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España pasará de registrar un superávit del 2,2% del PIB a un déficit del 8,7% en 2010, según el BE

  • Las medidas de apoyo fiscal, según el Banco de España, provocarán un tercio del déficit
  • En España, la deuda pública se aproximará al 60% del PIB en 2010
  • Advierte que la deuda pública ha entrado en una dinámica "desfavorable y difícil de revertir"
  • Apunta que las mejoría de las posiciones fiscales de las últimas décadas se "han disipado"
  • Dice que los márgenes fiscales son "muy estrechos" y pide disciplina fiscal a medio plazo
  • Observa signos de mejora en la demanda y en el mercado laboral en próximos meses

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En Banco de España prevé que seguirá la caida del crecimiento económico

El saldo financiero en España pasará de registrar un superávit del 2,2% del PIB a un déficit del 8,7% en 2010. 

Este dato supone que, junto con Rusia, es el país que registrará un mayor incremento del déficit entre 2007 y 2010, superior a 10 puntos del PIB, según datos del Banco de España (BDE). 

En su último boletín económico, la autoridad monetaria lleva a cabo un análisis sobre el impacto en el déficit y en la deuda pública de las medidas fiscales y financieras adoptadas por los países del G20 (incluido España) y las cuatro principales economías emergentes (Brasil, Rusia, India y China). 

Apoyo financiero

Entre estas medidas,  las de apoyo financiero (un tercio del PIB del G20 más España), se desglosan en las garantías sobre activos y pasivos bancarios (un 46% del total, un 15% del PIB del G20), el respaldo financiero de los bancos centrales (dos quintos del total, el 13% del PIB), las compras de activos (un 7,4% del total, 2l 2,5% del PIB) y las inyecciones de capital (un 6,9% del total, el 2,3% del PIB). 

En el caso de España, estas medidas han alcanzado el 13% del PIB, hasta un total de 150.000 millones de euros, aunque hasta mediados de mayo, el porcentaje utilizado sobre el total comprometido alcanzaba el 40%. De este presupuesto total, únicamente un tercio del mismo implica, según los cálculos del Banco de España, un desembolso efectivo de dinero (el 4% del PIB), ya que el resto son garantías. 

Estímulo económico 

Junto con las medidas de apoyo financiero, los gobiernos de las principales economías del mundo han llevado a cabo también paquetes de estímulo económico. En el G20, estas medidas suponen el 1,4% del PIB de promedio anual entre 2008 y 2010, que se reduce el 1,25% anual en el caso de España, cifra que, en cambio, está por encima de la media de la zona euro (1%). 

A la vista de estas cantidades, el Banco de España destaca que las medidas adoptadas por los gobiernos llevarán a un incremento del déficit en el G20 de 7,6 puntos porcentuales del PIB en 2009, pasando del 1% al 8%, y reduciéndose hasta el 6,9% en 2010. 

En las economías avanzadas, este aumento será aún mayor, al pasar del 2% al 10% en 2009.

Impacto de las medidas sobre el deficit

Del aumento del déficit previsto, el Banco de España estima que las medidas de apoyo financiero (el 1,7% del PIB) suponen el 20% del total, mientras que los paquetes de estímulo fiscal (el 1,5% del PIB) contribuirán en un 18% al incremento del déficit. De esta forma, las medidas de apoyo financiero y de estímulo fiscal aportarán más de un tercio al déficit público. 

Al igual que el déficit, la deuda pública también sufrirá la crisis económica y las medidas discrecionales adoptadas. En España, se aproximará al 60% del PIB en 2010, tras haberse situado por debajo del 40% en 2007. En este sentido, apunta que las mejoría de las posiciones fiscales logradas en las últimas décadas, a base de perseverancia y de disciplina fiscal, ha permitido un margen más elevado de actuación en este coyuntura de crisis, pero advierte de que estos progresos se "han disipado en solo unos meses".

Deterioro persistente y díficil de revertir

El Banco de España indica que los déficits se han elevado "rápidamente" y que se prevé que la deuda pública alcance ratios sobre el PIB desconocidos en las últimas décadas. Además, indica que este deterioro será "persistente", pues la deuda ha entrado en una dinámica "desfavorable y difícil de revertir". 

Este deterioro de las finanzas públicas puede tener también un efecto negativo sobre los agentes económicos, que pueden anticipar la necesidad de mayores impuestos en el futuro para reconducir la situación fiscal, lo que reduciría la propensión marginal a consumir. 

Por todo ello, el Banco de España alerta de que los márgenes de actuación fiscal son "muy estrechos" y de que, en caso de que fueran necesarios estímulos adicionales, éstos deberían ser diseñados con "sumo cuidado" para optimizar su eficiencia y duración.

Además, apuesta por contrarrestar el deterioro de las finanzas públicas con un compromiso "creíble" con la disciplina fiscal a medio plazo. 

Signos de mejora en la demanda y en el mercado laboral

Por otra parte, en el informe el Banco de España también observa algunos signos de mejora tanto en las perspectivas de comportamiento de la demanda como del mercado laboral en los próximos meses, que pueden llevar a una reducción en el ritmo de contracción de la economía.

Señala que "la escasa información disponible para el segundo trimestre del año apunta a una continuación de la contracción de la demanda, aunque a un ritmo menos intenso" y que "los indicadores más recientes del mercado de trabajo apuntan a una moderación en el ritmo de deterioro del mercado laboral en el segundo trimestre".

Entre los indicadores referidos al consumo privado, recuerda que los datos de abril sobre la confianza de los consumidores de la Comisión Europea arrojaron, por segundo mes consecutivo, un avance de la confianza de los hogares que, no obstante, se encontraba aún en un nivel muy cercano a su mínimo histórico y que a esta subida de la confianza contribuyó una mejora de la percepción de los hogares de su situación financiera y capacidad de ahorro y de las perspectivas económicas generales para los próximos meses, así como un menor desánimo sobre la evolución del desempleo.

Asimismo, destaca que en mayo la confianza de los comerciantes minoristas registró una recuperación sustancial, lo que se debió, principalmente, a la mejora de la valoración sobre de la actividad comercial esperada.