuso una caída del 12% en relación al año anterior.

La compañía cuenta con unos 2.000 trabajadores directos - 1.200 que integran la tripulación y unos 800 en tierra-, aunque de su actividad depende también la empresa de handling NewCo, que tiene 1.200 empleados y que se encuentra ya en concurso de acreedores.

Desde que pasara a manos catalanas, la compañía que preside Ferran Soriano busca socios industriales y financieros que aporten una cifra que rondaría los 150 millones de euros para poder llevar a cabo vuelos transoceánicos.

El año pasado, Spanair volvió a recibir una inyección de dinero público, ya que Fira de Barcelona, participada por el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y la Cámara de Comercio, concedió dos créditos de 25 millones de euros para garantizar su continuidad.

Spanair, 25 años de historia

Fundada en diciembre de 1986, la aerolínea empezó a realizar operaciones de vuelo charter internacionales a finales de marzo de 1988, cuando transportó a turistas a España desde más de cien aeropuertos europeos.

En febrero de 1994 inició su operación de vuelos regulares nacionales y estableció al mismo tiempo el servicio de asistencia en tierra. Tres años más tarde, en 1997, empezó a operar en los mercados intercontinentales, inaugurando el trayecto Madrid-Washington-Dulles.

Posteriormente se potenciaron las rutas desde Madrid a Sao Paulo, Rio de Janeiro, Buenos Aires y La Habana.

En marzo de 2002, Spanair entró en el Grupo SAS y en 2003 la compañía se convirtió en miembro de pleno derecho de la red Star Alliance, la alianza de compañías aéreas más grande del mundo.

La incorporación del capital público catalán en la compañía tiene lugar el 31 de enero de 2009, cuando Iniciatives Empresarials Aeronàutiques (Ieasa), que aglutina a Generalitat, Ayuntamiento de Barcelona, Fira y otros pequeños empresarios, adquiere el 80,1% de Spanair, mientras que SAS pasa a ser socio industrial con un 19,9%.

En la actualidad, Ieasa cuenta con cerca del 85% de Spanair, mientras que SAS tiene un 11% y los trabajadores un 3,5% de las acciones.