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El Tau pierde la final de consolación de la Euroliga en la prórroga

  • El partido entre los vitorianos y los de Siena, ajustadísimo durante todo el encuentro
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El pívot brasileño del Tau Vitoria,Tiago Splitter, intenta lanzar  durante el partido por el tercer puesto de la final entre cuatro de la Euroliga.
El pívot brasileño del Tau Vitoria,Tiago Splitter, intenta lanzar durante el partido por el tercer puesto de la final entre cuatro de la Euroliga.

Ni el primero, ni el segundo. El Tau ha perdido los dos partidos que ha disputado en la "Final Four" y acaba cuarto, en el último lugar de esta fase final de la Euroliga. Los de Vitoria han perdido ante el Montepaschi de Siena por 97 a 93 en la final de consolación del campeonto europeo.

El Montepaschi fue mejor, y lo demostró en los minutos finales donde endosó un parcial de 9-0, que dejó al Tau sin respuesta, perdido por el parqué e incluso a Prigioni peleándose con la mesa. El equipo vitoriano se llevó un palo duro, y es que a pesar de las buenas sensaciones de las semifinales ante el CSKA, esta tarde no pudo hacer frente al buen hacer 'azzurro'.

El conjunto de Neven Spahija no anduvo demasiado cómodo por el parqué del Palacio de los Deportes y concedió facilidades al Mens Sana, que hizo daño al contragolpe. Ahí fue donde más sufrieron los baskonistas, que ganaban en fluidez con Prigioni y en pundonor con Planinic sobre la pista.

El Tau, en el primer asalto, dependió de Mirza Teletovic, que logró 11 puntos con una facilidad asombrosa. Más oscuro estuvo Splitter, incluido en el quinteto titular de la Euroliga, que se peleó con los árbitros y 'llegó' tarde al choque. El italo-brasileño no fue la referencia que los vascos necesitaban bajo el aro, y Singletton, sin grandes alardes, ocupó su lugar.

Sin embargo, los españoles se marcharon abajo al primer cuarto (21-19), en un partido de baja intensidad, pues siempre frustra luchar por el tercer puesto después de haber preparado el asalto a la corona europea. Ya en el segundo 'round', el Tau aprendió la lección o al menos en su arranque, donde se pusieron por delante gracias a buenas triangulaciones en la pintura.

Con un baloncesto 'simplón', que hubiera sido vapuleado por el CSKA, la afición de Vitoria aumentó los decibelios y el Tau logró la máxima --seis puntos-- merced a dos tiros del hasta hace poco deshauciado Will McDonald. No obstante, Diener dejó su huella desde el perímetro para equilibrar la contienda antes del descanso (41-41).

Mickeal capitanea la nave

En los dos cuartos restantes, el partido discurrió por el cauce previsto. La igualdad como premisa y el miedo a marcharse en el marcador de unos y otros. Mickeal tiró del Tau y McIntyre hizo lo propio con los suyos repartiendo hasta 11 asistencias, una auténtica bestia jugando y haciendo jugar.

Así, el marcador al final del tercer periodo no pudo ser más elocuente (61-61). Eze, 'enchufado' tras volver a pista por sus tres faltas prematuras dejó alguna canasta para la galería y Rakocevic, más fuera que dentro del envite, respondió con un triple lejano. Sin embargo, era el partido de Mickeal, que se aupó capitán de la nave baskonista (16 puntos y 10 rebotes).

Pero el trabajo del '33' de los vascos no pudo evitar que se llegase a los últimos 60 segundos con 78-77, un punto arriba para los italianos. Splitter cumplió cuando hacía falta y volteó 78-79 dejando una posesión entera para el Montepaschi, que trabajó una transición a las mil maravillas para dejar a McIntyre una posición franca de tiro.

El base, uno de los de excelencia del Viejo Continente, falló, el rebote cayó en manos de Lavrinovic y 'Rako' cometió falta. Por suerte para el Tau, el lituano solo anotó el primero y los últimos cinco segundos fueron para el Cerámica. Planinic lo tuvo en su mano, pero el intento de bomba no llegó a buen puerto y la prórroga, que planeaba sobre el pabellón hace tiempo, acabó consumándose.

En la prórroga, el Tau desapareció y dejó vía libre a los mates de Lavrinovic, a los rebuscados pases de McIntyre e incluso al unísono cántico de la afición italiana, que se levantó en masa para aplaudir el gran papel de un Montepaschi, que ha vuelto a hacerse un nombre en Europa, allí donde hace tiempo que había perdido entidad.