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La Casa Blanca y los demócratas acuerdan el plan de rescate para la automoción

  • Crean la figura de un supervisor que vigilará el cumplimiento de los planes de viabilidad
  • Estará dotado de 15.000 millones de dólares frente a los 34.000 que pedía el sector
  • Supone un balón de oxígeno para que estas empresas no entren en bancarrota
  • En marzo tendrán que acordar un plan de mayor calado con la Administración Obama
  • Los republicanos se oponen al plan y podrían rechazarlo en el Senado

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La Casa Blanca y los demócratas del Congreso han alcanzado un principio de acuerdo sobre el paquete de rescate de 15.000 millones de dólares para la industria del motor, que podría incluso votarse este miércoles, según fuentes legislativas.

El acuerdo, que todavía levanta reticencias entre algunos republicanos, contempla la creación de la figura de un supervisor o "zar", nombrado por la Casa Blanca, que vigilara el cumplimiento de los planes de viabilidad e incluso podrá forzar a las empresas del motor a ir a la bancarrota si no cumplen con su reestructuración.

Primer plan

La ayuda del congreso dará a General Motors y Chrysler un respiro financiero para seguir con sus operaciones, lo que les evitará tener que ir a la bancarrota este mismo mes o a principios del año próximo.

Ford se encuentra en una situación algo más desahogada y podría no necesitar participar del rescate del Gobierno, al menos en esta primera fase, según fuentes del sector.

Con esta ayuda, las automovilísticas podrán seguir operando hasta marzo, fecha en la que tendrán que pactar con el nuevo Congreso y el Gobierno de Barack Obama unos nuevos planes de viabilidad a largo plazo.

También dará a las empresas tiempo para poder renegociar las prestaciones sociales y laborales con sus sindicatos, así como sus obligaciones con sus propios acreedores.

En una rueda de prensa, el subjefe de Gabinete de la Casa Blanca, Joel Kaplan, ha asegurado que aunque las empresas del motor reciban ayudas, ello "no es licencia para que continúen con una mala gestión (empresarial) y malos planes de negocios".

Rechazo republicano

El plan de rescate podría votarse este miércoles en la Cámara de Representantes, pero es poco probable que esto ocurra en el senado, donde se necesita al menos el apoyo de diez senadores republicanos para que la medida llegue a buen puerto.

Existe la amenaza de que los republicanos puedan torpedear la votación en el Senado, donde los demócratas no tienen los 60 votos mínimos necesarios para superar las tácticas dilatorias de la minoría.

Así lo ha anunciado el senador David Vitter, que ha prometido someter la medida al 'filibusterismo' parlamentario, de forma que retrasaría la votación final durante días, pese a que la intención de demócratas y Casa Blanca es que sea firmada a finales de esta semana.

Por su parte, el lider de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell ha asegurado que los republicanos "no permitirán que los contribuyentes subvencionen el fracaso". Urgencia

Sobre ese posible escenario, Kaplan insistió en que el proyecto de ley tiene suficientes salvaguardas y que la propia Casa Blanca ha insistido desde el principio de las negociaciones sobre la urgencia de la "viabilidad" del sector.

Una vez aprobado por el Senado, el proyecto de ley sería enviado al despacho presidencial, con el objetivo de que las empresas reciban el salvavidas la próxima semana y puedan mantenerse a flote al menos hasta marzo de 2009.

Para el 31 de marzo, las tres empresas deben detallar un plan de viabilidad a largo plazo, y el acuerdo prevé que se suspenda la ayuda a las compañías que no cumplan con los requisitos trazados.

"El arduo trabajo bipartidista ha surtido efecto", ha asegurado el senador demócrata Carl Levin, cuyo estado de Michigan es sede central de las tres grandes empresas automotrices.

Aunque el paquete de rescate no se acerca a los 34.000 millones de dólares que pidieron la semana pasada las tres empresas, sí es suficiente para que éstas eviten el despido de millones de trabajadores.

Además, entre otros elementos, los demócratas accedieron finalmente a que el dinero salga de un fondo a cargo del Departamento de Energía para la fabricación de autos más eficientes y ecológicos.