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Miles de israelíes se manifiestan por la defensa de los derechos de las mujeres

  • Rechazan las agresiones de los ultraortodoxos judíos 
  • "Estamos luchando por el carácter de Israel", dice la jefa de la oposición
  • Los extremistas religiosos pretenden excluir a la mujer de los espacios públicos

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Preocupación en Israel por el aumento del fanatismo religioso

Varios miles de personas salieron a la calle este martes en Beit Shemesh, ciudad israelí cercana a Jerusalén, para protestar contra la violencia machista de los ultraortodoxos judíos.

La localidad se ha convertido en los últimos días en centro del tradicional debate entre laicidad y religión en la sociedad israelí. Un judío ultraortodoxo de la secta de los haredim escupió a una niña de ocho años por no atenerse a las reglas de "modestia" en el vestido que esta comunidad religiosa exige incluso en la vía pública.

"Creo que es una locura que estemos luchando por esto. Esto es muy importante, luchamos por algo realmente grave", declaró Kinneret Havern, una de las manifestantes.

"Estamos luchando por el carácter de Israel, no solo en Beit Shemesh, y no solo contra la exclusión de las mujeres, sino contra todos los extremistas que intentan imponer su visión del mundo", explicó la líder opositora Tzipi Livni, presente en la marcha.

En algunos de los carteles se podía leer "Ama a tu vecino como a ti mismo" y "Hemos venido para expulsar la oscuridad".

Alerta de las autoridades

El domingo y el lunes se produjeron en Beit Shemesh enfrentamientos entre extremistas religiosos y la Policía. Las autoridades decidieron retirar los carteles en los que se establecen las normas de conducta y que promueben la segregación.

Aparte de las normas sobre el vestir y la "recomendación" de no pasar por ciertas calles, o de usar una acera y no otra, las mujeres a menudo son agredidas por los ultrarreligiosos en los autobuses cuando se niegan a oucpar los asientos posteriores.

Algunos rabinos de Jerusalén han pedido incluso que las tiendas se abstengan de usar fotografías de mujeres o las empleen como trabajadoras.

Pese a constituir tan solo el 10% de la población de Israel (7,7 millones), los ultraortodoxos gozan de influencia política en un país donde ningún partido ha obtenido nunca mayoría absoluta y se gobierna mediante coalición. Uno de estos partidos, el Shas, forma parte del Ejecutivo de Benjamín Netanyahu.