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El Valladolid vence en un partido aburrido

  • Valladolid 2-0 Almería
  • Álvaro Rubio y Medunjanin han marcado los dos goles para el Valladolid
  • El Almería no ha sido el buen equipo de otras jornadas

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El Valladolid gana dos a cero en un partido sin color ante el Almería.
El Valladolid gana dos a cero en un partido sin color ante el Almería.

El Valladolid, que vuelve a terminar con diez por expulsión de Álvaro Rubio, ha doblegado con justicia al Almería (2-0), aunque los andaluces acabaron acosando la portería de Sergio Asenjo, que un día más se "vistió" de salvador antes de que Haris hiciera un gol soberbio para certificar el triunfo local.

El Almería, que salió a Zorrilla con la etiqueta de invicto, es "una roca", un equipo solidario, consistente y bien construido. Definitivamente, responde a ese tópico de lobo con piel de cordero porque lleva tiempo mostrando buena "pinta" y ahora ya no se puede apelar a "la magia" de Unai Emery, su técnico de la pasada campaña.

Bajo la batuta de Gonzalo Arconada funciona igual o mejor, así que el secreto está en "la masa", en los futbolistas. El equipo del levante andaluz tiene muy buenos jugadores de banda, Juanma Ortiz y Crusat, y un delantero que apunta a equipos de mayor enjundia, el madrileño Alvaro Negredo.

Por su parte, los de Mendilibar son imprevisibles. Salen siempre plagados de buenas intenciones, hoy también, pero ante bloques disciplinados suelen tener dudas, incógnitas y serias dificultades. Eso, a pesar de que el Almería no ofreció hoy su cara más lucida.

El Valladolid de la presente temporada tiene más calidad pero no olvida a Llorente, le añora. Los goleadores son difíciles de sustituir y Joseba, que salía siempre al rescate en partidos como el de esta noche, mete ahora sus goles para el Villarreal.

Así las cosas, el encuentro estaba lejos de ser un festival y ha discurrido por la senda del sopor, sin más noticias ofensivas que las que deparó Jonathan Sesma, el más activo del Valladolid, pero sus jugadas por la izquierda se diluían en centros sin peligro.

En la otra banda, Ariel "Pichi" Escudero, que jugaba a pierna cambiada, apenas abría el campo y como tampoco Bartolomew Ogbeche buscaba espacios el partido aparecía "cerrado" y sin resquicio alguno para el espectáculo.

Hubo más visitas del Real Valladolid a la portería de Diego Alves, pero el empate al descanso era fiel reflejo de los acontecido durante una primera parte insulsa y para el olvido.

Los goles llegaron en la segunda parte

La segunda mitad empezó sumergida en un mar de imprecisiones. Sin desmarques, sin imaginación y sin chispa, el fútbol no existía, era un sucedáneo difícil de digerir. El balón era del Valladolid pero no había viveza, ni ideas, sólo espesura, empeño y obstinación.

El Almería no estuvo a su altura en esta fase. Ni mucho menos. Claudicó ante la presión asfixiante de su rival y no opuso la resistencia de la primera fase, aunque tampoco pasaba por excesivos apuros ante la inocencia del Valladolid.

El partido era un 0-0 de esos que se ven venir pero Álvaro Rubio marcó cuando menos se esperaba. Un saque de falta que varios jugadores intentaron tocar (min. 66) se coló en la portería de Diego Alves y un minuto después el guardameta brasileño tuvo que lucirse tras un disparo envenenado de Haris Medunjanin.

El "arreón" del Valladolid fue rotundo y contundente, así que el Almería, pese a ir perdiendo, se volvió más cauteloso que audaz. Al menos hasta que pasara la tormenta. Un gol anulado a Natalio por fuera de juego fue la mejor opción de los andaluces, pero también Sesma tuvo el 2-0 en un testarazo espectacular.

La expulsión de Álvaro Rubio añadió incertidumbre a los últimos minutos pero Sergio Asenjo salvó a su equipo. Un día más, el portero palentino se agigantó cuando aparecieron las dificultades. Es la joya de la corona. También puede serlo el holandés Haris Medunjanin, quien certificó la victoria con un gol "para enmarcar" (min. 94).