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La crisis empuja a las cajas de ahorro a la reconversión

  • Su exposición al sector inmobiliario les ha debilitado en mayor medida que los bancos
  • Un informe de Credit Suisse estima que necesitarán 60.000 millones en dos años
  • Se esperan varias fusiones y una considerable reducción de su red de oficinas
  • La presencia pública en sus consejos directivos marcará la reestructuración

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La crisis financiera está llevando a las cajas hacia las fusiones para lograr capitalizarse.
La crisis financiera está llevando a las cajas hacia las fusiones para lograr capitalizarse.

Tres décadas después de la última gran reestructuración bancaria en España, la crisis económica e inmobiliaria ha empujado al sector financiero español a una nueva reconversión que por el momento parece centrarse en las cajas de ahorro, con varias de ellas inmersas ya en procesos de fusión que van a reducir considerablemente el número de entidades.

Según diversos expertos, las 46 cajas de ahorro existentes en la actualidad podrían quedar en aproximadamente la mitad después de la reestructuración, que se ha acelerado tras la aprobación del Fondo de Reestructuración de Ordenación Bancaria (FROB). Por el camino se cerrarían, según esas estimaciones, entre 12.000 y 13.000 oficinas de las casi 25.000 que actualmente poseen las cajas.

Lo cierto es que las cajas están sufriendo en mayor medida que los bancos la crisis económica, especialmente por su exposición al sector inmobiliario. Fuentes del sector señalan como "lógica" esa exposición, puesto que las cajas tienen una mayor cuota de mercado, en torno al 55% de los créditos inmobiliarios.

Ese era el talón de Aquiles de Caja Castilla-La Mancha, la única entidad financiera intervenida hasta el momento en España: los préstamos arriesgados concedidos a diversos promotores o a CR Aeropuertos, la empresa que impulsa el Aeropuerto de Ciudad Real.

Necesidad de capital

Así, un informe elaborado por Credit Suisse en marzo cifraba en 60.000 millones de euros las necesidades de capital de las cajas entre 2009 y 2010, un montante que las mismas fuentes consideran excesivo: "El coeficiente de solvencia [la relación entre los recursos propios y los riesgos asumidos] es de 12/1, cuatro puntos por encima del mínimo al que obliga la ley; las cajas, como sector, está bien en cuenta a solvencia".

En cualquier caso, las cajas tienen unas dificultades de capitalización que no afectan a los bancos, puesto que, al no tener accionistas ni propietarios, no pueden acudir a ampliaciones de capital, sino que deben respaldar sus provisiones con cargo a la cuenta de resultados.

Dado el volumen de provisiones de los últimos meses, no es extraño que el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, Juan Ramón Quintás, haya advertido de que el colchón logrado con la bonanza económica ha adelgazado y de que habrá entidades que tengan pérdidas en 2010 y 2011.

Con todo, no todo son malas noticias: la morosidad, esto es, el porcentaje de créditos dudosos respecto al total prestado, parece haber frenado su caída en los últimos meses y el dato provisional de junio se sitúa en el 4,85%. La CECA, en cualquier caso, mantiene su previsión de que a final de año será del 7%.

Fusiones

En este contexto, las fusiones se presentan como una solución para ganar músculo financiero y resistir mejor a la crisis, por lo que ya se han producido los primeros movimientos: Unicaja, Caja de Jaén y Cajasur formarán la sexta entidad financiera española por activos y la quinta por depósitos, mientras que las cajas de Sabadell, Terrassa y Manlleu también se integrarán, recurriendo en este caso a unos 350 millones de euros procedentes del FROB.

Muy avanzada está también la integración de Caja Duero y Caja España, que se espera se concrete en septiembre. En la operación podrían incorporarse otras entidades, como Caja Burgos e incluso Caja Astur, extendiendo la fusión más allá del ámbito castellano-leonés.

Caja Segovia y Caja Ávila, por su parte, se han dado un plazo de unos tres meses para estudiar su fusión, mientras que en Extremadura se comenta la posibilidad de que Caja Badajoz y Caja Extremadura se integren en una única caja regional.

Control político

Más lejana parece la fusión de las cajas vascas (BBK, Kutxa y Caja Vital), una opción que se barajó hace dos años pero que ahora se aprecia incierta, en plena crisis económica y dado el cambio registrado en el Gobierno vasco -socialistas y populares se opusieron a la integración en el primer intento-.

Es un ejemplo de que la reconversión dependerá en gran medida, no sólo de factores económicos y empresariales, sino de factores políticos, uno de los aspectos más controvertidos de las cajas españolas.

De hecho, la CECA reclama desde hace meses una reducción de la presencia pública (administraciones locales y autonómicas) en los consejos de dirección, que, de media, ahora se sitúa en el 33% de los consejeros, mientras que para la organización, el ideal sería un 25%.

Esa menor dependencia permitiría acometer fusiones interregionales, las más eficaces desde un punto de vista económico, puesto que unas entidades complementarían las debilidades de otras. Sin embargo, son las más difíciles desde el punto de vista político: la última palabra corresponde a las comunidades autónomas y ninguna parece dispuesta a renunciar a su cuota de poder en las entidades financieras.