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El sueño de Cesc Fábregas

  • Fábregas ha madurado estos ocho años en el Arsenal y ahora volverá a casa
  • Desde antes de pasar por La Masía, su sueño siempre fue ser blaugrana
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El '4' será para Cesc

Cesc Fábregas tuvo un sueño desde muy niño: vestir la camiseta del primer equipo del FC Barcelona. Desde sus orígenes en la escuela de fútbol de Terrassa, el equipo de sus amores era el Barça. Todos sus esfuerzos en el campo giraban en torno a ese sueño, que a sus 24 años, Fábregas va a ver cumplido.

Soñaba con ser Guardiola

Nacido en Arenys de Mar (Barcelona), Cesc despuntó en la escuela de Terrassa y los técnicos de La Masía, la fábrica de talentos del FC Barcelona, se fijaron en él: un chico tímido, pero con genio de ganador sobre el campo.

Se veía que ya tenía madera de director de orquesta por su fútbol de maneras exquisitas. Y el sueño de Fábregas creció según jugaba en las categorías inferiores. Ya vestido de blaugrana, quería llevar la camiseta con el número cuatro, como la de su ídolo, Guardiola, y sus compañeros le llamaban "Verrugita".

Cuando era un adolescente de 16 años, Cesc estuvo muy cerca de alcanzar su sueño, pero una convulsa etapa en los despachos del Nou Camp lo alejó de él. En 2003, después de ser elegido mejor jugador del mundial sub 17, Fábregas se dejó seducir por las bellas palabras de Arsene Wenger.

El predilecto de Wenger

El técnico francés convenció al pequeño Cesc de que su futuro sería más alagüeño en las filas del Arsenal. Y logró ser el debutante más joven en la Premier con los 'cañoneros' y también su más precoz goleador, cuando anotó contra el Wolverhampton, cuando tenía 16 años y 177 días.

A lo largo de estas ocho temporadas, el chico que un día cogió las maletas y emigró a Londres, se ha hecho un hombre. Como una muestra de su carácter, Cesc escribía en su cuenta de twitter: " "En el momento que te digan que no eres bueno en algo, es momento de demostrar que no eres bueno, sino el mejor."

El catalán ha pasado de promesa a jugador clave en el esquema del Arsenal, donde ha exhibido talento, capitanía y liderazgo, y donde su matrimonio con la afición del club inglés ha sido total.

Arsene Wenger fue la persona que siempre creyó en Fábregas. De su mano pasó de ser jugador en el equipo promesas a pilar básico de la primera plantilla, a ser 'The Architect'.

En pos de un anhelo

En la Premier ha encontrado la máxima expresión a su carácter ganador por naturaleza. Pero Cesc siguió albergando en lo más íntimo de su corazón la vuelta triunfante al Nou Camp.

Entre sueño y realidad, el futbolista se hizo internacional y con la selección ganó la Eurocopa, donde marcó tiro desde el punto de penalti que fue fundamental. Y ganó el Mundial, suyo fue el pase del gol de Iniesta. Y en su fuero interno maduró el anhelo tanto tiempo perseguido...

Su mentor en el Arsenal, Wenger, se debatió para evitar que el traspaso se produjera y luchó para que se quedará en el Arsenal su chico de oro. "Uno tiene que luchar cuando tiene un jugador de esa calidad", dijo Wenger.

En la temporada 2010/2011 volvió, en lo que fue el regreso del hijo más deseado para el barcelonismo; sin embargo fue un retorno amargo: con otra camiseta y roto por una de esas lesiones que tanto le han acompañado.

A lo largo de estos ocho años, el jugador ha aprovechado cualquier oportunidad para situarse en el club,a veces de forma precipitada, y en especial en los últimos meses, Fábregas ha reconocido que su sueño era el Barça.

No fue un sueño imposible

Si Cesc soñó con jugar en el Barcelona, Wenger soñó con tener a Cesc. Sin embargo, el entrenador de los 'gunners' no pudo luchar contra la fuerza de una ilusión infantil.

El jugador ha puesto toda la carne en el asador y como reza la canción El Sueño Imposible, una de las mejores piezas del músical  El Hombre de La Mancha:

Querer. En un sueño imposible,

Con fe, una estrella alcanzar.

Ese es mi afán,

Y lo he de lograr,

No importa el esfuerzo.

No importa el lugar.

Por más que Wenger haya intentado convencer al jugador de que no necesariamente las cosas tienen que irle mejor en el Nou Camp, que lo que le fueron en el Emirates Stadium, Fábregas persiguió un sueño, como si de El Hombre de La Mancha se tratara, y ante eso, ni Wenger ni nadie pueden oponerse. Con el Arsenal ha jugado más de 300 partidos y ha marcado 57 goles.