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Entre Oviedo y Mirandés solo puede subir uno a Primera: sea quien sea, pasará a la historia

  • Con casi 30.000 aficionados llenando el Carlos Tartiere el Real Oviedo buscará volver a Primera 24 años después
  • Para Miranda de Ebro y sus 36.000 habitantes sería su debut en la máxima categoría del fútbol español
Real Oviedo y CD Mirandés buscan el ascenso a Primera División en el Carlos Tartiere
Imagen de las aficiones de Real Oviedo y CD Mirandés RTVE.es / Agencias
SANTI S. SEGURA

Si uno escucha o lee estos días a aficionados y futbolistas del CD Mirandés se encontrará con el relato de que lo suyo en este playoff de ascenso a Primera División es la lucha de David contra Goliath. A dos semanas de empezar esta liga solo tenía diez jugadores en plantilla pero, gracias a los aciertos en su planificación deportiva, una pequeña ciudad sin apenas experiencia en la élite de nuestro fútbol ha conseguido reunir un equipo tan joven y atrevido como competitivo, que ha demostrado tener armas para hacer frente y derrotar a históricos como Racing de Santander, en la ronda anterior, o al Real Oviedo en el partido de ida de esta eliminatoria.

Si viajamos hasta la capital del Principado de Asturias nos encontraremos con un Goliath bastante peculiar. El Oviedo se asemeja más bien a un viejo vaquero, quizá algo achacoso y descreído, de algún western crepuscular. Como cuando el protagonista de la película está a punto de morir con un villano apuntándole a la cara con un revólver, la desaparición del club ha parecido esperarle en cuestión de días al menos en dos ocasiones: 2003, cuando sufrió un descenso administrativo a Tercera División, y 2012, cuando fue salvado por las aportaciones de sus accionistas. Sin embargo, tras más de dos décadas de peripecias y decepciones, ahora sigue más que nunca fiel a uno de sus ya clásicos lemas, formulado por algunos de sus aficionados con una frase en asturiano perfectamente entendible para todo castellanoparlante: "Esti muertu ta mui vivu".

Al frente del equipo desde marzo, Veljko Paunovic, parte de la plantilla que descendió a Segunda en 2001 e invicto como entrenador hasta la derrota por 1-0 en Anduva. Ahora su plan pasa por tener 90 minutos para remontar. Si la eliminatoria llega igualada a ese momento se irá a la prórroga, pero una vez ésta finalizase a los carbayones les valdría el empate global para ascender, al haber acabado mejor clasificados en la liga, terceros con los mismo puntos que el Mirandés pero con mejor golaveraje particular. Ese último dato da idea de una igualdad entre ambos que se volvió a palpar el pasado domingo en un partido resuelto por la mínima y con un penalti fallado por los entonces visitantes en los minutos finales.

391 mirandeses frente a Cazorla y otros 30.000 oviedistas

Se espera que se supere el récord de asistencia en la historia del estadio Carlos Tartiere, la cifra de 29.418 espectadores registrada en el Oviedo-Cádiz de hace solo unas semanas. Desde Miranda viajarán 391 aficionados con entrada y algunos más que no pudieron conseguirla al agotarse enseguida ese cupo facilitado por sus anfitriones. A sus alrededor, casi 30.000 oviedistas y uno de ellos vestido de futbolista con el dorsal 8 a la espalda: Santi Cazorla vuelve a ser convocado tras las molestias en la rodilla que le dejaron fuera del partido de ida, solo cuatro días después de su decisivo gol para eliminar al Almería

"Una final de Champions"

Oviedista de cuna y canterano hasta dejar el club tras la catástrofe económica de 2003, el dos veces campeón de Europa con la selección española y otras tantas ganador de la FA Cup con el Arsenal ha descrito la cita de este sábado como el partido más importante de su carrera.

Habrá que ver cómo gestionan él y sus compañeros esa presión. Su entrenador ha intentado utilizarla como motivación con una metáfora futbolera para definir lo que les espera: "Es como una final de Champions. Es el día clave, uno de los más importantes en la historia del club, uno de esos partidos con los que todo futbolista sueña y que puede jugar pocas veces en su vida", dijo Paunovic en la rueda de prensa de este viernes.

En el otro banquillo se sentará quizá el entrenador del año en la Liga Hypermotion por su capacidad para exprimir a un equipo a priori destinado a objetivos más modestos: Alessio Lisci, al que algunos sitúan en Osasuna la próxima temporada, especialmente si el Mirandés finalmente no logra el ascenso.

En sus declaraciones previas al partido el italiano ha optado por animar a sus futbolistas a disfrutar "porque puede ser la última vez que jueguen una final así, sería una lástima que no la disfrutasen" y además descartó especular con la ventaja de la ida: “Salir a empatar es un suicidio, hay que salir a ganar pero con criterio", concluyó Lisci.