Enlaces accesibilidad

Solbes considera "determinante la reunión del G20" para reestablecer la confianza

  • La cumbre del G20 podría sentar las bases de la recuperación económica
  • El ministro de Economía aboga por coordinar las medidas nacionales
  • Solbes afirma que España tiene margen por el bajo endeudamiento

Por

El vicepresidente económico, Pedro Solbes, considera que la próxima reunión del G20 en Londres a principios de abril será "determinante" para restablecer la confianza y sentar las bases de la recuperación ante la crisis económica y financiera mundial.

   

"Es esencial que sirva para reforzar la coherencia de las medidas económicas nacionales y, sobre todo, para descartar definitivamente cualquier tentación de aplicar políticas miopes que impongan nuevos obstáculos a la integración económica internacional bajo la falsa promesa de proteger los intereses de los ciudadanos nacionales", afirma Solbes en un artículo que publica el rotativo Frankfurter Allgemeinen Zeitung.

Con respecto a su continuidad en el Ejecutivo de Zapatero, Solbes ha reiterado esta mañana en el Congreso que no piensa dejar de ser vicepresidente económico.

Tras subrayar que "las respuestas económicas guiadas exclusivamente por criterios nacionales están condenadas al fracaso", comenta que "la evolución reciente de los mercados financieros no parece responder solamente a un deterioro efectivo de los fundamentos económicos, sino que supone también cierta sobrerreacción más guiada por el pánico que por el análisis económico".

   

Añade que "la disciplina de los mercados es bienvenida pero, para que cumplan esta función con eficacia, la cotización de la deuda debe reflejar efectivamente el riesgo de cada emisor y para esto, habrá que esperar hasta que se reduzca la volatilidad y se sosieguen los ánimos de los inversores. En cualquier caso, el riesgo de impago de algún país de la zona euro es verdaderamente mínimo".

Bajo el paraguas del euro

   

Igualmente comenta que "otro de los viejos temores que ha renacido recientemente alimentado por los euroescépticos es la posibilidad de que algún miembro decida o se vea forzado a abandonar el euro. Sin embargo, este temor es infundado".

   

"El paraguas del euro nos protege a todos de unas tensiones financieras que, con una moneda propia, serían indudablemente mucho más fuertes. Si no existían incentivos para abandonar el euro en épocas de estabilidad, mucho menos los hay ahora: la protección que ofrece la unión monetaria ha aumentado notablemente su atractivo para los países del entorno que aún no la han adoptado", afirma.

   

Solbes señala que "también ha quedado en evidencia la necesidad de fortalecer el marco supervisor comunitario mediante una mayor cooperación y convergencia de los supervisores nacionales. En paralelo a estas reformas financieras, es urgente continuar trabajando para normalizar el flujo del crédito al sector privado".

   

"En este sentido, es importante evitar que la necesaria intervención pública en el ámbito financiero termine generando graves distorsiones en el sector. Resultaría paradójico que las entidades financieras que, gracias a su buena gestión, no necesiten apoyo público terminen encontrándose en una posición de desventaja", agrega.

   

Asimismo señala que "es fundamental evitar medidas que, con el pretexto de rescatar a un sector económico determinado, supongan en realidad un perjuicio para los consumidores nacionales y generen una competencia desleal para las empresas de los demás países".

Margen de maniobra

   

A la hora de explicar la situación en España, Solbes recuerda que "el sector público español afronta la crisis con una posición fiscal de partida cómoda -con una deuda pública inferior al 40% del PIB, unos 30 puntos inferior al promedio de la zona del euro- lo que nos ha dado margen de maniobra".

   

Y explica que "en 2010, una vez que la crisis haya tocado fondo, comenzaremos un proceso de ajuste presupuestario mejorando de forma significativa el saldo estructural y nuestro endeudamiento público se mantendrá por debajo del límite del 60% del PIB".

   

Finalmente afirma que "el tiempo demostrará que la integración europea y el euro, como uno de sus elementos más destacados, constituyen un soporte fundamental para superar las etapas de dificultad económica y salir de ellas reforzados".