Enlaces accesibilidad

Murray, nuevo campeón del Masters de Madrid

  • El Escocés se impone a Simon por 6-4 y 7-6
  • Murray ha ganado dos Masters Series y ha sido finalisa en New York
  • El francés llega a su primera final de un Masters Series

Por
Murray, nuevo campeón del Masters de Madrid

El británico Andy Murray sigue con su racha al lograr su segundo Masters Series consecutivo al vencer en la final de Madrid al francés Gilles Simon, por 6-4 y 7-6 (6), en la despedida de este torneo del Rockódromo y el inicio de la cuenta atrás para la edición de 2009, en el torneo combinado que se estrenará en la Caja Mágica.

Del estadounidense Andre Agassi, triunfador en el primer paso en 2002, a Andy Murray, ganador de esta última en el Telefónica Arena. El torneo se ha despedido de este emplazamiento con el recuerdo de las victorias del español Juan Carlos Ferrero (2003), del ruso Marat Safin (2004), del español Rafael Nadal (2005), del suizo Roger Federer (2006) y del argentino David Nalbandian (2007).

Murray, ganador en Cinccinati en el mes de agosto, con paso previo por la final del Abierto de Estados Unidos que cedió ante el suizo Roger Federer, del que se vengó en las semifinales del sábado, el jugador de Dunblane se apuntó su cuarto título de la temporada (Masters Series de Cincinnati, Marsella y Doha) y el séptimo de su carrera en una hora y 35 minutos gracias a su gran facilidad para desplazarse y a su menor cansancio acumulado, y a que además de conectar diez saques directos, nunca dejó escapar su servicio.

Gracias a su formidable físico, 1'80 metros y solo 65 kilos de peso y a pesar del agónico partido de semifinales contra Nadal, de tres horas y 22 minutos, con el consiguiente agotamiento, Simon logró soportar con dignidad su concurso en la primera final de un Masters Series en su carrera.

Murray había invertido una hora y 58 minutos para doblegar a Federer, también en tres sets, pero acabó mucho antes y tuvo mucho más tiempo para descansar que el francés, con quien mantenía un empate 1-1 en sus enfrentamientos. Simon ganó el primero en 2007 en Roma sobre tierra, y Murray el último, este año en Hamburgo, también sobre arcilla.

Pero el británico vive su mejor temporada, coronada con su primer acceso a una final del Grand Slam en Nueva York, y su inclusión por primera vez también para la Copa Masters donde es uno de los cuatro elegidos hasta el momento para viajar a Shangai. Esa experiencia le ha valido ya para salvar situaciones comprometidas y para amarrar victorias en momentos puntuales.

Simon había llegado a la final salvando seis bolas de partido, cuatro contra el ruso Igor Andreev en primera ronda, y dos ante el estadounidense Robbi Ginepri en la tercera. Contra Nadal también se salvó de la presión del público madrileño, volcado con el de Manacor, pero ante Murray le faltó la sangre fría que demostró contra el cuatro veces ganador de Roland Garros.

Al vencerle en la final, Murray ha hecho un favor al argentino Juan Martín del Potro y al español David Ferrer, en la lucha por Shangai. Simon permanece noveno a seis puntos del de Tandil y a siete del de Jávea, pero si le hubiera sonreído la victoria les había sobrepasado a ambos y se habría situado séptimo en la Carrera de Campeones a ocho puntos del estadounidense Andy Roddick.

Su recompensa la encontró en la lista de Entradas donde aparecerá mañana décimo, su mejor posición, aunque de haber ganado sería octavo.

Murray lo impidió con un juego que, sin ser espectacular, hizo daño en las piernas del discípulo del francés Thierry Tulasne. Le quebró en el quinto juego del primer set, en un despiste del galo, y remató este parcial en el décimo con tres saques directos en ese juego.

Un "Vamos Rafa", seguido de aplausos se escuchó en el Telefónica Arena, en recuerdo del ausente Nadal. Simon continuaba en la brega haciendo kilómetros de lado a lado sin importarle las 11 horas y 47 minutos que había gastado para llegar a esta final, por las cinco horas y 40 minutos que había invertido Murray.

En el segundo set no hubo una ocasión de rotura y las fuerzas se mantuvieron mucho más igualadas. Llegado el desempate, un fabuloso resto le proporcionó a Simon dos bolas de set (6-4) que Murray resolvió con una dejada primero, y luego con un intercambio más agresivo. Otro resto, esta vez del escocés, le proporcionó bola de partido, y luego con su saque, cazó a Simon en la red cuando éste falló una volea.

Murray alzó los brazos hacia su madre Judy, que había acudido a verle ganar y a convertirse en el único británico que ha sido capaz de ganar dos Masters Series.