'Mayhem' en Génova: la Sampdoria en puestos de descenso a tercera
- El equipo genovés ya bajó a segunda división en el año 2023
- Aún así, los aficionados llenan el Luigi Ferraris todos los partidos para animar a su equipo
El 12 de agosto de 1946, en la ciudad de Génova, dos equipos, el Sampierdarense y el Andrea Doria, se unen para dar vida a un club que, años después, se convertiría en uno de los más importantes de Italia. La unión entre los colores y nombres de ambos clubes; el azul de 'la Doria' y el blanco, el rojo y el negro de 'la Samp', y entre la cruz de San Jorge, bandera de la República con el mismo nombre y posteriormente la de la ciudad, y la silueta de 'Baciccia', el marinero del escudo, nace la Sampdoria.
Ahora, casi 80 años después, el equipo genovés está a punto de descender a la tercera categoría del fútbol italiano. 'Samp mai così vicina al baratro serie C'. La Samp nunca ha estado tan cerca del descenso a Serie C, titulaba la Gazzetta dello Sport el fin de semana pasado tras la derrota por tres goles a cero en casa ante el Frosinone.
La afición, contra la gestión
Si algo tiene este equipo, es a sus 'tifosi'. Día tras día llenan el estadio y, cargados con bengalas y banderas, tratan de empujar a su equipo hacia la victoria, pero hay algo contra lo que no pueden luchar. En el año 2013, tras el fallecimiento del dueño del club Ricardo Garrone, Massimo Ferrero le compró el club al hijo de este por apenas un euro. Una inversión que podría parecer positiva, pero con ello adquirió una deuda de más de quince millones que tenía el club.
Tras una buena primera temporada bajo los mandos de Ferrero, el club comenzó a caer cuando en 2017 se le impuso una sanción que le impedía ser presidente, aunque continuó siendo propietario. Pasado el año y diez meses de condena, volvió a la presidencia, que tuvo que volver a dejar en 2021 tras un escándalo que lo relacionaba con malversación de dinero.
Toda esta situación llevó a una situación financiera que a punto hizo desaparecer a uno de los equipos históricos del fútbol italiano, aunque no fue así. No quebrar no libró a la afición de sufrir, ya que los problemas económicos, como se ha visto en tantos otros clubes, se tradujeron en problemas deportivos. Descenso en 2023 y, tras no ascender a Serie A la temporada pasada, ahora se encuentran al borde del abismo. A pocos partidos para el final de temporada, la directiva piensa en Pirlo como entrenador, que ya estuvo a principio de año pero fue destituido en agosto, apenas comenzaba la liga.
Un precedente que desembocó en éxito
En el año 1977, los 'Blucerchiati' descendieron a la segunda división; eran años en los que la política del club era la de vender a sus mejores jugadores, sin inversión alguna. Entonces llegó Paolo Mantovani. Un hombre, romano de origen, pero genovés de corazón. Al ser preguntado por su cariño por el equipo, respondió que "Nessuno mi ha fatto la stessa domanda quando ho sposato mia moglie", nadie me hizo la misma pregunta cuando me casé con mi mujer.
Una frase que demostraba su amor por el club, al que llevó a lo más alto. Uno de los jugadores de aquella época gloriosa, Roberto Mancini, le definió: "Mantovani era di un’altra galassia. Un genio. Capiva le cose dieci anni prima degli altri. Un presidente perfetto", Mantovani era de otra galaxia. Un genio. Entendió las cosas diez años antes que el resto. Un presidente perfecto.
Vialli dispara ante Zubizarreta en la final de la Recopa de Europa en 1989 EFE
Aquel equipo, compuesto por jugadores míticos como el propio Mancini, Pietro Vierchwood o Gianluca Vialli, y que era comandado por el ex entrenador del Real Madrid Vujadin Boskov, logró hacer brillar en Europa a la Sampdoria. Cayeron en la final de la Recopa frente al FC Barcelona en 1989, pero el año siguiente lograron ganarla frente al Anderlecth: lograron su primer título continental.
Estar en Europa solo era por méritos propios: ganaron la copa italiana en 1985, 1988, 1989 y 1993, y el primer 'Scudetto' de su historia en 1991. Ganar la Serie A no es sencillo, pero menos cuando te tienes que enfrentar al Milan de Maldini, Baresi, Gullit o Van Basten (entre otros); al Nápoles de Maradona o Zola; a la Juve de Baggio y Schillaci o al Inter de Klinman o Matthäus. Una Sampdoria que volvió a jugar Champions en la 2010/11, pero desde entonces solo pudieron mantenerse como un club de media tabla.
Lejos quedan jugadores como Fabio Quagliarella, leyenda reciente del club, aunque el proyecto este año parecía buscar el ascenso. A falta de siete jornadas, el conjunto italiano espera poder salvarse, pensar en la temporada siguiente y poder volver a la Serie A. En su descenso más reciente, los aficionados de la Sampdoria exhibieron una pancarta que rezaba: "Dall' inferno ritorneremo". Del infierno volveremos, como ya hicieron más de una vez.