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Las Cámaras escucharán a Bárcenas y Merino antes de votar sus suplicatorios

  • Se deniega si las Cámaras no se pronuncian en un plazo de 60 días
  • La votación en ambas Cámaras será electrónica y sin panel
  • La Comisión del Estatuto del Diputado será la encargada de escuchar a Merino
  • La Comisión de Suplicatorios del Senado escuchará a Bárcenas

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El senador Luis Bárcenas y el diputado Jesús Merino serán escuchados en audiencia antes de que los plenos del Senado y del Congreso voten sus suplicatorios, según se establece en los reglamentos de ambas Cámaras.

El proceso desde que se presenta un suplicatorio es similar en el Congreso y el Senado y, en ambos casos, se entiende que es denegado si la Cámara correspondiente no se hubiera pronunciado en el plazo de 60 días naturales, computados dentro del período ordinario de sesiones desde el día siguiente de recibir el escrito judicial.

La única peculiaridad que diferenciaba a ambas Cámaras ya no existe: era el sistema de votación del Senado, en el que cada senador tenía que decantarse entre una bola negra -para pronunciarse a favor- y una blanca -en contra- escogidas de una bolsa opaca habilitada al efecto.

Este método provocó numerosos problemas, pues en ocasiones se contabilizaron más bolas que senadores presentes, lo que obligaba a anular la votación. Por eso se sustituyó, en octubre de 2007, por la votación electrónica sin panel, procedimiento que también se utiliza en la Cámara Baja.

La Constitución establece que los diputados y senadores gozan de inviolabilidad en las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus funciones, y de inmunidad por la que no pueden ser inculpados ni procesados sin la previa autorización de la Cámara respectiva. Sólo pueden ser juzgados por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo que debe solicitar un suplicatorio a tal fin.

La Comisión del Estatuto del Diputado escuchará a Merino

En el Congreso, la Comisión del Estatuto del Diputado es la responsable de escuchar en audiencia al interesado y analizar la documentación que precise, para lo que dispone de un plazo de 30 días, mientras que en el Senado, esta tarea le corresponde a la Comisión de Suplicatorios.

Una vez recibido el escrito del Tribunal Supremo, el presidente del Congreso, previo acuerdo de la Mesa de la Cámara, dispone de cinco días para enviar la petición a la Comisión.

La Comisión del Estatuto del Diputado cuenta a su vez con un plazo máximo de 30 días para estudiar la petición y escuchar al interesado, que puede contestar oralmente o por escrito.

Una vez concluido el trabajo de la Comisión, el suplicatorio se se somete al primer pleno ordinario de la Cámara y, después de su votación, el presidente del Congreso tiene ocho días para comunicar el acuerdo de la Cámara al Tribunal Supremo.

El proceso es casi idéntico en el Senado, donde la Comisión de Suplicatorios dispone igualmente de 30 días para emitir un dictamen que pasará también al primer pleno ordinario.

Tanto en el Congreso como en el Senado, la votación tiene lugar a puerta cerrada y con carácter secreto, y puede venir precedida de debate. Asimismo, los presidentes de ambas Cámaras disponen de ocho días para trasladar el acuerdo del pleno respectivo al Tribunal Supremo.

Los suplicatorios de Bárcenas y Merino no se tramitarán hasta septiembre debido a las vacaciones parlamentarias.