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Este jueves, en Gaza tampoco habrá reparto de ayuda humanitaria. Mientras prosiguen los ataques, al menos tres periodistas palestinos han muerto en un ataque con drones contra el patio del Hospital Bautista, en el centro de Gaza. Otros dos reporteros están heridos graves.

El único comunicado de Israel ha sido para informar de qué ha recuperado de la Franja de Gaza los cuerpos de dos de los rehenes secuestrados por Hamás el 7 de octubre. Se trata de Judy Weinstein-Hagi y Gadi Hagi, con nacionalidad israelí y estadounidense. Otros 56 rehenes seguirían todavía en manos de Hamás, de los cuales, a 33 de ellos se les da por muertos.

Imagen de Jack GUEZ / AFP

Estados Unidos ha vetado unilateralmente una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía un alto el fuego "inmediato, incondicional y permanente" en Gaza. El país norteamericano ya se ha opuesto en reiteradas ocasiones a resoluciones críticas con Israel, pese a que en esta ocasión el lenguaje del documento había sido redactado para evitar confrontaciones directas.

"Estados Unidos ha sido claro: no apoyaremos ninguna medida que no condene a Hamás ni exija su desarme y abandone Gaza", ha declarado al Consejo la embajadora interina de Estados Unidos ante la ONU, Dorothy Shea, antes de llevarse a cabo la votación.

FOTO: XINHUA

El Ejército israelí ha anunciado que no repartirá este miércoles ayuda humanitaria a través de los puntos de distribución de la Fundación Humanitaria para Gaza. Dicen querer mejorar sus instalaciones y han prohibido a los palestinos acercarse a ellas. Más de un centenar de personas han muerto en 72 horas por disparos israelíes cuando iban a por comida a estos centros. La ONU ha denunciado que "el sistema de reparto es una trampa mortal" y ha pedido investigar los ataques. La organización también ha recordado que disparar a civiles es un crimen de guerra y ha pedido a Israel que vuelva a dejar operar el reparto de Naciones Unidas.

Foto: Abdel Kareem Hana / AP

Según Naciones Unidas, la Franja de Gaza es el lugar con más hambre en el mundo. La ONU ha denunciado que el bloqueo de la entrada de ayuda humanitaria en los últimos meses ha provocado una hambruna sin precedentes. Mientras, la ofensiva militar se ha agudizado desde que el pasado 18 de marzo Benjamín Netanyahu rompiese unilateralmente el alto el fuego con Hamás. Su marido, Mohamed Amin Hawehie, es cirujano vascular, de los pocos que hay en Gaza y se negó a salir porque en una guerra el personal sanitario se vuelve más imprescindible que nunca. La primera hambruna, explica Mohamed, la vivió durante los primeros cuatro meses de guerra. En estos momentos, igual que el resto de gazatíes, el personal médico lucha contra el hambre. "Estamos ahorcados por el hambre y la fatiga", explica. "Yo me muero de hambre, paso hambre", reitera.

"Soy médico, mi misión es salvar vidas, pero me he quedado atrapada en Egipto", dice al otro lado del teléfono Ruba Alkurd, trabajadora de Médicos Sin Fronteras (MSF). Ella se encuentra en El Cairo y es una de las pocas personas que ha logrado salir de Gaza. Salió el 6 de mayo de 2024 gracias a un salvoconducto para una intervención quirúrgica urgente a su hijo de nueve años. También es de las pocas personas que quieren volver a una tierra calcinada por las bombas y azotada por el hambre.

Un nuevo ataque en Gaza ha dejado al menos tres muertos y 35 heridos cerca de un punto de distribución de ayuda en Ráfah, al sur del enclave. El Ejército israelí ha admitido haber abierto fuego de madrugada contra varios sospechosos cerca del centro de reparto de comida, pero sostiene que a esa hora estaba cerrado. En el caso del ataque del domingo, que dejó 31 muertos y más de 200 heridos, Israel lo niega tajantemente y ha distribuido imágenes sin fecha ni localización para atribuírselo a hombres enmascarados sin identificar.

Médicos Sin Fronteras ha asegurado, sin embargo, que hubo decenas de muertos y cientos de heridos, que les han contado que los israelíes les disparaban desde todos lados con drones, helicópteros, tanques o barcos. Según las autoridades de Hamás, 52 personas han muertos en las colas del hambre desde que hace una semana Israel militarizó y privatizó el reparto de ayuda.

Foto: Hatem Khaled/Reuters

Un ataque israelí cerca de un punto de distribución de ayuda humanitaria ha dejado 31 muertos y más de 200 heridos en Ráfah, en el sur de la Franja de Gaza, según el Gobierno del enclave, controlado por Hamás.

Las tropas israelíes, ha continuado el Gobierno gazatí en un comunicado, han abierto fuego mientras numerosas personas esperaban para recoger comida en los nuevos puntos de ayuda humanitaria Al Alam.

FOTO: AFP

Conseguir algo que llevarse a la boca es casi imposible en una Gaza en la que Israel solo deja entrar la ayuda humanitaria con cuentagotas. En el enclave palestino la población asalta los centros de distribución para poder comer.

"Es un crimen de guerra", ha dicho el ex primer ministro israelí Ehud Olmert, antes considerado un halcón dentro del Likud, la formación que ahora domina Netanyahu. Olmert califica de innecesarios los bombardeos porque Hamás ha sido destruida y no hay un objetivo legítimo. Pero los bombardeos continúan. Yabalia, al Bureij y el norte de la ciudad de Gaza son las zonas más castigadas.

Mientras, prosiguen las negociaciones para un alto el fuego. La propuesta estadounidense contemplaría la liberación de 10 rehenes vivos, el rescate de otros 18 cadáveres y que la ONU y la Cruz Roja vuelvan a repartir la ayuda humanitaria. Hamás ha dicho que no responde a ninguna de las demandas del pueblo palestino y que solo perpetuará las matanzas y la hambruna con las que Israel castiga a los gazatíes.

Foto: HAITHAM IMAD/EFE/EPA — Centro de distribución de alimentos en el sur de la Franja de Gaza.