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Un plan para restablecer la confianza

  • La cumbre se compromete a reformar el sistema financiero
  • Las medidas deben estar delineadas antes del 31 de marzo
  • Los líderes adoptarán planes fiscales para salir de la recesión
  • Se dará un nuevo impulso al comercio mundial
  • Se aumentará el peso de los países emergentes en los organismos internacionales
  • Los líderes se volverán a reunir antes del 30 de abril
  • Bush califica la cumbre de muy productiva

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Bush afirma que se han logrado avances

La cumbre de Washington se salda con una hoja de ruta y una lista de objetivos. Los países asistentes quieren restablecer la confianza en el sistema financiero y reactivar el crecimiento mundial. Para ello, se han comprometido a llevar a cabo una reforma que descanse sobre los principios de mayor transparencia, regulación e integración del sistema. 

En la declaración final adoptada tras la cumbre, los líderes del G20 se comprometen a trabajar juntos y delinear las reformas que necesita el sistema financiero antes del 31 de marzo. Asimismo, han acordado volver a reunirse antes del próximo 30 de abril para verificar la puesta en marcha de las medidas consensuadas. En esa nueva cumbre ya estará el presidente electo, Barack Obama. No se especifica el lugar pero es probable que se celebre en Londres, tal como ha propuesto el presidente francés, Nicolás Sarkozy.

  

Colegio de supervisores para evitar nuevas crisis

Se ha impuesto la idea del premier británico, Gordon Brown. Se creará un colegio de supervisores para los gigantes financieros, que operan más allá de las fronteras y escapan al control de los supervisores nacionales. Son las too big to fail, demasiado grandes para caer. Cuando lo hacen, arrastran al resto como fichas de dominó. Lehman Brothers es un buen ejemplo.

Los gobiernos anglosajones han tumbado la propuesta de Francia de dar todo el poder a una agencia supervisora única. La cumbre ha rechazado una regulación excesiva que ponga en riesgo el crecimiento y restrinja los flujos financieros. La regulación, señalan, "es responsabilidad última de cada país, pues constituye la primera línea de defensa contra la inestabilidad de los mercados". A cambio, han suscrito el principio defendido por la Unión Europea, de que ningún mercado, producto o entidad financiera escape a la regulación, o al menos a la vigilancia.

El leit motiv es reforzar la transparencia y la responsabilidad. Antes del 31 de marzo deben reformarse las normas de contabilidad. En particular, la valoración de los activos financieros complejos. También se mejorará la información sobre estos instrumentos. A medio plazo, se creará una normativa contable única para todo el mundo que garantice más transparencia sobre los riesgos.

Los reguladores deberán presentar sus recomendaciones para amortiguar la tendencia de los mercados financieros a exagerar los movimientos al alza o a la baja. También se asegurará que las agencias de calificación de riesgo respondan a reglas más exigentes, que las instituciones financieras dispongan de capital adecuado y que se reduzcan los riesgos en los mercados de derivados.

Por último, se quiere garantizar la integridad de los mercados financieros. Se mejorará la cooperación entre los distintos sistemas nacionales y el intercambio de información. A medio plazo, se adoptarán medidas para proteger al sistema financiero de las actividades en los paraísos fiscales.

Estímulo fiscal para capear la recesión

El plan de acción pactado incluye medidas de estímulo fiscal para hacer frente a la recesión. Pero son medidas nacionales. La mayoría de los países ya ha puesto en marcha paquetes de rescate del sistema financiero. Ahora acometerán nuevos planes para estimular el resto de la economía y paliar los efectos de la sequía de crédito. Japón, China y en menor medida Alemania, ya lo han hecho. Estados Unidos se sumará tan pronto 

Con Estados Unidos y la eurozona en recesión, no basta reactivar el flujo financiero. Buena parte del daño ya está hecho en la economía real. El sector del automóvil o el inmobiliario son buenos ejemplos. 

Es difícil que se acuerde una coordinación mundial de estos planes de estímulo (fundamentalmente, incentivos fiscales para aumentar la demanda), pero el FMI ha anunciado que lo intentará. Su director gerente, Dominique Strauss-Khan, ha evaluado en al menos 1 billón de euros el estímulo mundial necesario para superar la crisis.

al tiempo que ha estimado necesario dedicar al menos 1 billón de euros en todo el mundo, para relanzar la demanda interna.

 Impulsar el comercio mundial para evitar el proteccionismo

El comunicado final de la cumbre del G-20 incluye  un calendario para la ronda de Doha que está estancada en la Organización Mundial de Comercio. Se comprometen a un principio de acuerdo antes de que termine el año. El objetivo, que comparte plenamente Estados Unidos, es evitar el proteccionismo. Las barreras al libre comercio y la inversión fueron una de las minas que estallaron en la Gran Depresión de los años 30 y contribuyeron a desencadenar la segunda Guerra Mundial.

Era una de las apuestas de Brasil y es un buen ejemplo de una de las novedades de esta cumbre. Si bien China y otros países emergentes han mantenido un perfil bajo en la cita, su presencia supone un hito histórico. Es el reconocimiento de que las naciones más industrializadas ya no pueden dictar solas las reglas financieras globales. 

Más aún, el enorme superávit chino comprará buena parte de la deuda que emitan las naciones desarrolladas para financiar sus planes de estímulo económico. También es su mejor carta de presentación para que los emergentes ganen peso en el Fondo Monetario Internacional.

Es el broche de la cumbre. Los participantes se han comprometido a reformar los organismos internacionales como el Fondo Monetario, el Banco Mundial y el Foro de Estabilidad Financiera para aumentar la representación y participación de las economías emergentes.

Una cumbre "muy productiva" para Bush

El presidente de EEUU, George W. Bush, ha asegurado que se han logrado avances sustanciales en la cumbre del G20 para solucionar la crisis financiera, pero superarla, ha matizado, requerirá más tiempo. El objetivo es adaptar el sistema financiero al siglo XXI y evitar el estallido de nuevas crisis. Se trata de un primer paso, al que seguirán nuevos esfuerzos en próximos encuentros.

En una intervención posterior a la reunión de trabajo mantenida  por los líderes de las principales economías del planeta, Bush ha vuelto a hacer hincapié en que el crecimiento económico es el mejor camino  para solucionar los problemas y ha afirmado que "el camino más seguro es a través del capitalismo de libre mercado".