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Los consejos de las cajas de Catalunya, Manresa y Tarragona autorizan la fusión de sus entidades

  • La operación supondrá la segunda gran integración entre cajas catalanas
  • Tras la fusión, la nueva entidad contará con 81.000 millones de euros en activos
  • Tendrá una nueva marca y su sede será la de Caixa Catalunya, en Barcelona
  • Será la segunda caja de Cataluña, tras La Caixa, y la cuarta de España

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Los consejos de administración de Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona han autorizado, en sus respectivas reuniones extraordinarias celebradas este martes, la fusión de las tres entidades, el primer paso para crear la cuarta caja de España por volumen de activos.

Según un comunicado conjunto, "los consejos de las tres entidades han aprobado iniciar la elaboración de un Plan de Integración que ha de culminar con la creación de una nueva entidad", y añaden que "el primer paso será crear un grupo de trabajo juntos para definir el proyecto de fusión". La caja resultante sumará más de 81.000 millones de activos, convirtiéndose en la segunda caja catalana, tras La Caixa, y la cuarta de España, tras Caja Madrid y Bancaja.

Los consejos se han celebrado de manera escalonada, pero todos por la tarde: el primero ha sido Caixa Manresa, a las 15.00 horas, el siguiente el de Caixa Tarragona, a las 16.00 horas, y el último el de la caja mayor, la que aporta el 78% de los activos, Caixa Catalunya, que ha comenzado a las 17.00 horas. El consejo de la nueva caja tendrá 21 miembros, con un presidente -que temporalmente será el actual de Caixa Catalunya, Narcís Serra-, cuatro vicepresidentes y tres representantes de los trabajadores. La dirección general recaerá en el actual director general de Caixa Catalunya, Adolf Todó.

En el comunicado se señala que "la entidad financiera resultante tendrá una nueva denominación social y una nueva marca, aunque se permitirá, temporalmente, identificar de alguna forma a los territorios de origen".

Representatividad

Las tres cajas han acordado que tras la fusión, que se estima que se podrá cerrar en el primer semestre de 2010, la entidad resultante tendrá una nueva marca y el domicilio social se ubicará en la sede de Caixa Catalunya, en Barcelona, mientras que las sedes de Caixa Manresa y Caixa Tarragona serán sedes territoriales.

Las entidades han asegurado haber buscado garantizar la representatividad de las corporaciones y entidades fundadoras de las tres entidades en los nuevos órganos de gobierno. De acuerdo con lo que establece la ley, el presidente de la nueva entidad se elegirá por dos tercios del Consejo de Administración y la presidencia y las vicepresidencias primera y segunda las ocuparán representantes de las corporaciones fundadoras o entidades vinculadas a cada una de las tres cajas.

Caixa Tarragona y Caixa Manresa tendrán una representación proporcionalmente superior a los activos de las cajas; esta representación equivale a un 60% de Caixa Catalunya, un 20% de Caixa Tarragona y un 20% de Caixa Manresa, porcentajes que difieren ligeramente según los órganos de gobierno.

Los consejos de administración justifican su decisión "desde la convicción de que la competitividad de las cajas de ahorros pasa por una integración de estas instituciones en base a una lógica económica que dé plena garantía de futuro a estas entidades en el marco de un mercado más global y exigente".

Excedentes de personal

La caja resultante de esta unión podría recibir más de 1.500 millones de euros del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), una cifra que las entidades que ahora iniciarán su fusión no han confirmado.

El siguiente paso es que las respectivas asambleas de las cajas implicadas aprueben la fusión y para eso hay que tener listo el plan de integración para determinar los excedentes de personal, oficinas y otros ajustes fruto de la unión. Las tres cajas suman una plantilla de más de 10.000 personas y una red de oficinas, con evidentes excedentes en el áreas metropolitana de Barcelona, de más de 1.400 sucursales; en el comunicado, sin embargo, no se cuantifica el excedente de personal.

La operación supone la segunda gran integración entre cajas catalanas, después de la llevada a cabo por Caixa Terrassa, Caixa Sabadell, Caixa Manlleu y Caixa Girona, de forma que la región pasa de tener diez a sólo cinco entidades de este tipo.